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EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Discurso íntegro de Joan Puigcercós

Gracias, señor presidente.

Señoras diputadas, señores diputados, señor presidente del Gobierno español. [Continúa su intervención en catalán.]

[Manuel Marín, presidente del Congreso: Señor Puigcercós, comprendo que como alguno de los miembros de su grupo ha manifestado repetidas veces, el Pleno del Congreso es un escaparate que hay que utilizar. La política es la política, y yo lo comprendo, pero el presidente del Congreso tiene que aplicar las normas existentes. Las normas existentes, usted sabe bien, que se pueden cambiar y, si estas normas se cambian en el sentido que usted desea, podrá hablar en catalán, pero, mientras usted consigue cambiar estas normas, se aplicarán las normas en vigor, que usted conoce perfectamente. Muchas gracias.]

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Joan Puigcercós: Señor presidente, a eso quería referirme cuando decía que es una lengua… [Continúa su intervención en catalán.]

[Manuel Marín: Señor Puigcercós.]

Joan Puigcercós Señor presidente, estoy hablando en español.

[Manuel Marín: Déjenme que me explique. La política es la política y el debate de hoy es entre el Gobierno y la Cámara y me imagino que usted no habrá fabricado un conflicto con el presidente del Congreso para a partir de ahí pedir explicaciones al presidente del Gobierno. Nos estamos entendiendo. Ya saben ustedes que a mí las emboscadas no me gustan nada. El diálogo directo sí, pero la política es la política y el presidente aplica las normas y lamento una vez más volver al terreno de las emboscadas. Continúe usted cumpliendo con su tarea de portavoz del grupo parlamentario, que será usted respetado siempre que respete las normas en vigor y, si alguna vez las cambia, yo le felicitaré el primero. Muchas gracias.]

Joan Puigcercós: Le estoy agradecido por su gran aportación, señor Marín, y sobre todo porque no me ha restado el tiempo.

He querido empezar esta intervención en la lengua de los países catalanes, la lengua que hablan hoy 10 millones de personas, que se habla en cuatro comunidades autónomas y en cuatro Estados: España, Francia, Italia y Andorra. Hoy nuestra lengua no es legal en esta Cámara ni en las instituciones europeas, pero desde Esquerra Republicana trabajamos para que el derecho elemental, el sentido común y la razón pongan fin a esta discriminación. En el debate de investidura de esta legislatura, mi grupo, el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana, dejó clara su voluntad de trabajar para que estos cuatro años sean positivos y prósperos para el progreso y el bienestar. En estos poco más de 365 días de nuevo Gobierno hemos asistido a cambios trascendentales: la derogación parcial del plan hidrológico, la ley para combatir la lacra de la violencia de género, la reforma de la Ley de Educación, que ya está en marcha, la reforma del Código Civil para garantizar la igualdad a todos los ciudadanos, independientemente de su condición sexual, que ya es un hecho, la asunción por parte de su Gobierno de nuestra reivindicación de la defensa del catalán en Europa y la rehabilitación de la memoria republicana, además de una petición histórica para Cataluña: la devolución de los archivos de Salamanca, cuya ley tendremos pronto en esta Cámara. Cuando el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana decidió apoyar los Presupuestos Generales del Estado, teníamos plena conciencia de que el giro a la izquierda en políticas sociales era necesario y también un giro territorial debía ser una prioridad. Así, aportamos la creación de un fondo para atender a la inmigración, al que el presidente del Gobierno se ha referido hoy a lo largo del debate, un fondo para la inmigración a propuesta de Esquerra Republicana que pretendía poner las bases para dotar de más recursos a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas en sus servicios sociales, que dan atención a los nuevos ciudadanos del Estado. Aún así, permítame, señor Zapatero, que cuestione el éxito del proceso de regularización. Es un éxito a medias, en relación con el cual manifestamos nuestro apoyo. La finalidad con la que se aprobó el real decreto no se ha cumplido, pues dejó aún en la ilegalidad a miles de inmigrantes y esta es una situación difícil que comprendemos, pero también es una realidad. Lamentamos que no atendiera nuestra demanda de ampliar y facilitar este proceso. También introdujimos una partida destinada a incentivar la reinversión de los beneficios de la pequeña y mediana empresa en investigación y modernización, ayuda a las pymes. Asimismo, estuvimos presentes en las enmiendas republicanas a favor de los trabajadores autónomos o en los planes específicos de apoyo al sector turístico y especialmente al sector hotelero. Dia a día, Pleno a Pleno, Comisión a Comisión, mi grupo ha ofrecido su colaboración para que este gabinete que preside usted, señor Zapatero, pudiera gobernar y desarrollar su actividad legislativa con estabilidad. Y no es menos cierto que hemos sido también motores partícipes de la acción de gobierno de este primer año de mandato y lo hemos hecho con el convencimiento de que contribuíamos a la consecución de ese giro a la izquierda, de ese giro hacia políticas que beneficiaban a la mayoría, a los trabajadores y a las trabajadoras. Este giro es en buena parte el que pidieron casi 11 millones de ciudadanos que le respaldaron el 14 de marzo del año pasado. No hemos podido cerrar un acuerdo con ustedes, tuvimos una reunión y esto nos lleva al día a día, como decíamos, al Pleno a Pleno y a la Comisión a Comisión. Y no llegamos a un acuerdo con ustedes sencillamente porque en las reuniones -usted lo sabe muy bien, señor Zapatero- de Esquerra Republicana con el Partido Socialista no pasamos del punto cero. ¿Qué era el punto cero? Pues dejar muy claro la transparencia en el modelo fiscal, dejar muy claro que toda aquella herencia del señor Aznar en materia de recursos de inconstitucionalidad, en materia de no cumplir las sentencias del Constitucional a favor de las comunidades autónomas, no tenía que utilizarse por parte de este Gobierno.

