La Guardia Civil intercepta en Burgos un vehículo que circulaba a 260 kilómetros por hora
Uno de cada cuatro conductores admite que coge el volante tras haber "bebido algo"
Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil detuvieron ayer en Burgos un vehículo que circulaba a una velocidad más propia de un circuito de Fórmula 1 que de una carretera pública. El radar de los sorprendidos guardias detectó que el vehículo, un Audi A-8, se desplazaba 260 kilómetros hora, más del doble de lo permitido en autovía.
Según informa la Dirección General de Tráfico (DGT) los hechos tuvieron lugar a las 17.41 de la tarde en el kilómetro 128.800 de la A-231, que une Burgos y León, cuando los agentes realizaban un control preventivo.
Los guardias procedieron a identificar al conductor, un hombre de 41 años y posteriormente, y ante la gravedad de los hechos, instruyeron sendos procedimientos de infraccion por conducción temeraria y exceso de velocidad y las remitieron al Juzgado número 2 de Burgos. El conductor, que no presentaba síntomas de embriaguez, en ningún caso fue detenido.
A partir del próximo 1 de julio una conducta como ésta (circular a más de 180 km/h en autovía, donde la velocidad máxima permitida es 120) supondrá la pérdida de seis de los 12 puntos del nuevo carnet. Igual sanción recibirá el conductor que circule bajo el efecto del alcohol o las drogas o en sentido contrario. Sin embargo también podría retirársele directamente el carnet si se considera además que realizaba una conducción temeraria, conducta que también esta penada con la pérdida de seis puntos.
Encuesta de la DGT
Este incidente coincide con una encuesta de la DGT hecha pública hoy según la cual más de un tercio de los conductores admite que supera los límites de velocidad y una cuarta parte que coge el volante tras haber bebido alcohol, conductas ambas que curiosamente no son las consideradas de más riesgo por los sondeados.
La encuesta releva que las conductas consideradas más arriesgadas son conducir una moto sin casco y saltarse un semáforo, que reciben 9,6 y 9,5 puntos, respectivamente, en una escala de 10. Haber tomado tres o más copas y llevar niños sin sujeción en los asientos traseros obtienen 9,4 puntos, conducir sin carné 9,3 y no llevar puesto el cinturón de seguridad 9; mientras la velocidad excesiva, hablar por el móvil, conducir cansado y hacerlo con una o dos copas ingeridas reciben de 8 a 9 puntos.
Una cuarta parte de los encuestados admite conducir tras haber bebido hasta dos copas de vino o cerveza (muy pocos admiten haber ingerido más), porcentaje que sube al 33% en un determinado perfil de conductor: hombre, de 45 a 59 años, trabajador por cuenta propia, y residente en Galicia, Euskadi o Asturias.
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