La tregua de la división
Hoy se cumple un año del anuncio de "alto el fuego permanente" de ETA
El 22 de marzo de 2006 ETA anunciaba un "alto el fuego permanente" para impulsar un proceso democrático en Euskadi. La banda terrorista rompió la tregua 283 días después con un atentado en la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Hoy, tras doce meses, la sensación de pesimismo, agrandada por la división de los principales partidos en política antiterrorista, se impone entre la sociedad vasca, después de varias treguas rotas y casi 40 años de atentados.
"Euskadi Ta Askatasuna ha decidido declarar un alto el fuego permanente a partir del 24 de marzo de 2006. El objetivo de esta decisión es impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como Pueblo nos corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas." Es el inicio del texto que sorprendía a la sociedad española pasado el mediodía del 22 de marzo de 2004.
El alto el fuego llegó tras casi tres años sin víctimas mortales de la organización terrorista, propiciado por la declaración de Anoeta de Batasuna, de noviembre de 2004, y la declaración del Congreso a favor de un final dialogado en ausencia de violencia, de mayo de 2005, así como por las conversaciones entre el dirigente socialista Jesús Eguiguren y Arnaldo Otegi.
Las primeras respuestas de Gobierno y oposición aquel día presagiaron que la unidad no iba a ser fácil en la etapa que se abría, pero las dificultades que se barruntaban se quedaron cortas ante el abismo que les separa un año después en política antiterrorista. "Es un momento para ser cautos y serenos y para recordar a las víctimas, a la espera de que las palabras vengan seguidas de los hechos que tanto tiempo hemos anhelado. Pero es también un momento para la esperanza y para la unidad -más que nunca- de todas las fuerzas democráticas". Fueron palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en las que apelaba a la unidad democrática.
Pero el alto el fuego no hizo sino agrandar la brecha abierta entre el PSOE y el PP; tras años de consenso político en asuntos de política antiterrorista, el PP insiste en negar su apoyo a la lucha por el fin del terrorismo que propone el Gobierno y avala el resto de grupos parlamentarios. PSOE y PP escenifican un distanciamiento cada día mayor.
Durante las últimas semanas se han multiplicado las especulaciones sobre un supuesto próximo comunicado de ETA, que se han visto acompañadas por una aparente desviación de posiciones tradicionales por parte de la izquierda abertzale.
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