Con 500 kilos de hachís y hablando por el móvil
Un conductor a quien paró la Guardia Civil por circular con el celular en la oreja llevaba en el coche uno de los mayores alijos de droga de los últimos años
Lo que iba a ser una multa por una infracción al Reglamento de Circulación se ha convertido en uno de los mayores alijos de hachís de los últimos años. Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han detenido a un conductor de nacionalidad marroquí, de 26 años, acusado de traficar con hachís y de poner en peligro la seguridad del resto de usuarios de la carretera, según informó este jueves el instituto armado.
Los hechos ocurrieron la tarde del jueves, cuando dos motoristas de la Guardia Civil iban patrullando por la autovía de Barcelona (A-2). De repente, vieron al conductor de un Citroën C-5 de color gris plata que iba hablando por el teléfono móvil. Éste, lejos de deponer su actitud ante la presencia de los agentes, continuó hablando, por lo que decidieron pararle.
Los motoristas pusieron las luces lanzadestellos y las sirenas. Esto fue lo que alertó al conductor, que intentó huir a gran velocidad para deshacerse de los motoristas. Salió de la autovía por el desvío hacia el municipio de Santos de la Humosa, por la carretera M-226.
En su huida, el conductor, cuyas iniciales son H. E. H., sufrió un accidente tras saltarse una señal de stop. Se salió de la carretera y chocó con la valla protectora. Enseguida se quitó el cinturón y salió campo a través para continuar a la carrera su fuga. Los motoristas aparcaron sus vehículos y salieron detrás de él, sin tiempo siquiera para quitarse los cascos. A los pocos metros, le dieron alcance y, tras reducirle y tirarle al suelo, le pusieron las esposas. El supuesto autor opuso gran resistencia a la detención.
Según fuentes del caso, los agentes se mostraron sorprendidos con la actitud del conductor. Rápidamente encontraron la respuesta al registrar el interior del turismo. Cuando abrieron el coche encontraron grandes fardos de color ocre con la inscripción FIFA. En su interior había hachís que, supuestamente, iba a ser distribuido por el norte de la Península o por el sur de Francia.
Los fardos estaban desparramados por el maletero y en los asientos traseros. Aquí, iban tapados con parte del equipaje para que no fueran detectados desde el exterior del vehículo. Cuando los fardos fueron pesados por los agentes, arrojaron un total de 570 kilos de hachís. Su precio en el mercado podría haber alcanzado unos tres millones de euros. Al arrestado le han acusado de un delito contra la seguridad del tráfico y otro contra la salud pública (narcotráfico). Ya ha pasado a disposición judicial.
Éste es el segundo alijo de estas características que decomisa la Guardia Civil de Tráfico en los últimos 15 días. El anterior fueron más de 100 kilos, también de hachís, y se produjo en la autovía de Andalucía (A-4), según fuentes del instituto armado.
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