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Roca niega que recibiera aportaciones de empresarios con intereses en Marbella

El exasesor urbanístico sostiene que sus 71 sociedades se financiaron "con fondos lícitos"

Juan Antonio Roca, supuesto cerebro del caso Malaya, la gran trama de corrupción municipal en Marbella (Málaga), ha negado rotundamente esta mañana que su entramado societario se financiara con fondos aportados por empresarios con intereses inmobiliarios en Marbella, aunque ha reconocido que mantuvo "relaciones comerciales" con algunos de estos emrpesarios. A preguntas del fiscal anticorrupción, Juan Carlos López Caballero, el exasesor urbanístico marbellí hasta marzo de 2006 ha sostenido que las empresas que ocultaban el patrimonio de Roca se financiaban "con fondos lícitos que estaban en las sociedades y fruto de actividades lícitas".

El ministerio público ha intentado vincular los otros casos de corrupción en los que ya ha sido condenado Roca, como el conocido caso Saqueo, y otros que están en fase de investigación, con la financiación de su grupo empresarial. Sin embargo, Roca se ha cerrado en banda ante esta teoría. "En estos casos no me apropié de una sola peseta. En el caso saqueo fui condenado como cooperador necesario para encubrir el dinero de otra persona. Es rigurosamente falso que mis empresas se hayan aprovechado", aseguró.

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Como ya hizo el pasado miércoles, el supuesto cerebro de la trama no reconoció los cuadros con la contabilidad que encontró la policía en la sede de Maras Asesores, la mercantil encargada de llevar la contabilidad del grupo empresarial de Roca. Roca insistió en que deberá ser el economista Salvador Gardoqui, el contable del grupo, también procesado, quien reconozca esas tablas, uno de los pilares de la investigación.

El fiscal le preguntó a Roca sobre la labor de su empleado Jaime Hachuel, exmilitar encargado de la seguridad de las sociedades. El exasesor urbanístico afirmó que lo contrató en un principio "para proteger a su hijo, al que habían amenazado con raptar". Posteriormente, Hachuel se encargó de "montar la seguridad de los inmuebles" de Roca en diferentes puntos de España "para evitar robos". Respecto a los teléfonos encriptados que usaban los empleados de mayor confianza de Roca y que era imposible intervenir por la policía, el cerebro de la trama negó que con ellos buscara ocultarse de la justicia y aseguró: "Los tenía porque en Marbella era muy típico que los periodistas grabaran conversaciones de personajes públicos".

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