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La fiscalía eleva la pena para Zouhier al considerarlo “determinante” en la trama de los explosivos

El Ministerio Público echa por tierra las teorías que defienden la autoría de ETA al asegurar que el explosivo utilizado en la matanza fue sólo Goma 2 ECO

Jorge A. Rodríguez

La fiscalía ha revisado las penas que solicita para varios de los procesados en el juicio del 11-M, en especial para Rafá Zouhier, ex confidente de la Guardia Civil, para quien ahora pide 38.958 años de cárcel, frente a los 20 reclamados inicialmente, según su escrito de conclusiones que ha expuesto esta tarde en la sala. La fiscal Olga Sánchez considera ahora a Zouhier “pieza clave” para la obtención de los explosivos del 11-M, al haber servido de “intermediario” entre los responsables de la llamada trama asturiana y el líder de la célula que perpetró la masacre, el suicida Jamal Ahmidan, El Chino.

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Antes de comenzar el juicio, la fiscalía le consideraba autor de los delitos de colaboración con organización terrorista y suministro de sustancias explosivos. Ahora, una vez terminadas todas las pruebas, también le considera autor de 191 delitos de asesinatos y 1841 en grado de tentativa, así como cuatro estragos como cooperador necesario. El Ministerio Público cree acreditado que este acusado actuó siendo consciente de que todas las cantidades de Goma 2 ECO que el ex minero José Emilio Suárez Trashorras iba a entregar a El Chino, del que conocía su "fanatismo", podrían ser empleadas en atentados "de gran envergadura". Otro de los acusados a los que la fiscalía de la Audiencia Nacional aumenta considerablemente su petición inicial de condena es al acusado Otman El Gnaoui y pide para él 38.972 años de cárcel y no 24 como solicitaba inicialmente al considerarlo autor por cooperación necesaria de loa atentados.

Sobre este procesado, asegura que "conociendo la elevada cantidad de explosivos que se transportaba y que iban a ser empleados en un atentado terrorista de gran magnitud", participó como "lanzadera", junto a los suicidas Rachid Oulad Akcha y Rifaat Anouar, en el traslado de la dinamita de Asturias a Madrid, a finales de febrero de 2004. Además, añade la fiscalía, "trabajó en las obras de acondicionamiento de la finca de Chinchón", en la que supuestamente se montaron las bombas que explotaron en los trenes y facilitó a El Chino su documentación personal para que éste pudiera utilizarla sustituyendo su fotografía.

El Ministerio Público mantiene como autores intelectuales de la masacre a los acusados Rabei Osman El Sayed, El Egipcio, Hassan El Haski y Youssef Belhadj y como materiales a Jamal Zougam y Abdelmajid Bouchar, a quienes aumenta su petición inicial de casi 40.000 años debido a la cifra definitiva de heridos que, aunque en un principio era de 1.824, un forense precisó en el juicio que esa cifra asciende a 1.841.

Sin acusación contra un presunto autor material

Por contra, el Ministerio Público ha optado por retirar al acusado Basel Ghalyoun la acusación como autor material de los atentados por falta de pruebas, ya que la única testigo que reconoció a este acusado en los trenes se retractó en el juicio y aseguró que al que vio era el huido Daoud Ouhnane. No obstante, le mantiene la imputación por integración en organización terrorista, por lo que de 38.654 años le pide ahora 12. También retira completamente la acusación contra los procesados Javier González, El Dinamita, (relacionado con la trama asturiana) y Brahim Moussaten, sobrino del acusado Youssef Belhadj (uno de los presuntos ideólogos del 11-M), "al no haber quedado suficientemente esclarecido" su participación en los hechos.

Excluye el Titadyne

En cuanto al debate sobre los explosivos, la fiscalía atribuye a la "contaminación derivada de su almacenamiento en bolsas de plástico" la aparición de componentes ajenos a la Goma 2 ECO en el último informe de explosivos. Añade además que aunque los restos de las explosiones en los trenes no han permitido identificar por sí solos la marca comercial de la dinamita, se ha comprobado la existencia de trazas de dinitrotolueno (DNT) en todas ellos -componente de la Goma 2 EC-, ftalato de dibutilo en 22 de ellas -componente exclusivo de la Goma 2 ECO- y sólo en una de ellas una traza de nitroglicerina "en magnitudes muy inferiores al carácter de componente". Esto lleva a la Fiscalía a excluir el Titadyne, dinamita que habitualmente usa ETA, como explosivo empleado en los atentados y considerar que la dinamita utilizada fue la Goma 2 ECO, posicionandose así en contra de las teorías alentadas por algunos medios de comunicación que defienden la autoría de ETA.

EFE

Vídeos, fotos y traducciones

El juicio hoy se ha detenido en el análisis pormenorizado de las fotos de los atentados y la escucha o lectura de conversaciones interceptadas a algunos de los acusados o a personas relacionadas con ellos, así como el vídeo de reivindicación de los atentados hallado en una papelera de la mezquita de la M-30. Estaba previsto que se proyectara un vídeo realizado por las Fuerzas de Seguridad en el desescombro del piso de Leganés (Madrid) en el que se suicidaron siete presuntos responsables del 11-M, pero las partes proponentes han renunciado a su visionado por su crudeza. De hecho, algunas víctimas se han quejado por tener que ver de nuevo las fotos del estado en que quedaron los trenes. Durante la tarde, se ha llevado a cabo otra prueba pericial respecto a las conversaciones interceptadas a uno de los principales acusados, Rabei Owsman, alias Mohamed el Egipcio, en la que confesaba a su discípulo Yahia ser cerebro de los atentados. La Fiscalía ha solicitado al tribunal el desarrollo de una nueva pericial sobre las traducciones de las conversaciones, ya que la semana pasada se puso en duda la traducción efectuada por los traductores de la policía italiana. Osman fue detenido en Milán por esas conversaciones. Los traductores italianos se encuentran a disposición del tribunal para cotejar sus transcripciones con las de los intérpretes de árabe de la defensa de Osman, que la semana pasada aseguraron que los expertos italianos cometieron graves fallos de interpretación.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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