Francia entrega a España al etarra Asier Arzalluz
El terrorista participó en el asesinato del periodista José Luis López de la Calles y de dos guardias civiles
Agentes de la Policía Nacional han trasladado hoy desde Francia al etarra Asier Arzalluz Goñi, reclamado, entre otros delitos, por participar en el asesinato del periodista José Luis López de la Calle y de los guardias civiles Irene Fernández Pereda y José Ángel de Jesús Encinas. Arzalluz, detenido en Francia en junio de 2002 junto a Aitor Aguirrebarrena Beldarían, cumplirá en España la condena impuesta por las autoridades francesas.
Asier Arzalluz (San Sebastián, 1976) está reclamado por atentado terrorista, pertenencia a organización terrorista, detención ilegal, tenencia ilícita y depósito de armas con fines terroristas y tentativa de asesinato. El etarra -conocido con los alias de Santi, Epeta y Sendoa-, ingresó en la banda terrorista en 1999 y desde el año 2000 actuó integrado en el comando Ttotto de ETA junto a Aitor Aguirrebarrena Beldarían e Ignacio Guridi Lasa. En mayo de 2000 participaron en el asesinato del periodista José Luis López de la Calle.
En julio del mismo año participaron en la colocación de un coche bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Agreda (Soria). En agosto, el comando asesinó a los guardias civiles Irene Fernández Pereda y José Ángel de Jesús Encinas mediante la colocación de una bomba lapa en los bajos de un vehículo de la Guardia Civil, aparcado en las inmediaciones del cuartel de Sallent de Gallego (Huesca). En septiembre, participaron en la colocación de varios explosivos en una discoteca y en noviembre colocaron otro artefacto en el domicilio particular de un guardia civil en Cintruénigo (Navarra). Durante ese mismo mes el comando, hasta entonces "legal", pasó a ser de liberados.
En febrero de 2001, el comando colocó ocho artefactos explosivos en el edificio en construcción del centro de rehabilitación de menores de Zumárraga. Tras este atentado fue detenido José Ignacio Guridi Lasa y el resto de miembros huyó a Francia donde Asier Arzalluz Goñi y Aitor Aguirrebarrena Beldarían fueron detenidos el día 4 de junio de 2002 cuando intentaban eludir un control policial. En 2005 fueron entregados temporalmente para ser juzgados en la Audiencia Nacional.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Trump justifica su ataque a Nigeria por la masacre de cristianos, pero las víctimas del yihadismo son de todas las confesiones
Eurobonos gracias a ley de la gravedad
La ONU y organizaciones prodemocracia piden no reconocer las elecciones “fraudulentas” en Myanmar
El MEI en 2026: las nóminas que superen los 61.214 euros al año aportarán 92 euros anuales a las pensiones
Lo más visto
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Timothy Morton, activista: “Estados Unidos es un gigantesco campo de concentración”
- La obsesión de Trump por poner su nombre a todo carece de precedentes en Estados Unidos




























































