¿Quién da más... por una moto de los Mossos?
Profesionales, policías y aficionados que buscan una ganga pugnan por uno de los 100 vehículos policiales de segunda mano que subasta Interior
La subasta de vehículos policiales usados que esta mañana ha organizado la Generalitat ha atraído a tres tipos de personas: los profesionales, que pujan por casi todos los lotes y buscan, con frialdad, el mejor precio; los mossos, que han usado las motos y saben lo mejor y lo peor de ellas; y los aficionados, que en el fragor de la subasta se calientan y acaban comprando por encima del precio del mercado.
Fernando pertenece al primer grupo. De los 15 primeros lotes, todos ellos de motos de gran cilindrada que han usado los Mossos d'Esquadra durante diez años, se ha adjudicado cuatro. El precio inicial de cada lote, que incluye dos motos, se sitúa en torno a los 1.000 euros por vehículo. Fernando los ha ganado por 1.350 euros. Muy por debajo de los 2.500 (más del doble del precio inicial) que han llegado a pagar algunos motards con la convicción de que una BMW o una Honda de gran cilindrada cuestan mucho más en el mercado de segunda mano.
Para Fernando, que regenta un taller de recambios de ocasión en Terrassa, los particulares se han excedido. "Muchos de ellos, cuando salgan de aquí, se van a arrepentir". Él mismo se ha pasado (muy poco) del presupuesto tope que se había fijado. "La gente no actúa fríamente, sino muchas veces por orgullo y llevada por el ambiente que se genera en una subasta", dice Fernando, que ha levantado más que ningún otro en la sala su número (el 170) para hacerse con los lotes.
Entre los más de 200 asistentes, apenas una decena eran mujeres. La inmensa mayoría son jóvenes; muchos de ellos, mossos. Como Marc, que trabaja en el parque móvil y habla con conocimiento de causa. "Las motos que están en mejores condiciones son las de Igualada y Manresa. Del resto, hay de todo", confiesa. De ahí que también se muestre precavido a la hora de aumentar en exceso la puja.
Interior ha decidido sacar a subasta los vehículos porque ya han cumplido su servicio público, pero aún puede sacárseles rendimiento. La mayoría de las motos fueron matriculadas en el año 2000 y tienen entre 50.000 y 100.000 kilómetros. Han estado, sin embargo, un año sin funcionar, y algunas tienen desperfectos. "La gente cree que obtiene una ganga, y eso no está tan claro. Al precio inicial le has de sumar los cambios de documentación, la pintura y los retoques", indica Marc. Y es que, a pesar de que Interior ha eliminado buena parte de los logotipos y el equipamiento que indican que la moto pertenece al cuerpo de los Mossos, los participantes en la subasta se comprometen a eliminar cualquier rastro de su pasado policial.
Esas personas desprevenidas e impulsivas de las que hablan Fernando, el comprador implacable, y Marc, el mosso escéptico que busca una buena oferta sabiendo lo que hay, son tipos como Gabriel. Después de más de media hora haciendo cola frente a la sede de Interior, accede a la sala "a probar fortuna". Dice que siempre le ha gustado una moto de la marca BMW, y que el precio de salida (menos de 1.000 euros) está por debajo del precio de mercado de segunda mano, donde se pagan unos 5.000 euros, según él. Es la primera vez que participa en un acontecimiento de este tipo. "He dado la garantía para optar a dos lotes. A ver si hay suerte y toca una en la que la gente no suba demasiado el precio".
Lo cierto es que, como ha advertido el jefe de servicios de Interior antes de empezar la subasta, Lluís Torrents, hay una gran desigualdad en los lotes. A algunos de ellos concurren solo dos personas. A otros, hasta 70, una aseveración que ha provocado la risa y un rumor constante en la sala. Gabriel no sabe que Fernando vende esas mismas motos, ya arregladas, por 3.000 euros. Pero probará fortuna. "Luego verás mi cara a salir. Si es de alegría, es que he podido comprar por buen precio. Y si no... Pues ya habremos echado la mañana".
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