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Si lo digo, se enfadarán conmigo

Ana Pantaleoni

Una madre de tres hijos cuenta lo que le pasó una tarde cualquiera de una semana cualquiera.

"Después del cole, va María y me suelta que en el patio los tres amigos del alma de su hermano de cinco años le han llenado las braguitas de piedras; que ella no quería, pero unos la agarraban y los otros le metían las piedras....¡va, hombre, va! Al instante me dirijo a su hermano y le pregunto ¿es verdad lo que me cuenta María [cuatro años]? Sí,  y me mira medio avergonzado, medio riéndose, a la espera de mi reacción. ¿Y tú no has hecho nada para evitarlo?, le pregunto. Es que si les digo que no lo hagan se enfadarán conmigo..... Me contesta".

¿Qué hacer en una situación como ésa? Le pregunto a Gemma Cànovas, psicóloga clínica.

"En primer lugar, la niña ha hecho bien en explicárselo a su madre.

Su madre en principio -toda madre en esta situación- siempre ha de prestar atención a la información recibida, por inaudita que le parezca, y luego verificar los hechos.

Aparece un doble problema: la agresión sufrida por María y el miedo de su hermano a defenderla (comunicarlo a profesores y a los padres). Al niño, que ha sido víctima indirecta de la situación (testimonio), habrá que dotarlo de mecanismos para futuras situaciones. Es posible que su risa fuera un mecanismo defensivo, pero habrá que explicarle que los que obran mal y atacan a su hermanita no pueden ser buenos amigos suyos.

La información de la agresión sufrida por la niña deberá llegar a la tutora/profesora y/o dirección del centro para que aborden de forma individual o grupal la situación (prevenir agresiones grupales e individuales con el componente añadido posible  de agresión de género que implica lo sucedido).

En relación a la niña, hay que ayudarle a elaborar psicológicamente lo sucedido,valorar que hablara de ello, y proporcionarle el mensaje de que ella no es víctima de nadie, (y menos por ser una niña). Respecto a los que le han puesto piedras en la braguita, los niños que le han hecho esto, hay que decirle está muy mal y que su mamá y/o su papá tomarán las medidas para que no vuelva a suceder (contención). Averiguar si estas situaciones se han repetido o si es un hecho aislado. Observar las reacciones emocionales de María después del hecho y permitir que aparezca llanto y pena sin reprimirlo, sino ejerciendo un acompañamiento afectivo para que le llegue el mensaje de que no está sola frente la adversidad.

Hay que tener en cuenta de si María es una niña feliz, sociable, que juega, quiere aprender... para evaluar sus recursos internos frente a situaciones de fustración en general y para reparar la situación traumática vivida".

Además de lo vivido por María también es difícil la situación de su hermano. La dependencia a los amigos en ciertas edades es muy fuerte. Cuesta decir no y cuesta decir lo que no nos gusta. "La, digamos, "dependencia grupal" estará en función de las características de personalidad de cada niño. Si la autoestima es floja, la dificultad para ir en contra, rebelarse o decir no, especialmente si el grupo tiene un líder potente será más costoso, emocionalmente hablando, para el menor", explica Cànovas.

 

