Cherie Blair desata un nuevo escándalo por sus elevados gastos en peluquería
La esposa del primer ministro británico cargó en un mes más de 11.000 euros al Partido Laborista por mantener vistosa su oscura cabellera
La polémica esposa del primer ministro británico, Tony Blair, vuelve a dar que hablar. Según revela hoy el periódico The Times, Cherie Blair se gastó 7.700 libras esterlinas (11.127 euros) en un peluquero personal en el mes que duró la campaña para las elecciones generales del pasado mayo, gastos que cargó a la cuenta del Partido Laborista, lo que ha desatado el escándalo.
La factura con esa suma de dinero presentada por el peluquero, André Suard, fue incluida entre los gastos electorales en las cuentas presentadas por el partido gobernante a la Comisión Electoral. En un mes, desde el 6 de abril hasta el 6 de mayo de 2005, día siguiente al de las elecciones en las que Blair consiguió su tercer mandato consecutivo, el peluquero cobró 275 libras (unos 400 euros) diariamente por cuidar la negra cabellera de Cherie Blair.
Esta revelación ha causado, según el periódico, una profunda irritación entre muchos diputados laboristas, que temen que perjudique al partido ante las próximas elecciones locales del 4 de mayo. El diputado laborista Peter Kilfoyle, ex miembro del Gobierno de Tony Blair, se queja, en declaraciones a The Times, de que el partido gastase en cuidar el aspecto de la abogada Cherie Blair más del doble de lo invertido en la campaña para el distrito electoral de Liverpool que él mismo tuvo que defender. "Estamos aceptando casi a hurtadillas a una primera dama, algo que no tenemos en la Constitución, ni en la del Partido Laborista ni en la Constitución no escrita del Reino Unido", denuncia el parlamentario.
La contratación por Cherie Blair de un peluquero tan caro como André Suard ya fue criticada en su día a través de un diario personal en Internet por la ex modelo Sandra Howard, esposa del entonces líder de la oposición conservadora y rival electoral de Tony Blair, Michael Howard.
El peluquero, del salón Michaeljohn, situado en el lujoso barrio londinense de Chelsea, acompaña frecuentemente a la mujer del líder laborista en sus viajes al extranjero. Formó parte del séquito de Blair en la visita que hizo a Australia, Nueva Zelanda e Indonesia el mes pasado. Pero, a menos que viaje invitada por alguna organización, Cherie Blair ha pagado normalmente esos gastos de su propio bolsillo y con frecuencia se ha quejado a sus amigos de que tenga que sufragarlos personalmente cuando se trata de viajes ligados a su condición de esposa del primer ministro.
De todos modos, no es la primera vez que los cabellos de la mujer de un político laborista desatan la polémica: así, el viceprimer ministro, John Prescott, tuvo que defenderse en cierta ocasión de las críticas según las cuales había usado un coche oficial para recorrer unos pocos metros en una explanada perfectamente protegida. Su explicación fue que su esposa, Pauline, no quería que en el paseo a pie se le estropease el peinado.
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