No hemos llegado a un acuerdo entre el Partido Socialista y Esquerra Republicana, aun así nuestra colaboración y nuestra disposición ha sido siempre clara. Nos congratula, señor presidente del Gobierno, que en materia de política contra la violencia y contra el terrorismo diga aquí que, más allá de lo policial y lo judicial -que compartimos-, la política sirve para acabar con el terror. Se lo decimos francamente: bienvenido al club. A Esquerra Republicana se nos ha estigmatizado sistemáticamente por defender que también las vías políticas son buenas para acabar con la violencia y con el terror. Así se demuestra -y algunos entenderán- que cuando se fue a Perpignan -lo que alguien de la derecha nostálgica habla del espíritu de Perpignan- fue para algo, fue también para acabar con la violencia, para poner medidas políticas para acabar con la violencia. Este primer año de cambio y de trayecto conjunto ha sido muy importante. Me atrevería a decir incluso transcendente para el futuro de nuestra economía, de nuestras culturas y de nuestro bienestar. Pero a nadie se le escapa que esta legislatura tiene que significar un paso adelante hacia un nuevo modelo de Estado: el Estado plurinacional. Señor presidente del Gobierno español, ha llegado la hora de cambiar. Hay que ser consecuentes. Estamos convencidos que es posible otro modelo de Estado. Cuando el Parlamento Vasco aprobó por legítima mayoría el pasado 30 de diciembre el plan de reforma de Estatuto Vasco, este portavoz dijo en ese momento que la reforma del Gobierno y del Parlamento Vasco, el llamado Plan Ibarretxe, era el entremés. Esto se manipuló, como ya es costumbre en algunos medios. Porqué decíamos desde Esquerra Republicana que el Plan Ibarretxe, el plan de reforma del Estatuto vasco, era el entremés, porque cuando viniera la reforma catalana sería el plato consistente, sería el segundo plato, el más consistente. No porque el techo de competencias o de soberanía que exigirá la reforma catalana fuera superior a la vasca, no por esto, sino sencillamente porque es catalana, porque provendrá de Cataluña, porque se está elaborando un nuevo Estatuto en Cataluña. Esto es así y lo decíamos con plena conciencia, porque las propuestas que vienen de Cataluña siempre sufren el acoso y el enconamiento por parte de los mismos de siempre. Podemos leer declaraciones que -por tierra, mar y aire- se ensañan con las legítimas aspiraciones de las instituciones catalanas, de las instituciones representativas de la voluntad popular de las ciudadanas y ciudadanos de Cataluña. Asistimos casi a diario a las difamaciones, a las calumnias y a las mentiras infundadas de algunos radiopredicadores y mercaderes de la opinión contra la Generalitat, contra su presidente y contra sus consellers. Algunos de estos ejemplos no son una novedad. En el fondo hay una triste y dramática repetición. Una repetición cíclica, aburrida y estéril, obsesionada contra las instituciones catalanas y contra los anhelos de una buena parte de sus ciudadanos. El ataque siempre es el mismo sea con el presidente Pujol o con el presidente Maragall. En el resto del Estado solo tenemos la radio y la televisión pública -tomen nota de esto- para que informen de forma decente de los diferentes puntos de vista que puedan existir más allá de Madrid, porque también hay opinión en Andalucía, en Cataluña, en las Islas Baleares, en el País Valenciano y en el resto del Estado. Queremos y exigimos que la radio y la televisión pública tengan también un papel de información de los diferentes pareceres. Señoras y señores diputados fíjense como el ritornello es permanente. Un periódico de Barcelona, que ya se ha citado hoy aquí en esta tribuna, demostraba este domingo esta obsesión, pero no ha sido sólo el señor Arenas, al que usted se ha referido, señor Zapatero. El 22 de septiembre de 1992, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura -quiero que conste bien claro en nombre de Esquerra Republicana que nos merece todo el respeto, porque los extremeños lo han votado- decía textualmente: la idea de que las comunidades autónomas gestionen el 15 por ciento del IRPF es un disparate, iríamos a la desvertebración del Estado. Posteriormente, el modelo de participación de las comunidades autónomas en el 15 por ciento del IRPF fue una realidad aplaudida por todos y algunas comunidades autónomas remisas a esta fórmula se beneficiaron de ella sin objeción.

