El viernes fue mi cumpleaños. Como regalo, mi pequeña Natalia, en plena semana de apogeo de los terribles dos, me dedicó una tarde inolvidable. La primera rabieta vino por la bolsa de gusanitos. Se los iba comiendo bien, pero cuando quedaban pocos, acudió a mí. Pensé que quería que la ayudara a sacarlos de la bolsa. Gran enfado.
- ¿Los coges tú entonces?
- No, atí no.
- ¿Te los doy yo?
- No, atí no.
- ¿Te los echo en la mano?
- No, atí no.
Llanto terrible. Es muy duro tener 21 meses y que tu madre no te comprenda. Al rato:
- ¿Te quieres columpiar?
- No.
En cuanto se sube otra niña, rabieta atroz porque se quiere montar en el columpio. Cuando al fin se queda libre, se sube. La empujo desde delante:
- No, atí no.
Desde atrás.
- No, atí no.
- ¿Tú sola?
- No, atí no.
- ¿Entonces cómo?
Rabieta atroz.
Total, que cuando el pobre David, que tiene año y medio más, se enfadó por otra cosa, le tocó pagar el pato. Agarré de la mano a los dos y para casa, en medio de llantos y pataleos en estéreo. Y entonces, en el ascensor, me salió del alma: "Hay que ver, que es mi cumpleaños, y os habéis portado fatal, me habéis dado una tarde horrible". Una frase de reproche absurda, más aún con niños tan pequeños, que me hizo vislumbrar un futuro que me había propuesto evitar a toda costa: convertirme en una madre de las que se hacen las víctimas, que reprochan a sus hijos todo lo que han hecho por ellos y los llaman desagradecidos. Aunque no es el mismo concepto, me vino a la cabeza el término "drama mamá", que da nombre a un divertidísimo blog, Cómo no ser una drama mamá, que recoge consejos maternales absurdos y exagerados y sus consecuencias en el comportamiento actual de la autora.
Mi amiga Blanca Ramírez, psicóloga y madre de dos niños, me tranquiliza. Eso que tanto temo no es algo patológico. Me explica que es una tendencia que se da más en los padres en los que "casi todo, sentimientos, emociones, vida, giran en torno a sus hijos, y por ello los hacen responsables de su felicidad". Todo padre, según me cuenta, cuando decide serlo, "decide dar más que recibir, ser altruista", porque "sabes que nunca te van a devolver lo que les das". En algunos casos, la crianza de los niños les llena, pero a muchos otros no, y por mucho que hagan los padres, los hijos no salen como ellos quieren, no cumplen todas sus expectativas.
"Para que no se sientan frustrados, necesitan hacer también cosas no sólo como padres, tienen que buscar una forma de vida que les agrade y que dependa de ellos mismos", recomienda. Para ello, se puede buscar apoyo de alguien para cuidar a los niños, algún hobby, en fin, hacer cosas que también les guste a los adultos, no sólo a los niños. También se puede, aunque se necesita que los niños ya tengan cierta comprensión (a partir de los 3-4 años), decirles abiertamente lo que quieres de ellos, ayudarles a entender lo que esperas. "En vez de reprocharles 'hay que ver qué tarde tan mala me habéis dado', les puedes decir: 'Me gustaría que estuvieras un ratito jugando solo y luego vienes', o 'no llores porque mamá se siente mal".
Ramírez subraya algo que no siempre es tan obvio, sobre todo en estos primeros años tan absorbentes: "Los padres son los auténticos responsables de su vida -no tanto de la de su hijo, porque en algún momento dejarán de serlo-, por lo que no hay que hacer a los niños responsables de su felicidad". Vamos, que no es justo hacer responsable a un niño pequeño de la felicidad de un adulto de treinta y pico o más años.
