Fèlix Millet quería seguir al mando del Palau tras su cese

Tan convencido estaba Fèlix Millet de su impunidad y de que el registro del Palau de la Música por parte de los Mossos d'Esquadra del 23 de julio no iba con él, que el 28 de julio, el día siguiente de dimitir de sus cargos, volvió a ocupar el que había sido su despacho en el auditorio modernista como si nada hubiera ocurrido.

Mariona Carulla, quien sucedió a Millet como presidenta del Orfeó Català, de su fundación y de la comisión ejecutiva del consorcio del Palau, tuvo trabajo en convencerlo de que no debía estar allí. Que su sola presencia en el Palau de la Música comprometía la investigación interna que la institución se había comprometido a realizar para evitar la intervención judicial de la institución.

Fèlix Millet puso su cargo a disposición de la junta del Orfeó Català el 27 de julio y fue sustituido por la vicepresidenta de la institución, Marina Carulla, quien al finalizar la reunión le dijo a Millet: "Debemos vernos", en referencia al traspaso de cargos. Millet consultó con su agenda y como si se tratara de una cita más le dio hora al día siguiente en su despacho.

Carulla creyó en ese momento que el motivo por el que se investigaba a Millet era una cuestión menor que se aclararía en poco tiempo. Confiaba en él, a quien conocía desde hacía muchos años ya que las familias de ambos eran amigas. Acudió a la cita y tras hablar con Millet creyó haberle dejado claro que no debía volver por el Palau de la Música.

Fèlix Millet no se dio, sin embargo, por aludido. Y no sólo ocupó el que había sido su despacho de presidente del Orfeó el 28 de julio cuando ya no lo era, también se presentó en el Palau el 29, día en el que por la tarde se reunieron las administraciones publicas que integran el consorcio para nombrar a Joan Llinares director ejecutivo de la institución. Ese fue el último día en que Mariona Carulla vio a Millet.