Continuemos, el 27 de marzo de 1996, Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía -nos merece también todo el respeto- manifestó que la cesión del 30 por ciento del IRPF es el sapo más grande que se ha tragado el PP en los últimos años, ya se ha dicho en esta tribuna. El 30 de agosto de 1996, Felipe González, ex presidente del Gobierno español en ese momento, declaró que el traspaso de la capacidad normativa sobre el IRPF fue un disparate que provoca caos normativo y desigualdades territoriales. También se aprobó el 30 por ciento del IRPF a las comunidades autónomas, además de los impuestos especiales y el IVA, con el Partido Popular del señor Aznar gobernando y el PSOE en la oposición. A algunos en este acuerdo les tomaron tanto el pelo que aún se duelen de esto, porque no se basa en que un grupo tenga la posibilidad o no de negociar en Madrid, sino en que lo importante es que haya un consenso importante, en este caso en Cataluña, un consenso básico y es lo que estamos haciendo en el Estatuto. Ahora, ante el nuevo Estatuto que se está redactando en Cataluña, han cambiado los papeles. Ahora es el Partido Popular quien utiliza las propuestas de las instituciones y la sociedad catalana para socavar al Gobierno de España. El pasado cuatro de abril de 2005, Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, dijo: hay un riesgo serio de romper la España plural -no sé qué entiende él por plural-, de triturar la Constitución y se están poniendo en peligro los principios de igualdad. Este discurso apocalíptico y catastrofista, lo hemos escuchado hoy esta tarde aquí, sigue el dictado, lo que predican algunos de los portavoces que con el santo micrófono le marcan la pauta a este desubicado y desorioentado Partido Popular. Y este discurso cada día es menos creíble; hoy lo hemos visto en esta tribuna. Cada vez que Cataluña propone o pide a España que se le escuche se generan automáticamente unas reacciones furibundas que caen por su propio peso. Pasó en 1993 con un Gobierno socialista y un Partido Popular en la oposición, con un joven Aznar con ganas en la oposición. En el año 96 se produjo un cambio de pareja, con un Gobierno del señor José María Aznar y un partido socialista en la oposición. Y ahora estamos en el 2005 y vuelven a cambiar los papeles; es el cambio, es la alternancia y ahora es el Partido Popular el que utiliza los argumentos, las propuestas de Cataluña como munición electoral contra este Gobierno. Muchos en Cataluña se preguntan por qué este enconamiento con Cataluña. No se construye nada a partir de la crispación, del enfrentamiento y de la agresión permanente. Todo esto es lo que padecemos moralmente y materialmente los ciudadanos de Cataluña, todos, sin excepción, hayamos nacido en Cataluña o fuera de ella, las catalanas y los catalanes y sea o no el catalán nuestra lengua familiar. A pesar de todo, fatigados de sufrir esa agresividad implacable, estamos ahora dispuestos a tender la mano a una izquierda española que se desmarque del nacionalismo agresivo que tan terriblemente ha encarnado y encarna todavía un sector no minoritario del Partido Popular que, aunque no preside este partido, sí lo dirige. Y así les ha ido, porque, cada vez que han querido derrotar al catalanismo, han fracasado en el intento. Se equivocaron aquellos que creían que podían derrotar a Cataluña con la imposición y con la fuerza. Por esta razón, estamos dispuestos a trabajar juntos con el Grupo Socialista y con las demás fuerzas progresistas en este reto democrático que es el tránsito hacia un Estado federal y plurinacional. Esta es la estación federal. Ustedes saben perfectamente, y nosotros no hemos engañado nunca, que Esquerra Republicana es un partido independentista, pero consideramos que vale la pena intentar esta estación federal para trabajar conjuntamente y para crear un modelo plurinacional. Es una apuesta fuerte, arriesgada en cálculos electorales para Esquerra y no lo hacemos en un momento de debilidad, sino, al contrario, en un momento histórico de crecimiento social y electoral del independentismo catalán, especialmente entre las nuevas generaciones.