En general, las mujeres tienden más a dejar que su vida gire en torno a los hijos, porque tradicionalmente son las que se han ocupado de la crianza y muchas veces no les queda más remedio por falta de apoyo. "Estadísticamente, y por experiencia, es verdad que se encuentran más rasgos dependientes en las mujeres, más rasgos de crianza absorbente", afirma la psicóloga, "aunque va cambiando". Quizá sea casualidad, pero en un post anterior, en el que preguntaba si los hijos dan la felicidad, entre muchos comentarios que respondían que sí, que era una experiencia de amor y plenitud que compensaba todos los malos momentos, y otros que iban más en la línea expresada por Ramírez, me sorprendieron algunos, pocos, todos de mujeres, como este de María Luisa, que reconocían abiertamente que, sabiendo lo que saben hoy día, y pese a quererlos, no tendrían niños:
"Yo tengo tres hijos varones. He renunciado a mi carrera profesional por dedicarles el tiempo que necesitan. Trabajo pero con un horario reducido. Estoy todo el tiempo que puedo con ellos, pero realmente si pudiera retroceder en el tiempo no volvería a tener hijos".
¿Qué consecuencias tiene centrar tu vida en los niños hasta olvidarte de ti mismo? "Hay padres y madres que dejan su vida laboral, que no salen con amigos sin los hijos, o hacen cosas de adultos. Pierden una forma de vida que les gustaba antes, algunos de buena gana, otros a regañadientes". El problema, según Ramírez, es que "pierdes la perspectiva de ti mismo, pierdes una parte de ti como persona independiente, y pierdes ese recurso para enfrentarte a los avatares de la vida". Se nota más claramente cuando los hijos crecen y dan su propio salto a la independencia.
La fase crítica es la adolescencia, cuando los hijos, como corresponde a su etapa de desarrollo y tratando de reafirmar esa independencia, atacan a los de alrededor que les imponen normas, y pueden resultar, de verdad, desagradecidos y rebeldes. "Los reproches de los padres pueden crecer, sobre todo si hasta entonces han centrado en ellos su vida", me confirma Ramírez. "Si les has impulsado independencia, esta etapa la hacen mejor; pero si se han criado de forma interdependiente, el salto a la independencia es un trauma para las dos partes, porque el hijo lo hace de forma muy brusca, mientras que para los padres se convierte en una oveja descarriada sin control". Estos últimos "no dejan volar al hijo, no le dan herramientas adecuadas, lo frenan. Y se encuentran vacíos cuando el hijo empieza a abandonarles por su grupo de iguales, por los estudios, etcétera".
Mi propósito de enmienda como madre incipiente es no caer en los reproches y el dramatismo. ¿Y a vosotros, os ha pasado alguna vez?
Comentarios
Uy que ilusión! Pues yo, después de llevar meses con el blog intentando desprenderme del drama, creo que no es posible. Debe de existir un gen de la marternidad/paternidad en el que graban esas frases. Incluso con un océano por el medio, y las madres siguen diciendo lo mismo...besos y gracias por la mención
Creo que uno piensa en los hijos, en principio, porque los necesita, un poco por egoísmo. Cuando los tienes te das cuenta que, en verdad, dan mucha felicidad. Después van creciendo, y adviertes que son otras personas, a pesar de haber salido de tu vientre. Y que, como tales, tienen derecho a buscar su propia felicidad, y que tú estás ahí para ayudarles en tan ardua tarea, sin olvidarte de tí misma.
Pues mi peque, con 23 meses, tiene sus momentos, pero respiro honfdo y pienso que yo también me comproté así en algún momento, es ley de vida y hay que tomárselo con calma y filosofía...
"educar sin reproches" pues no es difícil eso ni nada. Yo lo intento pero hay veces es que es imposible evitar decir (o simplemente pensar) una de esas dichosas frases tipo "si lo se, me quedo en el trabajo, porque para la tardecita que me estás dando ..." Y el blog de como ser una drama mamá ¡me encanta! hay muchas situaciones que me recuerdan a mi madre y, me temo, a mí misma en algunas ocasiones
Está muy bien todo lo que se propone en el artículo, pero solo teóricamente no practicamente, porque si has decidido tener un hijo, a estas alturas creo que a nadie le habrán obligado a hacerlo, tienes que saber lo que eso supone e intentar hacerlo lo mejor posible. Eso supone renunciar en gran parte a ti para darles a ellos todo lo que necesitan, sobre todo la mayor parte de tu tiempo para estar con ellos, nada de juguetes ni caprichos ni cosas superfluas, tu tiempo para estar con ellos, jugar con ellos e ir enseñándoles cosas de su día a día para que vayan aprendiendo, no dejarles aparcados en el colegio o guardería durante jornadas a veces de duración superior a una laboral para seguir igual que antes de que apareciesen. Cuando tienes un hijo los días siguen teniendo 24 horas pero si quieres darles lo que más necesitan, a ti, tú tienes que renunciar a mucho (a tu carrera profesional, a tus hobbies, a tu vida anterior) por ellos, porque lo de la conciliación laboral-familiar es una mentira que nos quieren vender pero que, al menos en este país, no tiene nada que ver con la realidad.
