"Esperaba que Roberto me pidiera perdón"
Miwa Buene, el inmigrante congoleño que quedó tetrapléjico tras una agresión racista, se muestra muy satisfecho con la sentencia y asegura que tiene un nuevo proyecto de vida
Sonriente y muy contento. Así ha entrado Miwa Buene, el congoleño que quedó tetrapléjico tras recibir un brutal golpe en el cuello a manos de Roberto Alonso de la Varga, en la sala para hablar a los medios de comunicación. Este inmigrante de 45 años se ha mostrado muy satisfecho con la sentencia de la Sección 17ª de la Audiencia Provincial de Madrid, por la que se condena a su agresor a 10 años de cárcel y al pago de una indemnización de 1,5 millones de euros.
Miwa Buene, que sufrió la brutal agresión en febrero de 2007, ha asegurado que él nunca ha buscado la venganza, sino que se hiciera justicia. "La sentencia está en el límite de lo que hemos pedido. No tengo ni odio contra mi agresor y tampoco mi familia ni mis hijos ni mis hermanos no tienen nada que ver. Tendrá que hacer la vida en la cárcel hasta que salga. No tengo nada que ver con él. Voy a seguir con mi vida, en la silla de ruedas", ha comentado Miwa.
Miwa espera que sirva de lección
También ha añadido que esperaba que su agresor le pidiera perdón, aunque ha reconocido que no se lo habría concedido: "Esperaba el perdón, pero no ha dicho nada. Es una forma de negar que haya algo. De todas formas, no se lo hubiese concedido". El propio fallo, que sostiene que "la única razón" de la agresión fue que el agredido "era una persona de raza negra africana y emigrante en España", hace referencia a que el condenado no pidió perdón a la víctima durante la vista oral celebrada el pasado mes de junio.
Miwa espera que esta sentencia sirva de lección para otros racistas, que sepan que van a acabar en la cárcel si cometen agresiones de este tipo. "Tengo un proyecto de vida y espero salir adelante", ha destacado el congoleño. Junto a él se encontraba el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que ha destacado que la sentencia es un antes y un después, y una de las pocas ("no más de 10") que recoge la agravante de racismo.
"Es un hito en el acervo jurídico contra las agresiones racistas", ha destacado Ibarra, que ha ejercido la acusación popular. Ni Miwa ni el Movimiento tienen previsto recurrir la sentencia, de la que han destacado la pedagogía y el sentimiento mostrado por los jueces hacia la víctima.
La más seria durante la rueda de prensa ha sido Mireia, la esposa de Miwa, visiblemente triste, pero satisfecha con la condena: "Lo que debe quedar claro a los que hagan algo parecido a lo que han hecho a mi marido es que les está esperando la cárcel. Si intentan una agresión como la de Miwa les espera la cárcel. Lo que ha hecho Roberto ya no tiene arreglo ni nada. Ahora nos toca vivir y seguir hacia adelante. No sé lo que la vida nos va a regalar más adelante".
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