El fiscal mantiene la petición de 12 años de cárcel para Roberto Alonso
El ministerio público pide una indemnización de 400.000 euros para Miwa Buene, congoleño que quedó tetrapléjico tras una agresión racista en 2007.- La defensa pide su absolución o la condena por un delito de lesiones con el atenuante de imprudencia y consumo de alcohol
A pesar de que el juicio comenzó en la sala 17 de la Audiencia Provincial de Madrid el pasado martes con una negociación entre las partes, hoy, última jornada de sesiones, la fiscalía ha decidido ratificarse en la petición de 12 años de cárcel para Roberto Alonso, el joven que en 2007 propinó un puñetazo en el cuello al congoleño Miwa Buene en Alcalá de Henares que le dejó tetrapléjico. Además, el fiscal pide una indemnización de 400.000 euros para Buene y su familia, como compensación por las secuelas que han sufrido desde entonces.
Tanto la fiscalía como la acusación particular y Movimiento contra la Intolerancia, que se ha personado en la causa como acusación popular, han insistido en sus alegaciones finales que la agresión no se hubiese producido si Buene no hubiese sido congoleño, por lo que los motivos fueron racistas y xenófobos.
En su alegato final, el acusado, Roberto Alonso ha pedido perdón "a todo el que se sienta ofendido por los insultos de puto negro, negrito, etc" que profirió a Buene tras agredirle. Además, Alonso ha declarado que no es racista ni xenófobo y que no está en ningún grupo neonazi. Su abogado defensor ha pedido la libre absolución o, en el caso de que se le condene, que se haga por un delito de lesiones con atenuantes por imprudencia y consumo de alcohol, que le llevaron a golpear a Buene sin intención de provocarle las secuelas que padece.
La tercera jornada del juicio ha arrancado puntual. Hoy han declarado los peritos y forenses que examinaron a la víctima. Según ha declarado uno de los forenses, Miwa Buene tuvo que sufrir "un golpe fortísimo" en el cuello para sufrir la tetraplejia. La declaración coincide con el escrito que presentó la fiscalía antes de la vista, en el que se relataba que Buene sufrió, como consecuencia de un puñetazo en la nuca, la fractura de las vértebras cervicales de la 4 a la 6, lo que se tradujo en una tetraplejia inmediata y una gran invalidez, además de lesiones en la vejiga y el intestino neurógeno con incontinencia urinaria y fecal. Los forenses han declarado también que la víctima cayó desplomada sin reflejos.
Los psiquiatras que le atendieron han explicado después que Buene sufre un trastorno depresivo mayor severo, con brote psicótico, como consecuencia del golpe que le dejó tetrapléjico. Se quería morir para evitar el sufrimiento de su familia y sufrió más porque piensa que el ataque lo sufrió por ser negro. Buene pasó 17 días en coma, luchando entre la vida y la muerte. Desde entonces requiere que alguien le ayude para todo. Tan solo puede moverse gracias a la silla de ruedas que maneja con la cara.
Ayer declararon los testigos presenciales y los policías que detuvieron al acusado, Roberto Alonso. Una de las preguntas en el aire desde el inicio del juicio es si alguien movió a la víctima antes de que llegasen los sanitarios, agravando la lesión de forma involuntaria. Sin embargo, los testigos que declararon ayer lo negaron. La técnico en emergencias Inmaculada Muñoz, que atendió a Buene, aplicó el día de la agresión el protocolo para fracturas de cuello: puso un collarín a Buene, le trasladó en un colchón de vacío. "Una mala manipulación puede agravar mucho las consecuencias", destacó Muñoz. Nadie ha declarado hasta ahora que intentara mover a la víctima. La técnico no dio un diagnóstico a la policía. No sabía el alcance de las lesiones. Eso motivó que el supuesto autor no fuera detenido en el acto. Dos testigos acusaron directamente a Alonso de la agresión y de lanzar consignas racistas después de golpear a Buene:"¡Nos están invadiendo!". "¡Arriba España!", grito, con el brazo derecho levantado haciendo el saludo nazi.
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