Me siento estafado
Este país sólo me ofrece tres salidas: por tierra, por mar y por aire
Una amiga me contaba hace poco que su abuelo se sacudió los zapatos al cruzar la frontera, huyendo de la Guerra Civil en el 39, y dijo: "¡Adiós, España... ni el polvo del calzado me llevo de tí!".
Intenté seguir la fórmula que habían seguido mis padres: estudié una carrera, hice un par de másters, aprendí inglés y francés, me casé, me hipotequé y empecé a tener hijos. Ahora, a mis 30 años, estoy en el paro y preguntándome qué he hecho mal o en qué he fallado...
Este país sólo me ofrece tres salidas: por tierra, por mar y por aire. Dos generaciones después me veo con el mismo sentimiento que el abuelo de mi amiga, teniendo que ir a producir fuera lo que han sembrado aquí.
Nos han engañado en todo, me siento estafado. Nos dijeron que si nos esforzábamos y estudiábamos viviríamos bien, pero no nos dijeron dónde. ¿Quién me ha robado ese futuro por el que tanto me esforcé? Cuando me haya ido espero no regresar más, no quiero que a mis hijas les acabe pasando lo mismo.
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