Cenando con los Borgia en Gandía
El palacio ducal de los Borgia, en Gandía, recién rehabilitado
He tenido un fin de semana movidito que por desgracia no me ha dejado postear con la frecuencia habitual. Por eso he estado unos días desaparecido.
Un fin de semana que empezó el viernes en casa de los Borgia. ¿De los Borgia de toda la vida?, os preguntareis. Sí, de los Borgia, Borgia. De la familia más (presuntamente) perversa del Renacimiento. De aquellos que Mario Puzo dijo que fueron "la primera gran familia criminal de la historia", cuyas traiciones y maquinaciones dejaban en mantillas a las que luego ideó él para sus novelas sobre la mafia en El Padrino. En la casa de los Borgia que dieron al mundo personajes como el Papa Alejandro VI, César Borgia o Lucrecia Borgia.
¿Has estado en Roma?, se preguntará alguno.
Pues no. Aunque muchos lo ignoran, los Borgia no eran los Borgia, sino los Borja y son originarios de Xátiva y Gandía, dos bellas ciudades valencianas. En Xátiva, en 1431, nació Rodrigo de Borja, pater de la dinastía, que más tarde se fue a Roma, italianizó su apellido y tras múltiples maquinaciones palaciegas llegaría a ser el Papa Alejandro VI. Después le compraría a los Reyes Católicos el ducado de Gandía y mandaría allí a su hijo mayor, Pedro Luis. Sus dos hijos más famosos, César Borgia y Lucrecia idem permanecerían con él en Roma como peones de sus intrigas y sus negocios más terrenales en uno de los periodos más fascinantes, convulsos y truculentos del Renacimiento.
El Palacio Ducal de los Borgia se levanta aún en mitad del casco histórico de Gandía. Acaban de terminar una ingente restauración que le ha devuelto el esplendor que tuvo durante más de 300 años, en los que 11 condes de Gandía, todos de la familia Borja, contribuyeron a engrandecer la fama de una de los apellidos más poderosos de la época. Como en una familia tan dilatada todos no podían ser tan perversos como César, también dieron al mundo un santo: Francisco de Borja, cuarto duque de Gandía y bisnieto de Alejandro VI, que llegaría a ser San Francisco de Borja. Queda mucho de él en este palacio ducal de Gandía, en el que vivió hasta que se fue a Roma para hacerse jesuita.
Celebramos la rehabilitación de uno de los mejores palacios renacentistas del Mediterráneo. Celebramos la llegada de la primavera. Celebramos que Gandía ya no será conocida como "la playa de los madrileños" sino como la ciudad de los Borja / Borgia.
Y celebramos que según el último EGM (Estudio General de Medios) Hoy por Hoy subía 500.000 oyentes hasta completar 2.992.000. Y que le joda lo que le joda a la Cope y a la caverna mediática de la derechona, seguimos siendo el programa líder (por goleada) de toda la radio española.
¿Un buen comienzo de fin de semana primaveral, verdad?
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