Hallado muerto en Girona el ex senador y ex sacerdote antifranquista Lluís Maria Xirinacs
El político encontrado en una zona boscosa, portaba una nota en la que manifestaba su voluntad de "acabar mis días en la soledad"
Lluís Maria Xirinacs, ex sacerdote y ex senador, ha sido encontrado muerto el sábado por la tarde en una zona boscosa en la población gerundense de Ogassa. En su despacho de la Fundación Randa dejó escrito un manuscrito,según un portavoz de la entidad, quien ha asegurado que "se dejó morir porque ya estaba muy débil".
Xirinacs, nacido en Barcelona en 1932, fue ordenado sacerdote a los 22 años. Sin embargo, su faceta más conocida fue la de opositor al franquismo. En 1963, por presiones de las autoridades franquistas, la jerarquía eclesiástica lo desterró de Barcelona a la localidad de Balsareny. Tres años después, su defensa del Sindicato Democrático de Estudiantes lo llevó a una población aun más pequeña, Sant Jaume de Frontanyà.
Fuentes oficiales han señalado que en el bolsillo llevaba también una nota en la que decía que "en pleno uso de mis facultades marcho porque quiero acabar mis días en la soledad y el silencio". Si alguien me encuentra le ruego que, esté yo como esté, no quiera él perturbar mi soledad y mi silencio". En el texto dejado en la fundación, con fecha de 6 de agosto de 2007, y que titula Acto de Soberanía, Xirinacs dice que "he vivido esclavo setenta y cinco años en unos Países Catalanes ocupados por España, por Francia (y por Italia) desde hace siglos". "He vivido luchando contra esta esclavitud todos los años de mi vida adulta. Una nación esclava, como un individuo esclavo, es una vergüenza de la humanidad y del universo", añade el texto.
Xirinacs estuvo en la fundación de la Assemblea de Catalunya, que agrupaba a la oposición democrática catalana contra el franquismo. A raíz de una detención en 1971, se negó a hablar en otra lengua distinta al catalán en la comisaría. Esta actitud le llevó a ser confinado en la cárcel concordataria de Zamora, donde inició su tercera huelga de hambre. Ese mismo año, fue candidato al Senado por Barcelona, en las elecciones celebradas el 15 de junio. Pero su oposición al texto constitucional y su deriva independentista provocó su expulsión de Entesa dels Catalans, donde se encontraba, entre otros, el senador más votado de España, Josep Benet.
A finales de los setenta, abandonó la vida política y sacerdotal, aunque participó de manera esporádica en algunas plataformas independentistas. Xirinacs consideró, en las obras que ha dejado escritas, que los líderes catalanes que guiaron la transición traicionaron los principios que habían inspirado la lucha antifranquista. A raíz del 11 de septiembre de 2001, la Fiscalía de la Audiencia Nacional interpuso una querella criminal contra Xirinacs por declararse amigo de ETA.
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