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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El mundo al revés de Rajoy y Zapatero

El presidente pidió a sus alcaldes que hablen de empleo; Rajoy usó la corrupción para atacar a los socialistas

A menos de 100 días de la semifinal del 22-M, Mariano Rajoy (PP, favorito) y José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE, bajo mínimos) agitaron ayer a los suyos con discursos donde incluyeron guiños que parecían sacados del cuartel general del enemigo.

En ese mundo al revés que ayer visitaron el presidente del Gobierno y el aspirante con más posibilidades de sucederle, se escucharon recetas incomprensibles.

Zapatero prohibió a los suyos enzarzarse en rifirrafes con el Partido Popular, el adversario a batir, les pidió que hablaran mucho de empleo (en los dos últimos años de mandato socialista se han destruido dos millones de puestos de trabajo; la tragedia sigue viva y subiendo), y les animó a defender las reformas emprendidas, esas que millones de trabajadores prefieren olvidar.

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Rajoy reservó una parte de su mitin a amenazar a los socialistas con llevar la corrupción al Congreso por el caso Mercasevilla, un entramado de ayudas públicas promovidas desde la Junta de Andalucía para prejubilaciones y expedientes de regulación de empleo que benefició en los últimos diez años a 37 falsos despedidos -de 6.000 subvencionados-, algunos vinculados al PSOE.

El PP anda desde hace dos años atormentado por el trabajo de jueces, fiscales y policías que persiguen a sus presuntos corruptos, entre ellos el presidente valenciano Francisco Camps y quien fue secretario general del partido en esa comunidad, Ricardo Costa. El presidente de la Diputación Provincial de Alicante, el de Castellón, la alcaldesa de Alicante; la de Orihuela... son insignes imputados del PP.

Rajoy aún no ha decidido si esos sospechosos de graves delitos vinculados a la política estarán en las listas, aunque todo indica que sí pese a los sólidos indicios de corrupción que muchos, también el líder del PP, conocen. Y ahora Rajoy insiste en hablar de corrupción en el Congreso de los Diputados.

¿Con qué intención Rajoy y Zapatero quieren hacerse el haraquiri político en esta carrera final del 22-M donde se decide el Gobierno de 13 comunidades y 8.106 ayuntamientos?

La jurisprudencia del Tribunal Supremo no sería capaz de encontrar una respuesta: "Las intenciones de los seres humanos solo se pueden acreditar, solo pueden ser demostradas, más aprehendidas que comprobadas, a partir de un juicio lógico-inductivo que, partiendo de un conjunto de hechos materiales o externos debidamente acreditados, permita al tribunal mediante una inferencia llegar a una determinada conclusión".

La conclusión basada en hechos materiales o externos debidamente acreditados sería algo parecido a lo que sigue:

Rajoy, cuyo partido sucumbió durante más de diez años a las peores prácticas de corrupción de la mano de la red Gürtel, quiere hacer de la falta de ética en la gestión de los recursos públicos un ariete contra los socialistas en las próximas semanas de precampaña electoral.

Zapatero, que ostenta el triste galardón de ser el presidente de la democracia con el que más ha aumentado el número de parados en España, pretende que sus candidatos a alcalde hablen mucho de empleo.

El 22-M no ha vuelto loco a nadie, de momento. Hoy, el mundo de los políticos volverá a la normalidad. El PP hablará de empleo y el PSOE de corrupción. O no, que diría Rajoy.

La plana mayor socialista, con Rubalcaba, Blanco y Griñán en el centro de la imagen.
La plana mayor socialista, con Rubalcaba, Blanco y Griñán en el centro de la imagen.PSOE

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