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Nueve detenidos en El Ejido por explotación de mujeres

En la operación, iniciada en 2006, se han detenido en total a 99 personas e identificado a 599 mujeres rusas víctimas del grupo

Agentes de la Policía Nacional han detenido en El Ejido (Almería) a nueve presuntos implicados en una red de prostitución internacional que estafó a más de 10.000 mujeres de origen ruso, a las que explotaban sexualmente a través de amenazas. Los agentes también han identificado a 16 rusas que trabajaban en los dos últimos locales de alterne identificados que carecían de permiso de residencia en España.

Estas detenciones forman parte de la tercera y última fase de la operación Zarpa de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedades (UCRIF), iniciada en 2006 y en la que se han detenido 99 personas por delitos relacionados con la prostitución, el blanqueo de dinero y contra los derechos de los trabajadores. También se han localizado a 599 rusas que eran presuntamente extorsionadas por la red, aunque se calcula que las extranjeras inducidas a la prostitución podrían superar las 10.000, a las que se suman las que la red envió a otros países como Italia, Grecia, Japón o Corea.

Sólo una veintena de las detenidas por infracción de la Ley de Extranjería en los 26 clubes investigados en España, varios de ellos en las localidades almerienses de El Ejido y Roquetas de Mar, se han acogido a la posibilidad de denunciar su condición de víctimas, mientras que el resto no ha querido declarar como testigo protegido por miedo a posibles represalias.

'Modus operandi'

Los clubes de alterne donde trabajaban las mujeres estafadas estaban generalmente regentados por parejas sentimentales o matrimonios hispano-rusos. Lo habitual es que el hombre (español) se encargara de la gestión del local y que fuera la mujer (de origen ruso) quien llevara los contactos con los traficantes o captadores de víctimas en Rusia. Para ellos trabajaban otras mujeres rusas, bien como encargadas de los locales, como camareras o controlando a las mujeres explotadas sexualmente, y que eran las responsables de evitar fugas o denuncias y garantizar que las víctimas cumplieran su cometido. Estas controladoras eran en muchos casos antiguas víctimas de la red que, sin dejar totalmente de ejercer la prostitución, ascendían en la jerarquía de la red criminal.

Las investigaciones comenzaron, a finales de 2006, cuando la Ucrif central y la de Almería detectaron un flujo de más de 2,5 millones de euros entre esta provincia y Rusia, tras lo que constataron que los envíos de capital guardaban una estrecha relación con determinados clubes de alterne del Poniente almeriense y que el dinero había sido generado por la prostitución que se forzaba a ejercer a mujeres rusas y que, a su vez, era empleado para 'comprar' a las redes de Rusia nuevas ciudadanas a las que explotar en el futuro.

En las tres fases de la operación, los agentes intervinieron en los 26 clubes de alterne y los 56 domicilios investigados en seis provincias españolas, un total de 32 vehículos, en su mayoría de gama alta, una suma de 360.000 euros, dos armas largas y dos pistolas detonadoras, 24 ordenadores y diversa documentación probatoria de la actividad criminal.

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