La Guardia Civil busca un objeto cortante como el arma del "asesinato" de Seseña

La niña detenida por el "asesinato" -como lo ha calificado el fiscal de menores- de Cristina Martín de la Sierra ha confesado que le dio una paliza y que posteriormente la tiró al pozo de una fábrica abandonada de Seseña (Toledo) donde fue hallado el cadáver y se marchó a su casa. La Guardia Civil está buscando un objeto cortante, una navaja o similar, con el que, según los últimos datos, la detenida habría rajado una de las muñecas de Cristina, una herida que la joven intentó taponarse con un pañuelo y por la que finalmente murió desangrada sin recibir una asistencia que le habría salvado la vida. El juez de menores, a petición del fiscal, ha ordenado el internamiento cautelar por entre seis y nueve meses de la menor de 14 años detenida.

Los investigadores están prácticamente convencidos ahora de que el corte en la muñeca se produjo durante la pelea y no durante la caída al pozo, con un guijarro afilado. Pero lo que más inquieta a la Guardia Civil es la posibilidad de que la detenida, tras dejar inconsciente a Cristina Martín al darle varios golpes en la cabeza, hubiera practicado conscientemente el corte con una navaja o cuchillo y que luego la hubiera lanzado a la fosa.

El corte no era mortal de necesidad. La hemorragia que se produjo tras el corte no era "masiva" e incluso Cristina Martín intentó taponársela con un pañuelo que se ha hallado en el mismo pozo. Los investigadores descartan el corte accidental: fue intencionado. Lo que de momento ha quedado descartado es que hubiera más personas involucradas en la muerte, aunque se sospecha que otros menores fueron testigos o supieron parcialmente qué ocurrió en la planta de yeso abandonada.

La búsqueda de ese objeto es ahora una de las claves de la pesquisa, así como el establecer una secuencia temporal, es decir, dejar claro, paso a paso, qué ocurrió el martes, día de la desaparición y muerte de Cristina, quien ha sido enterrada hoy . Ninguna de las fuentes ha aclarado cuál fue el motivo por el que la fallecida y la detenida quedaron de común acuerdo en el descampado para saldar a golpes sus cuitas.

La detenida ha colaborado lo justo con la investigación. Ha confesado la pelea y que la tiró al pozo, pero poco más. Los psicólogos, según las fuentes, se han sorprendido de la fortaleza de la chavala, de 14 años, así como de la inexistencia de sentimiento de culpa que ha manifestado durante las exploraciones.

Los fiscales de menores exploraron a partir de las once de esta mañana a la detenida. El fiscal José Javier Polo le tomó declaración a la niña, con asistencia letrada, tras la cual ha solicitado al juez de menores el internamiento cautelar de la detenida en un centro cerrado "dada la gravedad de los hechos (asesinato) y los indicios racionales y contundentes de la participación de la menor en los mismos". La medida se adopta también para evitar "el riesgo de que eluda u obstruya la acción de la justicia", es decir, que intente hacer desaparecer el arma del crimen. El juez ya ha ordenado que sea internada hasta, al menos, concluya la investigación y se aclaren extremos aún oscuros en la secuencia del crimen.

El juez acuerda internar a la menor a petición del fiscal