A mi también me pasa, Cecilia, a veces me sorprendo diciendo cosas que me salen espotáneamente y que no concuerdan, para nada, con la filosofía que les quiero inculcar a mis hijos.Muchas de estas cosas que parecen venir de la nada las llevamos grabadas a fuego en el subconsciente, pues las oíamos decir a nuestras madres y en momentos extraños emergen a la superficie casi como si tuvieran vida propia.No hay que fustigarse por ello, sino hacer autoanálisis y reflexionar al respecto, cogiendo lo mejor de entre lo que nos dieron nuestros padres y mezclándolo con lo que nosostros queremos añadir, asumiendo que, con casi toda probabilidad, nuestros hijos también harán lo mismo.Por cierto, ¡¡¡Felicidades!!! 37 añazos y con vela reciclada de Imaginarium incluida... Espero que consiguieras superarlo y que disfrutaras del resto del día con menos estrés.http://maternidaddiferente.blogspot.com/
Somos humanas y por lo tanto falibles. No estoy de acuerdo en ser una mama drama, pero conviene mostrar a nuestros hijos que sus actos también tienen consecuencias y algunas sobre nuestro estado de ánimo. El sábado por la mañana provoqué un motín al proponer a mis tres hijos (de cuatro, seis y ocho años) que ordenaran sus habitaciones ... los reproches fueron inevitables y del tipo: si no lo haceis vosotros lo tendré que hacer yo y el tiempo que emplee lo tendré que descontar de cosas divertidas que podríamos hacer juntos ... la verdad es que funcionó. No debemos reprocharnos usar técnicas de ensayo/error, ni nacemos sabiendo ser padres ni ellos sabiendo ser hijos: aprendemos todos al mismo tiempo. Un beso y enhorabuena por el blog
A la nena: de nada, como ya he dicho, tu blog me gusta mucho, y creo que todavía tienes tiempo de desdramatizar antes de tener hijos! (Por cierto, te voy a mandar en Facebook un par de consejos marcianos de mis padres que recuerdo). A Eloísa: gracias! La verdad es que después de una semana horrible, conseguí al final volver a mi estado zen normal poniendo en práctica el consejo de tiempo para mí: cena de adultos, y varias horas a solas haciendo mis cosas. ¡Gracias, abuelos!
Estoy de acuerdo con Silvia y Eloisa, pues son muchas las cosas que decimos sin saber lo que decimos o las consecuencias que ello pudiera tener, pretender controlar lo que sale de nuestra boca puede llevarnos a algo peor. Es preferible equivocarnos, que es en definitiva ser humanos, que tratar de cumplir con un ideal imposible. Cuando caemos en ese tipo de reproches es cuando perdemos la paciencia, y a veces, eso funciona para que el niño sepa que es mejor no seguir de largo.
ATI no!
Es difícil contestar a tantas banalidades mezcladas con los consabidos consejos (ovbiedades) de la especie más dañina que ha crecido en el siglo XX (los psicólogos, pedagoos y otros gogos). Llevo unos cuantos años enseñando y he visto cómo van llegando esos pequeños maleducados por culpa de unos padres que están todo el día preguntándose si lo harán bien y que actúan cuando ya no tiene remedio. Os habéis parado a pensar si esa "enfermedad que aqueja a nuestros jóvenes y niños" eso que se cita en el artículo de la rebeldía adolescente no es un producto de nuestra maravillosa sociedad de la abundancia. ¿Creéis que se da en todo el mundo? Es todo mucho más sencillo y más difícil al mismo tiempo. Se trata de poner a cada uno en su sitio y enseñár cuál es el terreno de cada cual. Poner freno desde el principio a esas rabietas maleducadas que se dan por razones evidentes. Si un día concedes, al día siguiente lo harás poque el llanto se prolongará hasta conseguirlo.El problema se mezcla con la paternidad o maternidad a una edad indebida, que hace que nos creamos que somos el centro del universo por tener un hijo, y lo rodeamos de tantos cuidados que fastidiamos el asunto. Olvidad tanto manual de autoayuda y ser más naturales. Aunque sé que esto es imposible. Hay mucha literatura barata en mi contra y muchos psicólogos ganando el pan a costa de incautos.
