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Una fiscal que no renunció a nada

Por JESÚS GARCÍA

Ana Gil no quiso renunciar a nada. Ni a su familia ni a su puesto en el Consejo Fiscal, el máximo órgano de representación de los fiscales. Por eso tiró de imaginación y de trabajo para rellenar un vacío que la ley no había previsto: sustituir temporalmente a los miembros de ese órgano en caso de que disfruten de permiso de maternidad. “No lo hice por mí ni porque me creyera imprescindible. Lo hice porque no quería defraudar a quienes me habían votado. Y por una cuestión de derechos”, afirma esta fiscal progresista que nació en Ávila, pero que ha desarrollado su carrera en Barcelona.

Asistir a las reuniones del Consejo Fiscal es obligatorio para sus miembros. En caso de no poder hacerlo, pueden presentar un justificante; por ejemplo, por enfermedad. En ese caso, el puesto en cuestión queda vacante para esa cuestión. Durante la etapa de Cándido Conde Pumpido al frente de la Fiscalía General del Estado, las reuniones han sido frecuentes, a razón de una cada mes. Gil fue miembro de ese órgano entre 2005 y 2009. A mediados de mandato, se quedó embarazada de su segundo hijo. “Yo era entonces la única mujer en el Consejo, porque mi compañera había cesado en el cargo”.

Aunque estuvo trabajando prácticamente hasta el final de su embarazo, Gil iba a perderse unas cuantas sesiones para disfrutar de sus cuatro semanas de permiso por maternidad. Al principio no le dio mucha importancia: pensó que habría mecanismos legales previstos y que algún compañero de su asociación —la Unión Progresista de Fiscales— le sustituiría. Después, ella regresaría a ocupar su puesto. Pero no era así. “Mis compañeros me preguntaban por el embarazo y, poco a poco, entre charlas de café, fui descubriendo que aquello no sería posible. Nos dimos cuentas de que la sustitución no estaba prevista en ningún sitio”.

La fiscal, que trabaja en un servicio especializado de la Fiscalía de Barcelona, tenía a priori dos salidas: o justificaba sus ausencias por el embarazo —dejando vacante el puesto— o presentaba su dimisión. En ese caso, tampoco tenía garantizado que su silla fuese ocupada por un fiscal de la misma candidatura. Las normas se limitan a establecer que, en caso de dimisión, entre en el Consejo el siguiente fiscal más votado. “No quería renunciar a ninguna de las dos cosas: disfrutar de mi licencia de maternidad y corresponder a mis electores”.

Gil y la UPF se pusieron a pensar y a bucear en la normativa para avalar su tesis. La fiscal presentó un informe, basado en la Ley de Igualdad, en la reunión del Consejo del 4 de diciembre de 2007. “Cuando lo puse encima de la mesa, no hubo ningún problema. El apoyo de todos mis compañeros, varones, fue unánime”. Sus colegas aprobaron que Gil fuese sustituida, de forma temporal, por un fiscal de la misma candidatura. “Dio la casualidad de que la siguiente más votada de la UPF era una mujer”. Ocho días después de aquella reunión, Gil dio a luz. Al final, solo se perdió una reunión. Pero ha querido, al menos, dar ejemplo. “Es lo mínimo que podemos hacer como servidores públicos”.

Foto: Luis Magán.

Comentarios

Igual que una familiar que trabaja en el sector de la limpieza de oficinas (por horas). Pese a estar embarazada trabajó hasta dar a luz y a los 10 días se reincorporó al trabajo. También todos los compañeros varones (principalmente se dedican a limpiar cristales en las fachadas de los edificios descolgándose con arneses de seguridad) votaron por unanimidad organizarle una cena de homenaje....
" Durante la etapa de Conde Pumpido al frente de la FGE"..??? de momento sigue al frente de la misma..."Las reuniones (del Consejo Fiscal) han sido frecuentes UNA VEZ AL MES".......Al igual que la plantilla de la empresa de limpiezas donde trabaja mi cuñada, que se reune una vez al mes para homogeneizar criterios de distribución de turnos de trabajo, estudiar posibles ascensos de categoría y hasta para votar democráticamente la marca de café que se va a comprar para el mes siguiente. Todo bajo mucha presión y estres laboral.
No dudo de la valia profesional de Dª Ana, a quien no tengo el gusto de conocer, pero cualquiera que se maneje por los juzgados sabe que salvo honrosas excepciones el rendimiento laboral de l@s miembr@s de la fiscalía es manifiestamente mejorable. El dia que les atribuyan la instrucción de las causas criminales como se anuncia, sabrán lo que es trabajar. Por algo se les llama los inmortales (no pueden pasar a mejor vida).
Pobrecita, no?. Se habrá perdido un par de reuniones. Patético.
vemos que en España la igualdad es entretenimiento de la clase social acomodada. Antes a las mujeres pijas se les ponía una boutique , ahora se les concilia chupibien.Que bien, que chupiguay es la vida para las mujeres acomodadas, progres eso si. Izquierda caviar de la que le gusta a este periódico para retratar en su sección dominical de estilos de vida. Como le gusta este artículo a las reponedoras del carrefour, que identificadas se sienten las mileuristas madres con las tribulaciones de la fiscal y sus reuniones fallidas.

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