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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

La campanada brasileña

Anatxu Zabalbeascoa

HUMBERTO Y FERNANDO CAMPANA  

“Ser creativo significa ser divertido. Aun cuando el mundo esté a oscuras, hay que mirar dentro de uno mismo para ver qué es nuevo para el alma y nuevo para las emociones”. Habla Humberto Campana (Rio Claro, Brasil, 1953). Este abogado-escultor forma, junto a su hermano, el arquitecto Fernando Campana (Brotas, 1961), una de las parejas más sobresalientes del diseño actual.

Los Campana llevan más de 20 años trabajando, pero tienen un foco encima desde que, en 1997, el crítico Massimo Morozzi descubriera su silla Vermelha, realizada con 450 metros de cuerda, entre una selección de las 50 mejores butacas del momento. Luego fue la empresa italiana Edra la que decidió producir la pieza para lanzarla en una serie limitada. Tras la Vermelha llegarían otros asientos icónicos, como las sillas Favela –construida con estacas de madera- o la butaca Sushi –a base de restos de tela enrollados-.

Sus primeros trabajos nacieron así, con el doble pasaporte de la buena conciencia y el diseño exclusivo. Provenientes de restos y anunciando un diseño sostenible basado en el reciclaje de materiales, sus trabajos tenían, sin embargo, un único mercado posible: el de nuevos coleccionistas de arte dispuestos a fascinarse ante las piezas más extravagantes y escultóricas.

Hoy los productores italianos de Edra aseguran que sólo queda una persona en el mundo capaz de anudar los 450 metros de cuerda que forman la butaca Vermelha. Pero son muchas otras piezas las que nutren ya el singular, y siempre sorprendente, catálogo Campana. Lejos de la precariedad, sus interiores son más habituales en las presentaciones de Moët & Chandon que en el mundo de las favelas del que dicen nutrirse.

Con un pie en la industria y otro en la artesanía, los imaginativos hermanos y su universo contaminante y contaminado -“El mundo nos ha infectado ahora queremos infectar al mundo”- contagiarán con su espíritu el verano gallego. Desde el 1 de julio y hasta el 26 de septiembre, las sedes de la Fundación Barrié de la Maza de A Coruña y Vigo acogerán 20 años de trabajos de unos tipos que han querido, todavía quieren, reinventar el diseño.

Con más referencias en el mundo del cine que en los clásicos de su disciplina, y con una antena para los asuntos de la calle y otra para las cifras de la industria, los Campana son hoy diseñadores mundanos. Con sus interiores para Camper y las últimas piezas, incluidas en la muestra New Barbarians que el propio Morozzi organizó en Milán esta primavera, han reivindicado la artesanía de las piezas exclusivas con casi imposibles mesas de terracota y estanterías de paja.

Criados en Brotas, entre Rio y Sao Paulo, y crecidos ante las pantallas del cine de los domingos, donde acudían con sus padres, el arquitecto y el escultor reconocen haberse inspirado, fundamentalmente, en el sertao que quedaba detrás de su casa, una de las últimas del pueblo. Así, la vegetación cercana, el ingenio de los vendedores callejeros y el hecho de haberse criado conviviendo con el campo abierto son tres claves de lectura de sus trabajos.

La improvisación de las chozas, la ingeniería de las favelas o la magia del cine les han llevado hasta los catálogos de las más destacadas empresas del mundo: de Vitra a Alessi pasando por Edra. Proveniente del Vitra Design Museum de Wiel am Rheim, la muestra gallega será la más amplia hasta la fecha.

Comentarios

Me encanta ver los periódicos hablando del arte que hay en Brasil. Hay muchisimo talento más que samba y traseros.... un saludo de una brasileña con corazón medio español.
Desde luego creatividad no falta y como consecuencia, talento mucho menos! Me ha llaamdo muchisimo la atención.

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