solo hay una forma se ser un buen padre, y yo no la conozco
Ufff...pues leyendo el post definitivamente soy una madre-drama. Reflexionare mas sobre el tema porque me parece complicado no pasar la raya. Mis hijos son muy epicentro y eso no me disgusta, lo que me asusta es que eso pueda perjudicarles por mi manera de transmitirselo.Tema complicado.
Pues yo voy a romer una lanza a favor de las frases-dramas de nuestras madres, incluso de todas las superfrases que en algún momento repetiremos (no os engañéis, lo haremos). No es tan grave, yo creo que mis padres lo hicieron mejor que yo, y cuando tengo alguna duda sobre mi comportamiento y mi forma de educar a mi hijo pienso: ¿qué harían mis padres? Creo que, al margen de los tiempos y tres actitudes carcas, no lo hicieron nada mal. Sólo teneis que fijaros en lo estupendas que somos todas!!
Manarji: es complicado apreciar los aportes de la psicología a nuestra sociedad, pues en efecto, donde falla es cuando se pone a dar consejos. Las personas toleramos mal la incrtidumbre y en una época en donde la ciencia ha mostrado logros sorprendentes, se tiene la idea de que la psicología puede hacer lo mismo en su campo. Yo soy de los que pone en duda la supuesta objetividad del psicólogo y por esto también es una disciplina cuya inserción en la sociedad ha sido compleja, porque hay que trabajar desde y con la subjetividad y trasmitir un saber a pesar de ello. Es muy posible que en esto radique el motivo lpor el cual muchos psicólogos sean propensos a dar consejos y generalizar. Por mi parte, trabajo desde el psicoanalisis que seguramente será también merecedor de tus críticas y sin embargo, muchos cambios en la consideración del ser humano y sobre todo de la infancia provienen de ahí. Es, en todo caso, una mirada distintas y siempre, absolutamente siempre, esta se da en un caso y un contexto particular y único. De todas maneras decir que la psicología es una especie dañina es darle más autoridad del que ya tiene, a los consejos que de manera natural emergen por todas partes, pues en estos temas saberes hay de todo tipo. La diferencias con otras épocas era que no se asumia que las conductas de los padres tendrían de una u otra manera consecuencias en la vida de los hijos, lo que cuesta aceptar hoy en día, es que estas consecuencias no son ni predecibles ni evitables porque son parte de la vida y de aquello que nos hace ser como somos.
Gracias por el artículo cecilia y por los consejos, ha sido un alivio leerte así como a otras madres.
en cuanto al blog de Como no ser una drama mamá hace meses que lo sigo y además de terapeútico me parece que está escrito con un humor adorable.
Hola Carla. Me alegra tu tono ( educado y sin descalificar). No es moneda común en los foros. Es muy complicado lo que intento decir necesitaría horas para explicarlo bien. La idea es que la psicología no es una ciencia como tal. Se basa en el ensayo y error sin que se sepa cuando acierta, En ciencia, cuando algo no funciona se cambia y la realidad es tozuda. En medicina, si algo no funciona, el paciente se muere. En física. los aviones se caen o los ingenios espaciales se queman por el camino. Y así sucesivamente. En psicología hay corrientes que defienden determinadas cosas sin refrendo en la realidad, porque sus autores sólo ven la parte que quieren ver. Años más tarde se entregan con la misma pasión a lo contrario y sin ningún rubor despotrican de lo anterior. ¿Cuál es el patrón que nos permite determinar si se lleva razón o no? ¿Cuáles son los avances? Con honestidad ¿Hay avances? conozco demasiados psicólogos que están diciendo obviedades ( o peores cosas) todo el día sin preguntarse y no se preguntan nunca en base a qué dicen eso o aquéllo.Quizá solamente repiten una y otra vez lo leído en un manual que a su vez es un refrito de otro, etc... La ciencia es otra cosa.Saludos
La verdad es que el blog "Cómo no ser una drama-mamá" es impagable. La de risas que me he echado a su costa :D La verdad es que no hay recetas, pero la naturalidad, el sentido común y la desdramatización suelen funcionar, pero tod@s tenemos nuestros ratos: hoy he ido a buscar a mi hijo de 2 años y medio a la guarde deseando darle un achuchón y me ha dicho que me volviera yo sola a casa, que él se quedaba en el patio jugando con las motos. Pues ganas me han dado de hacerme la víctima, pero no me ha parecido muy sensato y he conseguido controlarme.En fin, tendremos que "conciliarnos" con nostr@s mism@s...