Es un momento de auge de las reivindicaciones nacionales de Cataluña que, con la formación del Gobierno catalanista y de izquierdas de la Generalitat, ya no aparecen con el atavío ideológico de un solo partido, sino como objetivos políticos compartidos por una gran mayoría de la sociedad. Es, pues, el momento de pasar de la descentralización simple administrativa a un modelo plurinacional. Ha llegado la hora de iniciar la andadura hacia un modelo federal que es el mejor elemento para la consolidación de un modelo democrático. El balance que podría formularse sobre el estado de las autonomías después de 25 años merece en muchos aspectos un aprobado justo. Lo decía este pasado domingo en un rotativo barcelonés el ahora tan añorado por algunos de aquí Jordi Pujol, el que fue presidente de la Generalitat de Catalunya. Es de justicia reconocer que ha permitido el modelo autonómico un avance en términos de descentralización, pero es suficiente en el reconocimiento de las diferentes naciones, nacionalidades o regiones que componen el Estado. Y es que España continúa basándose en un concepto nacional uniformizador en lo que concierne a los principios elementales del Estado, y que hay mecanismos siempre reacios a reflejar elementos de participación y de diversidad nacional. En la Constitución de 1978 se pretendía el acomodo de Catalunya y de Euskadi. No deja de ser una paradoja que sean Euskadi y Catalunya los motores de la reforma en este momento de estatutos y de modelos de Estado. A pesar de lo que opinan algunos el modelo autonómico se encuentra a mucha distancia del modelo federal. Queda un largo camino a recorrer en términos de reconocimiento nacional catalán, en términos de asunción de poder por parte de las comunidades autónomas, y en lo que atañe a la participación de éstas en las instituciones centrales o en el sistema de financiación.

