La nueva cara de Amy Winehouse
La cantante vuelve a la escena musical londinense, alejada de su oscuro pasado
Todo parece indicar que Amy Winehouse está de vuelta. Y, lo que es mejor, de una manera muy distinta a como tenía acostumbrado a su público. A pesar del brazo escayolado que lucía la noche del martes, a consecuencia de una caída doméstica y nada grave, Winehouse parecía nueva: sonreía a cara lavada a la salida de uno de sus conciertos, sin rastro de haber bebido ni una copa de más.
La cantante, poco a poco, está volviendo a la escena musical londinense. Y ha comenzado desde abajo: los pubs son su primer acercamiento al público, que la ha recibido con los brazos abiertos. Según cuenta su padre, Mitch Winehouse, esta nueva y saludable actitud de su hija se la debe a la relación con su novio, Reg Traviss, con quien lleva seis meses.
"Reg es genial", ha contado Mitch al Daily Mail. "Pero está temporalmente viviendo lejos por su trabajo y últimamente casi no se ven. Eso lo hace muy difícil para ella".
Hace poco, la cantante reveló a la revista Glamour que si ya no llevaba las pintas a las que nos tenía acostumbrados es porque hace mucho que no se droga. "Estoy mucho más sana ahora. Antes usaba drogas, y no las he probado hace casi tres años. No es nada difícil".
Pero su padre, aunque no la desmiente, se ha apresurado a corregir el tiempo que lleva limpia. "Un año", asegura él. Y las fechas coinciden. Hace prácticamente un año que se dejó de ver a esa delgada morena de aspecto despreocupado y marcado maquillaje en los ojos. Y, la que ha vuelto, en poco la recuerda.
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