Petróleo y música: la nigeriana Nneka
Comenzamos esta sección de música continental con una mujer prometedora. Nigeriana ella, de 30 años, Nneka acaba de pasar por España y Daniel Verdú le hizo entrevista breve en El País, aunque ya Fernando Neira se había fijado en ella y su hermosa música soul en 2010. "Allí hay abundante soul nigeriano con esbozos de hip-hop y reggae, como si revolviéramos en la misma marmita las herencias de Lauryn Hill y de Erykah Badu", escribía. Mestiza, hija de africano y alemana, Nneka (que está a años luz de las típicas y abundantes cantantes del continente, cubiertas de dorados y moviéndose hacia y alrededor del sueño Beyoncé y similares) nació en Warri, pleno Delta del Níger, lo cual ha marcado su vida, su música y hasta los colegios a los que asistió: escuela primaria de la Delta Steel Company, escuela secundaria de la Nigerian National Petroleum Corporation. Nneka habita permanentemente entre dos mundos geográficos y mentales, dos realidades, yendo y viniendo de Nigeria a Alemania; cada poco debía salir, hastiada de la violencia, lo insoportable de la situación política, la corrupción y la desesperanza en un lugar donde se ha producido (y silenciado) el mayor desastre ecológico de la historia: la ONU calcula que sólo entre 1976 y 2001 hubo más de 6.800 vertidos ilegales de crudo, con destrozos medioambientales y humanos que empresas como Shell aún se resisten a indemnizar. Ahora mismo, mientras está usted leyendo, está pasando.
Pero ella siempre regresa a su tierra, cree en la mejora, en los pasos adelante, en el futuro. Stay fue su lema, y así se titula uno de sus singles recientes. Su historia de éxito, dice ella, es casual. En una de sus más desesperadas temporadas alemanas, salió un día a la calle en Hamburgo y vio un cartel de un pequeño sello discográfico llamado Yo Mama's. Entró, sacó su maqueta de dos temas y les soltó: "Soy cantante, me llamo Nneka, si os gusta podéis producirme", contó. Interprete ya experimentada gracias a los coros en la iglesia de su infancia en Nigeria, una tradición, debutó con su voz preciosa en un EP, The Uncomfortable Truth. Su primer álbum, en otoño de 2005, Victim of Truth, tuvo mucha repercusión en el norte de Europa. Y el segundo, en febrero de 2008, No Longer at Ease arrasó con el título y la inspiración de la novela homónima de un escritor al que admira, Chinua Achebe.
Canciones hermosas y tremendamente políticas y descriptivas: el panorama sombrío del Delta del Níger, la pobreza, la guerra, los muertos y desplazados y los excesos del capitalismo. La música es para Nneka (en quien algunos ven ya la nueva Erykah Badu o Neneh Cherry) terapia y reivindicación. Ahora, con su carrera incipiente ya sustentada (ha tocada y triunfado en suelo norteamericano), ha regresado a su tierra. Acaba de lanzar Soul Is Heavy con mucha expectación (aquí está el vídeo del tema My home). Las letras, canta en inglés y en igbo, lengua que hablan unos 20 millones de personas en el sureste de su país, le importan tanto que graba los vídeos oficiales con ellas para que todo el mundo sepa su contenido. Mostramos tres de sus vídeos. Su página web tiene muchos más y las fechas de su gira europea. Ahora mismo anda por Francia.
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