Pues yo estoy con manarji. Tampoco es para tanto. Con casi dos años lo entienden todo perfectamente, y lo comprenden casi todo. Los niños tienen que saber que existen las consecuencias, que no son el centro del mundo (aunque sí del nuestro), y que hay que portarse bien y educadamente. Esto último es la base de nuestra civilización.
Pues yo no estoy de acuerdo. Una cosa es hacerse la dramática para intentar controlar a los hijos y otra diferente hacerles ver que no solo tienen derechos sino también obligaciones y deberes. A los hijos los traemos al mundo porque queremos e intentamos ser los mejores padres que podemos porque los queremos. Pero eso no les ha derecho a los niños a ser desagradecidos ni a pensar que se merecen todo porque si. Yo soy madre pero también persona, tengo sentimientos y el derecho a ser reconocida y respetada. Cuando mis hijos son maleducados o egoístas también tengo el derecho de quejarme de forma pedagógica y hacerles ver que su comportamiento no es apropiado. No es drama pues parte de nuestro deber educativo es hacerles ver que en determinado momento no han sido considerados. Vivimos en una sociedad donde los niños y los adolescentes son a menudo egoístas y exigentes porque muchos padres no les enseñamos que las relaciones son de ida y vuelta. No es solo tomar y recibir sino tambien dar. Empatía es una palabra que se usa muy poco últimamente pero de la que estamos más que faltos.
Los hijos cuando son pequeños no entienden de stress, cansancio, frustraciones, enfermedades de los padres.. Frase que a veces se me escapa: "estoy harta de tener que hacer las tareas de las casa". Mi pequeña se levantó un día y me dice que no me preocupe que ella hará las camas cada día para que deje de estar harta. Me hizo mucha gracia pero a la vez me sentí fatal por no haber sabido explicarle las cosas de otro modo.
Al hilo del tema hay un libro de Barco de Vapor muy bonito sobre una niña que va en busca de la paciencia que a perdido su madre.
Manarji: estoy de acuerdo contigo, la psicología tiene la pretención de ser una ciencia al menos parecida a la medicina. Estoy de acuerdo también que muchas veces dice obviedades y se dedican a validar cuestiones que salen del sentido común. La razón, en mi humilde opinión y experiencia, es tienen que trabajar con la subjetividad, el dolor psíquico de una persona es único y dificilmente generalizable, lo que es dificil para mi no lo será para otro y así. ¿Es posible pensar en un avance cuando se trabajo sobre los afectos? También en estos temas, cuando se los aborda desde la medicina, resulta dificil vincularlos directamente con la conducta que pretenden explicar. Por otro lado, el aspecto psicológico está en todos lados, en la economía, en la educación, en las instituciones, la forma en la que se trasmite un mensaje desde la política por poner algunos ejemplos. Creo que a lo único que podemos aspirar es a tener modelos explicativos y utilizarlos para tratar el sufrimiento psíquico sobre todo, y después, para interrogar sobre los aspectos que involucren a la conducta humana. ¿Quizá más parecida a la economía? también ellos pecan de muchas cosas similares, cambian sus posturas, dan consejos que luego terminan siendo erroneos y marcan una dirección que muchas veces, sino la mayoría, no se cumple. Porque también trabajan con una variable que siempre tendrá un punto enigmático. No soy partidaria de dar consejos, no lo hago en mi trabajo terapéutico, y menos a nivel social, pero creo que todo pensamientos y todo intento por comprender y darle sentido a los distintos aspectos que conforman nuestro mundo, tiene que ser tomado desde aquello bueno que aporta y si bien es probable que a la psicología todavía le haga falta un replanteo crítico de si misma, también es cierto que aporta cierta luz sobre temas que no hace mucho eran ignorados. De todas maneras, yo he dejado la psicología hace mucho, me interesa el psicoanálisis justamente porque nunca deja cuestiones cerradas, pero es y ha sido una disciplina duramente critica que sin embargo ha aportado mucho a nuestra cultura. Yo también agradezco el tono amable, siempre da gusto el intercambio en esa tesitura. Saludos
