La macrorredada en talleres ilegales de Mataró libera de la explotación a 450 chinos
Detenidas 77 personas que imponían a sus trabajadores jornadas de sol a sol
La macrorredada efectuada por los Mossos d'Esquadra en talleres textiles ilegales de Mataró (Barcelona), que se ha saldado con 77 detenidos, ha permitido liberar de la explotación laboral a 450 personas, todas ellas de nacionalidad china.
El subjefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, Josep Montey, ha explicado en rueda de prensa que, pese a que tenían libertad de movimientos, los trabajadores de los talleres trabajaban de sol a sol, cada día de la semana y, en la mayoría de casos, vivían en condiciones infrahumanas en los mismos locales, sin luz ni ventilación.
Los trabajadores, ha añadido Montey, no eran conscientes de que eran víctimas de explotación laboral, por lo que no habían denunciado a las mafias que los utilizaban, ya que viven en un mundo "cerrado" y se ven abocados a esos empleos de semiesclavitud debido a su situación de irregularidad. Tras el desmantelamiento de los talleres clandestinos, las víctimas se han realojado en domicilios de familiares o han sido asistidos por los servicios sociales, al tiempo que los Mossos informaban de su situación al Consulado de China en Barcelona.
La investigación, que sigue abierta, pretende aclarar también para qué empresas trabajaban los talleres ilegales desmantelados por si pudiera imputárseles alguna responsabilidad penal.
Los Mossos d'Esquadra asestaron ayer un golpe contundente a la mafia china, que controla el negocio del textil en la costa del Maresme (Barcelona) a través de una tupida red de talleres clandestinos. En una operación de dimensiones desconocidas -la más grande en la historia de la policía catalana- 750 agentes tomaron la ciudad de Mataró y registraron 72 locales y pisos con un objetivo: detener a los propietarios por explotar a cientos de compatriotas a cambio de sueldos de miseria.
La Operación Wei fue coordinada por la Fiscalía Especial contra Crimen Organizado. Los investigadores intentan desvelar las conexiones de los propietarios con la mafia china. En algunos casos, los dueños se ven obligados a abonar sumas de dinero a los grupos mafiosos, que les proporcionan protección y mano de obra barata. En otros, es la mafia la que controla directamente los talleres y trae a operarios de China. Éstos adquieren una deuda por salir del país y se someten sin protestar a un ritmo de trabajo esclavo, explicaron fuentes policiales.
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