Comentarios

Me he quedado impactada con esta historia. Demasiado breve, en mi opinión, el artículo. Algún día podríais investigar si los niños son más agresivos ahora que antes. Recuerdo muy vivamente la infancia de mi hermano (le saco 10 años) y alguna vez se pegaba con otros niños, se insultaban... pero eso de meter piedras en la braguita me parece de una crueldad tremendad y propio de una mente retorcida. En serio.
Me ha impactado la historia, aunque no sabría decir qué es lo que me parece peor de todo: la actuación de los niños (espeluznante), las malas compañías del niño (intentaría evitarlas todo lo posible) o que el niño no sea capaz de defender a su hermana pequeña...increíble!!
agresión? con 4 años? si fuera con 10 años sí lo calificaria así pero con 4 años?
Yo creo que los niños hacen estas cosas jugando, con malicia, desde luego, pero para ellos no hay diferencias entre poner piedras en unas braguitas o en una camiseta, o en una capucha. Lo que es cierto es que el entorno adulto debe reaccionar de manera controlada para explicar que no está bien, y que los juegos siempre deben ser permitidos, nunca impuestos por parte de los más fuertes ni numerosos. Para una niña puede ser peor que la tiren del pelo o la empujen siempre que lo viva como una agresión directa, con miedo, angustia. Me parece muy bien el enfoque hacia la reparación y prevención del artículo. Yo he vivido situaciones similares con mis hijos, y puedo asegurar que detrás de la agresión hay sobretodo una muestra de las carencias del propio agresor que una malicia consciente, que es cosa de algunos adultos. Hay que ser muy cuidadosos con las cosas de niños, y no criminalizarlos sino enseñarlos. Nuestros tabús sexuales nos pueden jugar malas pasadas.
¡Alucino en colores! Si son capaces de hacer ésto con 4/5 años, ¿de qué no serán capaces con 10/12 o más? Y ya lo siento, pero el comportamiento del hermano me parece penoso.
A los abusones, pegones y similares no pasarles ni una. Siempre hay un cabecilla al que otros siguen. Hay que identificarlo y pararle los pies rápido por su bien y sobre todo por el bien de los demás. Cuando se destapa algo así hay que ponerle remedio antes de que se vuelva costumbre, identifiquen al más debil y le hagan la vida imposible. En cuanto al hermano, debe saber que la familia es lo primero, y que esos no son sus amigos,su conducta es inaceptable y se le debe hacer ver.
el gran (grandísimo) problema son los padres: un niño que se plantea actuar con una perversidad de este calibre es evidentemente víctima de la ineptitud, desatención o indolencia de esos padres que creen que si su vástago es un cabrón, ello es indicativo de las innatas condiciones de líder del inadaptado de su hijo . En cuanto al hermano de la niña, es preciso recordar que la solidaridad, la conciencia social y la valentía -al igual que todos los valores que nos diferencian de las bestias- se enseñan desde lo vicario, desde la actitud; no desde las buenas palabras, ("Las palabras son enanos;los ejemplos son gigantes" reza un proverbio suizo) Y en cuanto a la patética manera de redactar y concordar una pobrísima sintaxis, mejor ni comentar. Empañaría el mensaje principal.
Madre, evidentemente tú vives en los mundos de Yupi. Un poquito de defensa de la educación pública nos daría mayor perspectiva. O acaso crees que las excrecencias sociales se producen porgeneración espontánea?
Pilla al lider la la banda y dile que le cortaras los huevecillos si vuelve a meterse con tu hija... Seguro que no lo hara mas.
bueno, qué empanada sociata con orientadora de por medio! te digo un caso REAL con solución COMPROBADA: 1974: Dos chavales me pegaron y me querían "torturar" en el patio del cole. Yo tenía 6 años. Mi hermano de 8 vió la escena de lejos. Repartió CAÑA DE ESPAÑA. Asunto arreglado y para siempre. Mañana todos amigos o no y no me importa dime algo y vuelves a cobrar. Lo que pasa que hoy los matones están muy chulos porque el sistema queriendo controlarlos, los ampara. Toma!
lo que más me impacta del artículo son los comentarios: Caña de españa? oh dios mío.... La respuesta de la psicóloga me parece muy acertada, aunque hay que ir a la raiz del problema: los padres del niño "agresor". Si un niño ejerce la violencia para jugar, es evidente que lo ha aprendido de algún lugar. Los niños a esa edad imitan, y no disciernen entre el bien y el mal si no se les ha enseñado. Espero que no sucedan más casos. Y haz caso de los profesionales que han estudiado carreras y han hecho su vida de eso, y no de personas que "han aprendido en la calle". Si quieres un cambio, tiene que partir de uno mismo.
No voy a darle la razón a caña de españa (aunque por muy mal que esté sé que en el fondo de mi corazón no puedo estar más de acuerdo) Bueno, si se la doy, lo ideal es que mientras los niños le hacían eso a la pobre niña el hermano les hubiera tirado un piedrazo en la cabeza a cada uno y luego hubiera ido a decírselo a algún profesor, que me pregunto dónde estaban mientras pasaba esto. Educo a mis hijos en el respeto la tolerancia y la no violencia, pero por delante de esto está la FAMILIA, que vamos a proteger, si a la niña le hubieran dado un empujón o un tirón en el pelo, vale, el hermano que se limite a avisar a los tres de que con su hermana no se juega y que se chive, pero piedras en las bragas.......
