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La firma indeleble del crimen organizado

Un grupo de sicarios asesina a un jefe de la policía mexicana.- La ciudad estaba protegida por el Ejército tras las protestas de sus habitantes contra la violencia

Hace menos de un mes, atemorizados por los secuestros y la impunidad, los habitantes de la localidad mexicana de Villanueva bloquearon caminos en protesta contra la violencia y crearon un cuerpo de vigilantes. Al municipio de Zacatecas (centro-norte) llegó el Ejército y tranquilizó a la gente, pero desde el lunes el miedo se disparó: a plena luz del día y con los militares patrullando, un comando de sicarios ejecutó al director de la policía municipal, Rómulo Madrid Olave.

Apenas unas horas antes del crimen, varios vecinos decían confiar en que los soldados impondrían el orden; incluso se mostraban dispuestos a alimentarlos, con tal de vivir en paz y seguros. Ahora, muchos de ellos se han encerrado en sus casas, porque no saben cuál será la siguiente acción de los criminales.

Tanto en Zacatecas como en Quintana Roo se atribuyen los atentados al crimen organizado, perpetrados por sicarios de bandas de secuestradores y narcotraficantes, pero no hay detenidos ni pistas concretas
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Prueba de que el temor entre los ciudadanos ha crecido es que un vecino de Villanueva que no se identificó dijo a un diario local: "Pareciera que es un mensaje a todo el pueblo que decidió protestar, o quizá va para las corporaciones y los militares. Con vigilancia o sin vigilancia, el crimen organizado sigue dando su firma".

El asesinato se produjo a pesar de que los militares habían establecido una Base de Operaciones Mixtas y desarmado a la policía municipal, ante la sospecha de que algunos de sus integrantes formaban parte del problema. Menos de un mes después de la llegada de los soldados, Madrid Olave, de 41 años y sargento retirado del Ejército, cayó acribillado por 19 balas, mientras revisaba una camioneta en la puerta de su casa en Villanueva.

Los militares han sido el blanco de los sicarios en las últimas jornadas sangrientas. En el balneario de Cancún (sureste) fueron ejecutados tres militares, entre ellos el general de brigada Enrique Tello Quiñones. "Sin lugar a dudas se trató de una ejecución del crimen organizado. Se ve que los siguieron y luego los interceptaron. Los amarraron y los rafaguearon [acribillaron con ametralladora]", dijo el procurador (fiscal) de Justicia del Estado mexicano de Quintana Roo, Bello Melchor Rodríguez. El general Tello Quiñones fue jefe de la XXI Zona Militar, con sede en Morelia (Michoacán), y un "personaje controvertido en las Fuerzas Armadas y la policía", según Milenio Diario. El rotativo recuerda que en 1997, cuando era jefe de agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública de la ciudad de México, fue acusado con otros tres mandos de "la ejecución, tortura y secuestro de seis jóvenes de la colonia Buenos Aires", pero tras un proceso penal fue exonerado de las imputaciones.

Tanto en Zacatecas como en Quintana Roo se atribuyen los atentados al crimen organizado, perpetrados por sicarios de bandas de secuestradores y narcotraficantes, pero no hay detenidos ni pistas concretas.

Chihuahua, el estado más afectado

La violencia azota a México de norte a sur. En la población serrana de El Terrero, en Michoacán, un comando formado por unos 40 hombres, encapuchados y armados con rifles de asalto, pusó fin a balazos a una carrera de caballos que presenciaban unas 300 personas. Familias enteras, mujeres, hombres y niños quedaron atrapados en un enfrentamiento de bandas contrarias.

La batalla comenzó en el terreno de la pista, pero siguió en los caminos que rodean El Terrero, en los que quedaron los cuerpos sin vida de tres hombres. Hasta el momento se ignora a qué grupo pertenecen, pero se sabe que en la zona operan La Familia y Los Zetas, asesinos a sueldo de los carteles de la droga.

Según datos de la prensa mexicana, en el primer mes de 2009 han muerto ejecutados 480 mexicanos. El Estado de Chihuahua es el lugar en el que se han registrado más asesinatos de este tipo, 221. En dos años, las muertes atribuidas a sicarios o en choques de narcotraficantes con policías y militares suman 9.084.

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