La Audiencia de Lleida inicia el juicio contra una importante red de narcotraficantes
Entre los 11 acusados figura un policía nacional y varios hosteleros
La Audiencia de Lleida ha empezado a juzgar hoy a once personas acusadas de pertenecer a la red de narcotraficantes más grande desarticulada hasta el momento en la provincia. La Fiscalía solicita para los acusados, entre los que figuran un agente del Cuerpo Nacional de Policía y empresarios de hostelería, penas de entre 11 y 4 años de prisión, además de multas millonarias.
El caso Samba, denominación del operativo policial, permitió desarticular una de las bandas de narcotraficantes más activa en Lleida. Las detenciones se llevaron a cabo a principios de abril de 2009, después de interceptar a dos de sus integrantes en el aeropuerto de Bilbao con unos 18 kilos de cocaína de gran pureza en sus maletas.
Los Mossos d'Esquadra calcularon entonces que la banda había logrado introducir en España 250 kilos de esta droga procedente de Sudamérica. Los detenidos formaban parte del eslabón más bajo de una organización criminal perfectamente jerarquizada y en la que todos sus integrantes tenían una función muy definida.
La investigación se inició después de que la policía interceptara en el aeropuerto del Prat a una pareja leridana con una maleta con 32,5 kilos de cocaína. Poco antes se había detenido en un aeropuerto de Brasil a otros dos leridanos con 32 kilos de la misma sustancia.
Según la policía catalana, el modo de operar de la banda también estaba muy definido. Dos personas captadas para transportar pequeñas cantidades de droga eran delatadas por la propia organización para que los interceptara la policía en los aeropuertos. Esto permitía distraer a las fuerzas de seguridad y otras personas aprovechaban la confusión para pasar a la misma hora los cargamentos importantes.
La operación de despiste falló porque los Mossos d'Esquadra conocían que dos de los acusados habían viajado a Brasil y acudieron al aeropuerto bilbaíno de Loiu, donde les interceptaron junto a dos maletas que contenían la cocaína de gran pureza.
Otros dos miembros de la banda aguardaban en la cafetería con 9,6 kilos de droga previamente manipulada. Este cargamento era el que en el operativo de despiste debía llegar a manos de los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil del control aduanero del aeropuerto, sacrificando esa cantidad de escasa pureza.
Según la acusación, el agente de la Policía Nacional detenido y otras dos personas se encargarían de trasladar hasta Lleida las maletas con los 18 kilos de cocaína con una pureza del 95 %. En caso de ser interceptado, el agente habría manifestado que la droga estaba custodiada policialmente
Este policía, que llevaba cinco años en el grupo de estupefacientes de la comisaría de Lleida, ha negado tener cualquier relación con la red y ha explicado que realizaba una investigación policial sobre la misma sin conocimiento ni autorización de sus superiores para conocer quien estaba detrás de la entrada de la droga a través del aeropuerto bilbaíno. "Mi trabajo consistía en hacer su seguimiento de esas personas para saber dónde iban y con quien se reunían", ha declarado.
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