El Ayuntamiento retira uno de los 'chirimbolos' más criticados

El Ayuntamiento de Madrid ha retirado uno de los chirimbolos publicitarios más criticados, el que se ubicó en el cruce de las calles de Ferraz y Marqués de Urquijo, frente a un edificio protegido por sus características arquitectónicas.

La retirada de la pantalla se hizo el pasado fin de semana y ahora el hueco dejado en la acera está por tapar, protegido por unas vallas de obra. Este ha sido uno de los casos más denunciados, entre otros, por la propietaria de la vivienda del primer piso del edificio, María Mercedes Larrea, que, como otros vecinos afectados en la capital, remitió una carta al Ayuntamiento de Madrid en la que exigía su retirada pues su instalación le impedía ver nada a través de un amplio ventanal que se abre en el chaflán de su salón. Esta vecina de Moncloa-Aravaca, que lleva 30 años viviendo en su casa, se quejaba de que le habían robado la vista que más le gustaba.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, señaló el pasado otoño, en pleno debate sobre la instalación de estos enormes soportes publicitarios -unos de tres por dos metros y otros de cuatro por uno y medio-, que no se planteaba retirarlos todos, pero sí avanzó su compromiso de reubicar los que supusieran "un conflicto con el paisaje urbano". El del cruce de Marqués de Urquijo con Ferraz, frente a la iglesia del Corazón de María, en el barrio de Argüelles y a pocos metros de la sede nacional del PSOE, ha durado apenas cuatro meses. Las reclamaciones se pueden interponer también en la Concejalía de Medio Ambiente o a través de la web municipal (www.munimadrid.es).

Las razones del alcalde

El Ayuntamiento se defiende de las críticas afirmando que Madrid "es una de las ciudades que menos espacio dedica a la publicidad de las grandes capitales europeas, incluidas las capitales españolas". EL PAÍS ha estudiado cómo gestionan otras ciudades -Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, A Coruña, Alicante, Málaga y San Sebastián- el mobiliario urbano que recauda dinero con la publicidad en las aceras. La conclusión es que Madrid, con 1,7 soportes por 1.000 habitantes, no es la ciudad con más anuncios -A Coruña tiene 3,1, y San Sebastián y Málaga, 2-, pero sí los que mayor superficie ocupan y, sin duda, los que han provocado una mayor polémica entre los vecinos.

En algunos casos, las nuevas estructuras publicitarias se elevan por encima de los cuatro metros de altura. Son las pantallas de tres por dos metros, que están instaladas sobre soportes de 2,3 metros de altura. El Madrid de Gallardón, el del nuevo Ayuntamiento en Cibeles y del túnel urbano más largo de España, también tiene los mayores chirimbolos.

Al margen de cuestiones estéticas, se ha denunciado la supuesta relación de privilegio con le empresa adjudicataria (la UTE Clear Channel-Cemusa) porque el hijo del ex director de área de mobiliario urbano trabajó para una de las firmas. El edil socialista Pedro Santín añade que el contrato ha hecho perder 107 millones de euros a los madrileños. Santín suma los 73 millones a los que renunció el Ayuntamiento tras elegir la propuesta más baja, otros 30 que costará recolocar los pantallazos más cuestionados y cuatro más por los retrasos.