Los bomberos de Madrid reclaman más efectivos en la plaza de la Villa

Más de un centenar de bomberos del Ayuntamiento de Madrid se ha manifestado esta mañana, entre abucheos y petardazos, en la Plaza de la Villa, lugar en el que se desarrollaba el pleno de la corporación municipal, para protestar por la falta de personal y de medios. "Madrid está en peligro", alertaba Óscar Pascual, miembro de CC OO del colectivo. Según Pascual, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz - Gallardón, prometió para este año 1.885 efectivos. Actualmente solo hay 1.416 bomberos.

Los bomberos, que acudieron uniformados y con el casco reglamentario, mantienen que no se convocan nuevas plazas desde 2007 y que trabajan con vehículos y bombas de agua obsoletos, "de entre 20 y 30 años", dice Pascual, cuando según ellos la vida útil de un vehículo de primera intervención debe oscilar entre 10 y 12 años, según la normativa europea.

Izquierda Unida, sumada a la protesta, alertó ayer también de la escasez de parques en la capital. "En España la media es de 1,17 parques por cada 100.000 habitantes, pero en Madrid es de 0,36", advirtió Ángel Lara, portavoz de seguridad de de la formación, que recordó que han pasado 15 años desde que se construyó el último parque en la ciudad, mientras que el número de habitantes no para de crecer.

El concejal de seguridad y movilidad, Pedro Calvo, ha criticado la protesta de los bomberos y ha anunciado que podría haber sanciones, porque la normativa prohíbe salir a la calle con el material reglamentario si no están de servicio. "Los bomberos son los primeros que boicotean su formación. Se quejan del estado del material y son ellos mismos que pintan sus coches", dijo. "El Ayuntamiento de Madrid tiene 1.400 bomberos para intervención directa, y si no boicoteasen la formación, podrían llegar a 1.500. Es un cuerpo bien dimensionado para la población de Madrid y los siniestros que registra la ciudad". El concejal se refiere a los cursos de formación que los propios bomberos tienen que ofrecer a los que aspiran a una plaza en el cuerpo, que desde hace meses no se están impartiendo, como medida de protesta por la situación en la que se encuentran.