manarji: la argumentación que usas para decir que la psicología no es una ciencia, valdría también para sacar de la ciencia al resto de las logías (sociología, antropología, etc) pero también a la política, a la economía y, sorpresa, a la ingeniería!!. Puedes buscar en internet los debates sobre si es más adecuado el tranvía o el autobús o cual es la mejor manera de excavar un túnel!!!En cuanto al asunto del blog, no estoy de acuerdo en que las rabietas se eviten con padres más estrictos. En todos los países en los que he vivido o estado, los niños de dos años tienen rabietas salvo en casos extremos de malnutrición o enfermedad.Y no entiendo porque en España se considera que educar a los niños pasa siempre por ponerse duro, marcar límites e imponer obligaciones. Parece que en este país sólo es bueno lo que exije sacrificio y esfuerzo y sin embargo lo que se haga de un modo alegre y divertido no tiene valor. Claro que para decir que un trabajo es bueno, decimos que es un trabajo serio...
Tengo 31 años y para mi, mi madre es lo que más quiero en este mundo (es que todavía no tengo hijos, je je...) a pesar de que mi madre era la reina del drama!!. Sus principales motivos de disgusto eran: 1) Que los tres hermanos nos peleábamos mucho (es que estábamos siempre juntos, nacimos con un año y medio de intervalo entre nosotros). 2) Que no ayudábamos suficientemente en casa (tenía razón). El caso es que mi madre, en su dessesperación nos soltaba a grito pelao' lindezas como: "No os mereceis ni el agua que bebeis" o " me teneis exclavizada, sólo me falta bajarme las bragas para que me pegueis". Creo que hay que intentar desdramatizar, no por los niños, sino por las madres, que son las que se llevan el peor trago (todavía veo a mi madre roja como un tomate, gritándonos!!). Se hubiera ahorrado un par de sofocones simplemente castigándonos (si lo merecíamos).
Todo el mundo tiene dias en que las "palabras maternas" resuenan en sus oidos y se escapan solas. Creo que simplemente es una manera de descargar tension. Creo que es mucho mas importante comunicarles eso, que el reproche no va en serio, que lo que quiere decir es que esperas un cierto comportamiento de ellos que no se esta dando y que tu eres humana y tambien tienes problemas.
Con lo que no estoy de acuerdo para nada, es con el planteamiento de la amiga psicologa de que el reproche esta ligado al tipo de actividad que tienes o al centrarte mas o menos en ti misma. He conocido madres a tiempo completo con una serenidad tremenda y gente que deja a sus hijos en manos de cuidadores para "centrarse en ellos mismos" y no saben vivir sin reprocharles el poco tiempo que les ven, los dos extremos. Creo que el reproche esta mas relacionado con el tipo de caracter que tienes y con la presion que te pones. Yo al menos les reprocho mucho mas ahora, que he dejado de centrarme en ellos, que antes cuando estaba en casa. La razon es que ahora tenemos unos horarios externos y hay que ajustarse a ellos.
Un supersaludo
Me ha encantado el post. Confieso que yo tiro un poco de reproches, pero es que me exijo mucho y hablo más, y me salen solos. Pero voy a hacer proósito de enmienda. También me alegra leer que le pasa a más mamás en el mundo.
un dia, despues de pasar un día dificil en la oficina, un cursillo, las tareas de la casa y jueves (para mi, el dia que mas cansada estoy) , en plena discusión de mis hijos me salió un " jolin, a mi me gustaban los peces, no se porque elegí hijos" en plan de coña....liberamos tensión los tres, nos entró la risa y acabamos imitando a un pez por el pasillo de casa....ahora de vez en cuando nos sale el "ponte en modo pez un rato"....
