Con Trinidad Jiménez ganamos Madrid
Albert Camus escribió en El mito de Sísifo: "Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y estéril" Los socialistas madrileños en los últimos años no hemos sabido conectar con la sociedad en la que vivimos ni recoger los anhelos de progreso y modernidad de la mayoría de nuestros conciudadanos.
Es más, posiblemente por estar inmersos de manera excesiva en los intereses y tensiones intrapartidistas, hemos olvidado las legítimas aspiraciones de un electorado deseoso de cambiar los rancios modos y los comportamientos obsoletos del sector de la derecha más retrograda que, lamentablemente, es la que gobierna en nuestra Comunidad, y cuyas políticas y actitudes han producido un retroceso político, social y económico de nuestra Región en relación con las del resto de España, y un grave deterioro de su imagen y de su posición en el mundo.
Los socialistas madrileños tenemos la obligación política y moral de romper con el pesimismo y recuperar la ilusión de una sociedad, que, como la madrileña, está integrada mayoritariamente por ciudadanos que ansían una convivencia civilizada basada en el respeto, la libertad y el progreso.
Trinidad Jiménez es la persona que representa en este momento el proyecto socialista que reclaman los ciudadanos de nuestra Comunidad. En contra de ciertas informaciones y opiniones interesadas, su candidatura al ayuntamiento de Madrid en las elecciones municipales del año 2003 ya obtuvo un gran éxito, no sólo porque las óptimas perspectivas en los sondeos de la candidatura de Trinidad (que iba a competir con Esperanza Aguirre, no lo olvidemos) obligaron a Aznar a cambiar la estrategia electoral y a presentar a Ruiz-Gallardón para evitar la pérdida de la alcaldía, sino también porque obtuvo 625.000 votos (el 37,28 %,), lo que supone, hasta hoy, desde Tierno Galván, el mejor resultado obtenido por el PSOE en Madrid.
Trinidad representa la garantía de lo público frente a lo privado, de la modernidad frente a lo obsoleto y arcaico, de la apertura frente a la cerrazón, de la integración frente a la división, de la ilusión frente al espíritu rancio que caracteriza la forma de gobernar de Esperanza Aguirre. Esto significa recuperar una autentica educación pública en beneficio de todos; significa impedir la privatización de la sanidad concebida por la derecha como negocio en detrimento de la salud de los madrileños; significa una atención prioritaria para los colectivos dependientes (mayores, discapacitados...) desarrollando la ley de dependencia como elemento esencial de la política social. Y finalmente, significa que el gasto derivado de estas políticas supone realmente una inversión para ganar el futuro, incrementar la productividad, vencer la crisis y aumentar el trabajo
Por otra parte, nadie ha puesto en cuestión en Madrid a Tomás Gómez en su calidad de secretario general, responsabilidad para la que fue, en su día, elegido en un congreso. Lo único que se ha puesto sobre la mesa es una verdad elemental: si todas las encuestas (no sólo la que se elaboró por encargo de la dirección federal del PSOE) apuntan a la posibilidad de quebrar la mayoría absoluta del PP con una candidata a la presidencia como Trinidad Jiménez, no parece descabellado actuar en consonancia con esas previsiones.
Las primarias son un sano ejercicio democrático que refuerza la actividad en el seno de nuestro partido y moviliza a unas bases excesivamente alejadas de la organización y de la toma de decisiones, lo que devuelve a los militantes la ilusión y el papel que les corresponde. Las elecciones primarias dan auténtica dimensión a la función que nuestra Constitución otorga a los partidos políticos "como instrumento fundamental para la participación política."
Un triunfo de Trinidad sería integrador para el partido ya que, en caso de ganar, su voluntad es la de integrar a todos sin ninguna exclusión en su propuesta electoral.
La candidatura a las primarias de Trinidad Jiménez se realiza desde el sentido de la responsabilidad a la que obliga un colectivo de 18.000 militantes que aspira a gobernar Madrid para impulsar su convivencia y su progreso. Es sin duda la candidata idónea para vencer al PP en la Comunidad de Madrid, ya que aglutina en torno a su candidatura los votos del PSOE y los de muchos progresistas, que por su gestión modélica al frente del Ministerio de Sanidad, Política Social y Consumo, la consideran como una persona capaz de afrontar el reto de recuperar para la Comunidad de Madrid el liderazgo y desarrollo que tuvo antaño en el seno de la Unión Europea y que ha dilapidado la política ramplona y excluyente de la señora Aguirre.
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