Hace un año, señor presidente del Gobierno, decía que esperaba que los independentistas catalanes se sintieran cómodos dentro del Estado. Si verdaderamente lo quieren, no rechacen aquello que marque, que escriba y que apruebe el Parlament de Catalunya, incluso si lo que decide es la participación activa en el proceso de reforma constitucional como nación, nacionalidad, comunidad nacional para utilizar la expresión del actual presidente del Consejo de Estado el señor Rubio Llorente, que ha sido brutalmente denostado por aplicar el sentido común al modelo actual. Es una misma realidad que la propia Constitución reconoce al diferenciar entre regiones y nacionalidades, nación. Cataluña es una nación. No vamos a discutirlo. Eso lo tiene claro la mayoría de la gente, en Catalunya y fuera de ella. No vamos a jugar semánticamente porque aquí esta tarde se han hecho juegos con las palabras. Este portavoz lleva años preguntando a los partidos españoles cuál es la diferencia que la actual Constitución marca entre región y nacionalidad y no he hallado aún no respuesta clara. Vamos a decir las cosas por su nombre, Cataluña es, pues, una nación. La lista de déficit que impiden alcanzar este horizonte pueden sintetizarse en los siguientes puntos: el horizonte plurinacional. En primer lugar, una ausencia de reconocimiento plurilingüistico y pluricultural. El plurilingüismo pasa por un reconocimiento de las lenguas catalana, vasca y gallega en todo el Estado. La agenda tuvo una perversa coincidencia, mientras el presidente del Gobierno estaba preparando su discurso en la Asamblea francesa, donde hizo una defensa, por cierto, en la cuna del jacobinismo y del centralismo en París, de las leguas catalana, gallega y vasca, más allá de la lengua castellana, curiosamente esos mismos días este portavoz estaba en Luxemburgo, mediando con el ministro de Asuntos Comunitarios del Gobierno luxemburgués, en la presidencia de turno el señor Nicholas Smith???? Para que también coadyuvara a la introducción del catalán en Europa. El ministro preguntó una cosa que me dejó descompuesto. Ustedes nos piden que el catalán sea oficial en instituciones europeas, pero ¿lo es -dijo- en el Congreso español? Y curiosa y paradójica y perversa coincidencia. Esos días era cuando se dio marcha atrás al uso del catalán con la consiguiente traducción en esta Cámara. ¿Cómo podemos pedir en Europa con tranquilidad que apliquen y que abran la puerta al gallego, al catalán y al euskera, si no somos capaces de aplicarlo en las instituciones del Estado? Creo que esta es una pregunta que nos van a hacer en todas partes de Europa. Fíjense que nosotros consideramos que el plurilingüismo es básico para entender que el modelo plurinacional tiene que avanzar.

Fíjense cómo se da por sentada la banalidad de que la lengua castellana, por ejemplo, tenga la traducción de todos los filmes que se exhiban hoy en televisiones, en DVD, en los cines, y cuando este diputado y este grupo parlamentario están negociando la ley de la televisión digital, de lo audiovisual y hacen requerimiento de que la futura televisión digital tenga ya el consiguiente doblaje de la lengua catalana, gallega y vasca, esto que parece normal, de sentido común, ha producido un ataque sin precedentes. Nos parece normal que si el castellano está ya doblado lo lógico sería defender también que lo fuera el catalán, porque estamos pidiendo la protección para el catalán que es lo mismo que pide Francia para el francés y Alemania para el alemán ante el empuje anglosajón. Fíjense ustedes, y lo respetamos, lo entendemos y lo compartimos, cómo se defiende la lengua castellana, remontémonos a 1991, premio Príncipe de Asturias al pueblo de Puerto Rico por defender la lengua castellana entre el empuje del inglés, lo compartimos y lo entendemos. Ese mismo año se monta -y perdonen la expresión- una bronca porque la Comunidad Europea decide que los teclados de los ordenadores no lleven la letra eñe, lo entendemos, lo compartimos. La inversión del Ministerio de Cultura y de otros ministerios en los Institutos Cervantes en Estados Unidos, podemos estar perfectamente de acuerdo porque los anglosajones puedan aprender y se divulgue la lengua y la cultura española. También hay una medida proteccionista para que la comunidad hispana de los Estados Unidos mantenga vivo su español, y lo entendemos perfectamente. Pero cuando nosotros pedimos que se normalice y se proteja el catalán estamos pidiendo lo mismo que se está haciendo con la lengua castellana, en la francesa y en la alemana, no tiene por qué ser tan extraño. Defendemos nuestra identidad y creo que el Estado tiene la obligación de defender la identidad, la cultura y la lengua catalanas. Lo dijo Tony Blair recién elegido: ante la globalización cultura y económica nos queda la identidad, y esta hay que preservarla, la cultura y la lengua.

