Un islamista declara desde Bélgica que 'El Egipcio' le habló de la muerte de dos terroristas
También comparece hoy Abdelkrim Bensmail, el terrorista en cuya celda se encontró una nota con el nombre del etarra Henri Parot
El islamista Mourad Chabarou, miembro del Grupo Islámico Combatiente Marroquí y preso en Bruselas (Bélgica) ha declarado hoy en el juicio del 11-M a través de vídeoconferencia. Chabarou ha señalado que en abril de 2004 habló sobre los que luego resultaron ser suicidas de Leganés con Rasmei Osman, alias El Egipcio (supuesto ideólogo de los atentados), pero que pensaba que los fallecidos habían muerto en un accidente, porque Osman no le dio detalles. El testigo ha confesado que conoció al Egipcio "de manera fortuita" en la mezquita de Estrecho, Madrid, en 2001 y ha negado que éste ejerciera como líder del grupo.
El 12 de abril de 2004, Rabei Osman (el Egipcio) llamó al testigo por teléfono y le comunicó que estaba escuchando una cinta con cánticos sobre mártires. También le preguntó si conocía a Serhane (Ben Farkhet, alias El tunecino) y a Fouad (supuestamente se refería a Fouad El Morabit Amghar, imputado en la causa y que no murió en Leganés) . El propio Egipcio había admitido haber mantenido una conversación telefónica con su amigo Chabarou, pero acerca de las imágenes que vio en televisión sobre los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
El testigo ha indicado que le contestó que sí conocía a Fouad, y no a Serhane. Entonces El Egipcio le habría dicho "se han ido", en referencia a que habían muerto el 3 de abril en el piso de Leganés donde siete supuestos terroristas se quitaron la vida. Chabarou pensó que ambas personas habían muerto y ha señalado que entonces él, como cualquier musulmán, dijo: "que Dios los recompense con el Paraíso".
En un "accidente"
A preguntas de los letrados, el testigo ha indicado que pensaba que los fallecidos habían muerto en unaccidente. El Egipcio le habría comunicado que tenía aún muchas cosas que contarle pero que no era conveniente hablar por teléfono. El testigo ha indicado que no llegó a saber qué era lo que quería contarle el Egipcio, porque fue detenido el 8 de junio de 2004.
Según Chabarou, cuando el Egipcio habló de Serhane y Fouad, el testigo pensó que el Fouad al que se refería era el mismo que le había ayudado dándole ropa en 2001. Fouad El Morabit Amghar, para quien el fiscal pide 12 años, es sospechoso por haber mantenido conversaciones telefónicas con el Egipcio, así como con El Tunecino y Jamal Ahmidan El Chino en los días previos y posteriores a los atentados.
Por otra parte, el testigo ha admitido que habló con Osman El Sayed, uno de los supuestos autores materiales de los atentados, pero ha negado que éste le dijera que "los chicos de Madrid estaban detrás de los atentados" del 11-M. Tras Chabarou ha declarado brevemente el testigo Hatem Ghanouid Jebnoun, quien ha indicado que conocía al Tunecino con quien contrajo una deuda económica. La última vez que le vio fue el 5 de marzo de 2004.
A continuación ha prestado declaración el testigo 459, un experto en seguridad de Renfe, quien ha dicho que en la mayoría de las estaciones de cercanías ni en los lugares donde se guardan los trenes de noche existían entonces cámaras de vigilancia dotadas de sistema de grabación, a excepción de las estaciones de Atocha y Chamartín.
Este experto ha indicado que desde abril de 2002 en RENFE se aplica una tasa para mejorar la seguridad. Hasta el momento en que se comitieron los atentados, ninguno de los vigilantes de las patrullas de seguridad privada que recorren las instalaciones de RENFE había notado nada extraño. Así mismo este empleado de RENFE ha indicado que desde finales de diciembre de 2003 se habían intensificado las medidas de seguridad en toda la compañía.
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