Un monumento sin agua para la Reina Madre
La Casa Real británica erigirá un monumento a la madre de la reina, con la condición de que no tenga agua para evitar accidentes a los visitantes
Escarmentado al parecer por los continuos problemas ocasionados por la llamada fuente de Diana, un monumento instalado en el Hyde Park londinense en memoria de la princesa de Gales fallecida en 1996, en el que los visitantes han sufrido numerosos accidentes, el palacio de Buckingham ha convocado un concurso internacional para erigir un momento a la Reina Madre, eso sí, con la condición expresa de que no debe llevar agua.
La fuente circular, en forma de pequeñas cascadas, que recuerda en Hyde Park a la fallecida Diana de Gales, la que fue esposa del príncipe Carlos, ha acumulado problemas técnicos e incidentes como resbalones y heridas de algunos de sus visitantes. Por ello, la Casa Real británica ha puesto como condición para el nuevo monumento en honor de la madre de Isabel II, fallecida en 2002 a la edad de 101 años, que no contenga agua y que sea de fácil mantenimiento. El mantenimiento de la fuente de Diana, que salió por casi tres millones de euros más que los 3,7 millones inicialmente presupuestados, cuesta al año unos 365.000 euros. Además, apenas unos meses después de su inauguración, tuvo que ser cerrada porque las bombas de agua de las fuentes se atascaron con las hojas caídas de los árboles cercanos.
El proyecto de estatua de la Reina Madre, cuya realización costará, según se cree, el equivalente aproximado de 3 millones de euros, se financiará con la venta de una medalla conmemorativa especial de cinco libras que marcará el 80 cumpleaños de la actual soberana. El monumento se instalará en la amplia avenida conocida como The Mall, que bordeando dos parques va desde el palacio de Buckingham hasta la plaza de Trafalgar, no lejos de una estatua muy convencional del marido de la reina Madre, el rey Jorge VI, vestido de uniforme naval.
Uno de los miembros del jurado que decidirá el ganador será el príncipe Carlos de Inglaterra, que ha suscitado más de una polémica por sus gustos estéticos más bien conservadores.
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