No recuerdo negativamente los reporches de mi madre, pero leyendo el blog de mama drama me he dado cuenta de que habla de mi madre. Ella es así de dramatica y sin embargo ante cualquier problema de indole familiar sus 6 hijos contamos con ella.
me veo reflejada en ella en algunos aspectos...recuerdo mi adolescencia y ahora que la vivo desde el lado de madre pienso "debo tener más paciencia que la que tuvo ella, yo sobreviví...ella también..mi hija y yo lo lograremos"
un dia, despues de pasar un día dificil en la oficina, un cursillo, las tareas de la casa y jueves (para mi, el dia que mas cansada estoy) , en plena discusión de mis hijos me salió un " jolin, a mi me gustaban los peces, no se porque elegí hijos" en plan de coña....liberamos tensión los tres, nos entró la risa y acabamos imitando a un pez por el pasillo de casa....ahora de vez en cuando nos sale el "ponte en modo pez un rato"....
No recuerdo negativamente los reporches de mi madre, pero leyendo el blog de mama drama me he dado cuenta de que habla de mi madre. Ella es así de dramatica y sin embargo ante cualquier problema de indole familiar sus 6 hijos contamos con ella.
me veo reflejada en ella en algunos aspectos...recuerdo mi adolescencia y ahora que la vivo desde el lado de madre pienso "debo tener más paciencia que la que tuvo ella, yo sobreviví...ella también..mi hija y yo lo lograremos"
me encanta tu blog, nos ayudas, gracias
Ni tanto ni tan calvo, creo yo. Parte de la educación de los niños es aprender la empatía, que no están solos en el mundo y que los sentimientos de los demás también importan. Mi hijastro, al que adoro, cuando le digo que recoja la mesa, suele decirme: "¿Y papá y tú qué?". Se me llevan los demonios, pero contesto con toda la calma del mundo: "Papá ha hecho la compra mientras yo fregaba los platos y después yo he hecho la comida mientras papá limpiaba el baño. Tú estabas jugando entonces y no te hemos preguntado "Y tú qué" porque los mayores somos los responsables de la mayoría de las cosas de la casa; pero también tienes que ayudar y ahora te toca". A los cinco años se conformaba, pero no entendía el razonamiento. Ahora, con siete, esos argumentos le resultan mucho más válidos. Y, aunque algunos días acabaríamos antes recogiendo la mesa nosotros, se trata de que entienda que hay que arrimar el hombro y que somos un equipo. ¡Uf!
Pues yo no veo que los reproches sean tan malos. Al contrario, sirven para que los niños sean más conscientes de que han obrado mal y por qué, además de ver las malas consecuencias de sus actos.
Rosa, no creo que eso, dicho como lo dices con toda la calma del mundo sea un reproche, sino la realidad. Reproche seria decirle que si no recoje la mesa es porque te tiene esclavizada y cosas asi... ni tanto, ni tan pelao.
Un supersaludo
Pues por eso mismo tampoco me parece mal que les digas, al volver a casa, que se han portado fatal y que te han hecho pasar una tarde horrible. Porque los niños, de por sí, sólo piensan en sí mismos y hay que ir enseñándoles que sus acciones repercuten en los demás (sobre todo, en los que les queremos y tenemos un ojo siempre puesto en que estén bien, abrigados, contentos, jugando con otros niños, tranquilos, seguros y rellenos de fruta y verdura). Pero vaya, sí, con calma y sin usarlos como desahogo gritatorio...
Hola a todos;con una ninha de tres anhos, definitivamente alguna vez que otra me ha salido la drama mama, no sin arrepentirme al segundo despues. Si reprochamos, el ninh@ aprende areprochar y a criticar actitudes; algo verdaderamente fuera de lugar dada su edad.Yo personalmente me inclino (si la paciencia lo permite) por explicar sentimientos; y si mi ninha me exaspera, le digo que mama esta enfadada o cruzada porque no ha escuchado y asi....Es dificil mantener esta linea pero yo lo intento, y funciona, porque los peques entienden de sentimientos y los recproches les quedan grandes.Un saludo a tod@s, me encantaria que todos los padres del mundo fuesen tan respetuosos como los que participais en este blog.
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Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.