Me da igual que a la niña le metieran las piedras en las bragas, en el pelo o en el babi. Los niños se portan mal a veces, no son ángeles a jornada completa. Lo verdaderamente preocupante es que ningún profesor viera este episodio. Pero es lo normal. Con 3-4-5 años hay una media de 25-30 alumnos por profesor. Y, además se aprovecha la hora del recreo para tomar un cafetito y fumarse un cigarrito. Mi hijo aprenderá judo, kárate o culaquier tipo de arte marcial o defensa personal para enfrentarse a estas situaciones. Porque si debo confiar en el profesorado para velar por la seguridad de mi hijo voy de culo.
Y yo me pregunto, ¿el hermano prefiere que su madre se enfade con él a que se enfaden sus amigos? Vamos, eso nos pasa hace años, y la que le cae al hermano es fina, se le hubieran quitado las ganas de reirle las gracias a esa panda de matones descerebrados. Por cierto, los que dicen "cosas de niños": estos niños que de pequeños asumen como normal sujetar a una niña y llenarle las braguitas de piedras son los mismos que con 15 años asumen que pueden pegar a su novia, y que con 25 años piensan que cómo su mujer osa tener vida propia.
Está claro que, a los niños agresores hay que regañarlos y corregirlos, hablar con sus padres, etc. Pero de ahí, a criminilizar a unos niños de 5 años, como si no tuvieran ya remedio, y batizinarles una vida de delincuencia....me parece pasarse. Pero está claro que hay que dejarles muy claro que este tipo de comportamientos no son admisibles y si se repiten, tomar medidas más drasticas. Y sí, esto ha ocurrido siempre, no es que los niños de ahora sean especiales. De hecho recuerdo en mi infancia un par de hechos parecidos...
se habla de agresión, por supuesto que pienso que hay que regañarles pero tienen cuatro años, solo en su justa medida.un saludo desde http://little-id.com/
Viví una situación similar con mi hija de 4 años. Sé que mi reacción no fue políticamente correcta, pero fue la que me salió: Con la niña, naturalidad, a los profesores les exigí más control y a los niños en cuestión los cogí en un aparte y con cara de perro y vocabulario de matona, les amenacé con "cortarles sus cositas" si volvía a ocurrir algo así. Mano de santo.
@ Enrique: antes de corregir la sintaxis de la autora deberías corregirte a tí, pues se dice paupérrimo, nunca "pobrísimo", ¡sarpeto!
la psicológa vive en los mundos de Yupi...a ver, que si yo estoy en el super y le doy dos guantazos a un señor y luego viene una orientadora y me suelta un discurso de que supere mis frustraciones y no lo haga mas, me parto de risa y claro, como no me ha pasado nada a la próxima que me den ganas de repartir leña pues no me contengo y reparto
menuda panda de trogloditas son algunos que comentan. y luego nos llenamos la boca con primer mundo y europa. blablablabalbalbalblabalbalb
Soy psicologa y me parece muy bien justificar la profesión pero vamos "ayudarle a elaborar psicologicamente lo sucedido".......... nos estamos pasando. los niños lo han hecho toda la vida, toda la vida nos hemos escondido de padres y profesores para chinchar, molestar y pegar a otros y unas veces hemos sido los agredidos y otras los agresores y la mayoria ni somos delincuentes ni estamos traumatizados. una charla con los profesores, una charla con la niñas, una regañina al hermano y claro que si, una bronca a los otros niños y que me vengan sus padres a protestar. Vamos hombre!!!
Los matones tenian unos 10 años, pisaban los deditos a los pequeños( 5 o 6 años) cuando jugaban en el suelo, A mi hijo pequeño lo acorralaron en un baño amenazandolo hasta que se orinó encima. Al dia siguiente su padre entró al colegio se dirigió a los matones haciendo corrillo como para contarles algo y los amenazó con romperles la cabeza. Mano de santo,
Cortar por lo sano,hablar con los padres y los niños,si no se hace,se crecen y lo volveran a hacer.
Lo de "como vuelvas a acercarte a mi hijo/a te rompo la cabeza" es muy bestia,muy poco pedagògico...pero efectivo.Ante niños que utilizan su superioridad física para atemorizar i/o abusar de otros más débiles,la única respuesta,por desgracia,es usar nuestra propia superioridad de adultos...y luego,que los psicólogos hagan su trabajo...que los padres ya hemos hecho el nuestro.(que conste que soy pedagoga,pero hablo como madre)
Mi convicción es hacer que mi hija sea segura de sí misma y fuerte. Creo que los niños deben resolver sus problemas por si mismos, o al menos intentarlo. Si la cosa es realmente seria, entonces, sí, hay que tomar cartas en el asunto como padres. Pero todos. Los de un lado, y los del otro. Y lo que haga falta.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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