Los más de 7.500 trabajadores de la EMT, llamados a la huelga a partir de mañana

Una huelga en los autobuses urbanos de la capital amenaza con colapsar mañana el transporte público en Madrid. Los sindicatos han convocado un paro de 24 horas que empezará esta medianoche y al que están convocados más de 7.500 trabajadores. La protesta, que se repetirá la semana que viene, afectará a todas las línea, lo que dejará en tierra a los 1,8 millones de viajeros que cada día se mueven en autobús.

Los sindicatos han confirmado esta tarde que la huelga arranca esta noche ante la falta de acuerdo entre la dirección y los sindicatos en la negociación del convenio colectivo. "En el convenio colectivo que quiere imponer la empresa hay cuestiones que no son asumibles, como la inexistencia de tiempos de descanso o la pretensión de la compañía de eliminar la subidas salariales por antigüedad", ha declarado el portavoz de UGT en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), Daniel Gala. Los servicios mínimos se han fijado en el 50% en hora punta (de 6.30 a 9.00 y de 17.00 a 19.30) y del 40% en hora valle. Los búhos también tendrán servicios mínimos del 50% en las rutas de 0.00 a 2.30 y de uno más por línea hasta finalizarla.

Además del paro de mañana, los sindicatos han convocado un intenso calendario de movilizaciones, con paros también de 24 horas para los días 22, 25 y 29 de febrero y 3 y 7 de marzo. Además, los días 27 de febrero y 5, 10 y 12 de marzo los paros serán parciales, de dos horas y media, pero en las horas punta. El número de trabajadores llamados a secundar estos paros supera los 7.500 -los 5.500 conductores y 2.000 trabajadores de talleres, administración y resto del personal.- Entre las principales reivindicaciones del comité se encuentran un complemento salarial para recuperar el poder adquisitivo- en concreto, una paga de 180 euros, dos puntos por encima del IPC previsto-, conservar la antigüedad y mantener la contratación indefinida. También quieren más seguridad ante las agresiones, tanto físicas como verbales, que reciben. Desde la EMT, su director gerente, Javier Conde, ha considerado que lo que pretenden los sindicatos con la huelga "es hacer rehenes a los usuarios para obtener beneficios fuera de toda medida".

"Cobrar más trabajando menos"

El gerente de la EMT ha asegurado que los sindicatos "no han querido negociar" y que el comité de empresa ha convocado una huelga tras sólo seis reuniones, sin tiempo para debatir ningún aspecto y con la idea de "aprovechar" la cercanía del proceso electoral. Conde ha indicado que los empleados de la EMT son trabajadores "bien remunerados", con trabajo estable y con contratación siempre indefinida y ha criticado la demanda sindical de un incremento salarial cercano al 29%. De ese aumento, 16,30 puntos corresponden al salario propiamente dicho y el resto a una reducción de 19 jornadas de trabajo al año, que es lo que define como "pretender ganar más trabajando menos". Frente a esa demanda sitúa una oferta municipal "adecuada" a una empresa, como la EMT, de carácter público y que por tanto no puede subir sus salarios más del IPC previsto, que para 2008 ha sido fijado por el Gobierno en un 3%.

Desde el Gobierno regional, el vicepresidente, Ignacio González, ha exigido a los sindicatos que expliquen "si apoyan, si están detrás y si consienten" la huelga en la EMT, que considera contraria a la legalidad, al ejercicio sindical y al derecho al "funcionamiento razonable de los servicios públicos". González ha hecho estas declaraciones en rueda de prensa tras el consejo de Gobierno, donde ha recordado que "por tercera vez en muy poco tiempo" los madrileños se enfrentan a una "actuación sindical que no se ajusta" a lo que debería ser el objetivo principal de los sindicatos: "La defensa de los derechos de los trabajadores en el ejercicio de sus tareas profesionales".

El portavoz del Gobierno regional ha aludido a los "sabotajes" que se produjeron en el Metro antes de las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo, que no volvieron a producirse después, o a la reciente huelga de los limpiadores del suburbano, que llegaron a "poner en peligro" la integridad de los usuarios. Por ello, ha dicho que eéta es la tercera ocasión en que recientemente, se producen actuaciones "que no están dentro del derecho a la huelga, ni de la defensa de los intereses de los trabajadores", pues sólo se basan en "la extorsión, la presión y el perjuicio querido, consentido y dirigido exclusivamente a perjudicar el interés general" y el funcionamiento "razonable" de los servicios públicos.