¿Por qué se intenta ridiculizar o criminalizar propuestas de protección de la lengua catalana o gallega? ¿Por qué estos ejemplos anteriormente citados son de lo más normal si se refieren al español y son completamente -perdonen la expresión- bochornosos si se proponen para el catalán o el euskera? Calificativos como absurdo, disparate, sinrazón o desaguisado son recurrentes para acosar y acusar a aquellos que defendemos la idea de que ningún idioma está de sobra. Curiosamente son estos mismos los que alzan la voz en la tertulia o abren portadas de algunos periódicos de la capital del reino indignados cuando el español se cae en algunas instituciones de la Unión Europea en beneficio del inglés, del francés, incluso del alemán. Y menudo susto para algunos sobre todo cuando el nuevo Papa Benedicto XVI olvidó el español en sus primeros mensajes. Lo entiendo perfectamente, los catalanes sabemos exactamente lo que se siente.

Señor Zapatero, esta mañana hacía referencia al espacio educativo europeo. Sea coherente y defienda en él la persistencia de la titulación de filología catalana. En Cataluña no se entendería que no se hiciera, ni en las 50 universidades europeas que imparten la asignatura y la carrera de filología catalana.

El señor Rajoy, supongo que debía de tener otras ocupaciones, debe ser poco de fiar si no es capaz de defender aquí los intereses de la lengua de su país natal, el gallego, a no ser que considere de segunda este idioma, pero luego que no se queje el señor Rajoy cuando en Europa perjudique la lengua española, será la fábula del cazador cazado, esta puede ser la fábula de aquellos que persisten en acosar las lenguas gallega, catalana y vasca. El reconocimiento de la pluralidad lingüística es aún hoy un déficit democrático, un modelo federal, plurinacional, que implica cambios en este sentido.

Otra de las deficiencias del modelo actual es el frágil autogobierno, no me extenderé, pero es evidente que cuando en esta Cámara y desde el Gobierno se habla de lo orgánico y de lo básico las competencias exclusivas de las comunidades autónomas pueden temblar, y de ahí la reforma estatutaria. Por eso en Cataluña la palabra de moda es petrificar, fíjense qué palabra, da incluso miedo, petrificar, por no decir blindar, por el miedo, y por la experiencia que ha habido, a intentar con leyes de base laminar sistemáticamente las competencias exclusivas de las comunidades autónomas.

También queremos, y es un déficit importante de este modelo, la ausencia de la participación en las instituciones centrales del Estado. El Tribunal Constitucional tendría que ser un órgano compartido y cuando tomara una decisión entre los litigios entre comunidades autónomas y el Gobierno tendríamos que tener la seguridad de que no es parcial.

