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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La moral 'abertzale', en alza

El desafiante paso al frente de los presos de ETA ha elevado más si cabe la moral de la izquierda abertzale, que vuelve a dejar su sello en la calle, donde mejor se desenvuelve. Lo ha hecho, además, sin salir de Bilbao. Durante dos días, recuperando el instinto devastador de la kale borroka tradicional para desafiar a Iñaki Azkuna y, de paso, al PNV al enarbolar la bandera de una cultura alternativa mediante la resistencia al desalojo de un edificio, que una juez había considerado legal. Luego, con una cuidada y masiva manifestación para ahormar la apuesta ideológica que rezuma la sentencia condenatoria del caso Bateragune y que da cuerpo al acuerdo de Gernika, cuyo primer aniversario celebrarán este domingo con la intención contenida de eclipsar la fiesta interna de los peneuvistas.

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Otegi: "El Estado pretende recuperar el escenario de confrontación armada"

El guiño de la carta de Otegi leída a los miles de manifestantes, por encima de la habitual escenografía que siempre procura el simbolismo radical, proyecta una unidad de acción que se antoja irreversible y a la que ETA se ve irremediablemente abocada, pero que sigue cargando la mano en una única dirección, sin una exigencia nítida a quien es el origen del problema. Se trata, en suma, de la misma deficiencia que se puede imputar al valioso documento de los presos, un colectivo alentado en su reflexión por las esperanzas que la apuesta triunfante de Bildu les ofrece, y que, en paralelo, entienden como letal el inmovilismo de su pálida dirección. Todo ello en un contexto en el que urgen el cese de la violencia, toda una reacción contestataria que hace apenas año y medio ellos mismos entendían como entreguista y solo propia de disidentes arrepentidos.

Aunque un estado de ansiedad por la búsqueda de la paz definitiva pueda ser capaz ahora mismo de exigir una mayor contundencia al entorno abertzale, que pasa indisolublemente por exigir a ETA que lo deje, es incuestionable que se asiste a un escenario jamás imaginado. Y llega, no debería olvidarse, con el tiempo justo de tomar cuerpo con sello propio en la batalla política de la campaña del 20-N.

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