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Una multinacional indemniza a un ingeniero tras ser despedido por cambiar de sexo

Sara estaba ayer feliz. No paró de descolgar su móvil para recibir felicitaciones. La UGT difundió ayer un comunicado en el que explicaba que Sara Shultze, legalmente aún Matthias Shulze, de 36 años, había llegado a un acuerdo con la empresa que la despidió el 28 de septiembre por bajo rendimiento y mal trato a clientes y compañeros. Pero Sara, ingeniero industrial, sabe que es por otra razón: en mayo comunicó a la dirección de la empresa su condición de transexual y su deseo de vivir durante un año como mujer antes de someterse a una operación de cambio de sexo. Tres meses después fue despedida. No lo dudó y presentó una denuncia por discriminación. El lunes era el juicio pero no se llegó a celebrar: la empresa decidió indemnizarla con 22.000 euros tras reconocer la improcedencia del despido.

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