A veces da la sensación de que esto es un Real Madrid-Betis balompié, y perdónenme el símil futbolístico, y que el arbitro viste de blanco. Hay que buscar fórmulas en la reforma constitucional para que en el Tribunal Constitucional tengamos la sensación de que las comunidades autónomas participamos en su elección. Por no hablar de la presencia autonómica real en los organismos estatales de carácter económico y social. Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores, Comisión de la Energía. Permítame pararme en este punto. Hemos asistido a un espectáculo denigrante cuando este Gobierno toma la decisión de trasladar a Barcelona la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones, cosa que aplaudimos y apoyamos porque siempre hemos defendido que hay que descentralizar los órganos reguladores. Tuvimos resistencia. Se hablaba de deportación por parte del señor don Carlos Bustelo, el dirigente de esta agencia. Fíjese el porqué y las razones que se utilizaron. No está el señor Rajoy, pero hoy acusaba a Esquerra Republicana y a este portavoz de acusar a todos los españoles de chupar del bote. No es así. ¿Quién chupa del bote? Chupan del bote los arribistas, los comisionistas, los conseguidores y, permítanme una palabra de la postguerra, los estraperlistas. Los que hacen negocio, los compañeros de pupitre, los que hacen negocio sin empresa. Esto medra al entorno del poder. La descentralización del poder es enemiga de estos. Esto hay que decirlo. Estos son los que chupan del bote. ¿O alguien no chupó del bote cuando hubo dos tránsfugas en la Asamblea de Madrid? ¿Qué significó en las nuevas elecciones en la Asamblea de Madrid? ¿Alguien no chupó del bote, ahí? ¿Alguien tiene alguna duda? ¿O no chupó alguien q ue dejó a los trabajadores de Sintel en la calle? Esto hay que decirlo. Aquí medran los conseguidores en la capital del reino. Estos conseguidores son enemigos de la descentralización porque les quita poder. Nada que decir de los trabajadores de la función pública. Vemos el diferente rasero con el cual se trata en la Comunidad Autónoma de Madrid. Por un lado, los trabajadores de la sanidad del hospital Severo Ochoa de Leganés son criminalizados. Y, por otro, el señor don Carlos Bustelo, que tiene una actitud desafiante con la legalidad, se le premia con el Tribunal de Defensa de la Competencia, de la Comunidad Autónoma de Madrid. Esta es la realidad. Cuando nos referíamos a que alguien chupaba del bote, lo decíamos en este sentido. Son los enemigos de la descentralización política. Son aquellos que quieren la concentración del poder para disfrutar de sus privilegios.

Otra de las deficiencias de este modelo actual es el Senado. No voy a extenderme, pero, señor Rodríguez Zapatero, señor presidente del Gobierno, no podemos aceptar el maquillaje de la señorita Pepis para el Senado. Esto hay que atacarlo en profundidad, hay que entrar en profundidad. Si queremos una cámara territorial y no queremos que en las clases de derecho constitucional se monte un órdago entre los alumnos y los catedráticos para explicar exactamente qué es el Senado, implica que el Senado sea una cámara territorial con derecho a veto, que se discuta el fondo del modelo de financiación, que tenga la representación de las comunidades nacionales y la representación del plurilingüismo, que participe también de las decisiones de la Unión Europea y que las comunidades autónomas puedan participar plenamente.

Quinto elemento, la ausencia de descentralización del Poder Judicial. Hoy ha hecho usted una propuesta y nosotros estamos con usted. Esquerra Republicana lo ha defendido en su programa y también forma parte de la reforma estatutaria que se está llevando a cabo en el Parlamento de Cataluña. Es la descentralización de la justicia. Alguien dijo que esto era imposible. El actual presidente del Tribunal Supremo, el señor Hernando, se cogió un avión, pagado, supongo, con fondos públicos, invitó a los magistrados y se vino a Barcelona a dar una conferencia para decir que estaba en contra de la descentralización del Tribunal Supremo, es decir, de que los tribunales superiores de justicia fueran la última instancia. No sé quién pago esto. Pero lo que es evidente es que descentralizar la justicia es un objetivo importante. Lo que tendría que preocuparle al presidente del Tribunal Supremo son los 70.000 expedientes que hay acumulados en el Tribunal Supremo, no si se descentraliza la justicia. Esto sí tendría que preocuparle. Sabemos, y es evidente, que si se descentraliza, las compañías aéreas van a sufrir una debacle. Porque, fíjese usted la de bufetes en Cataluña y en otras partes del Estado que cuando hay temas importantes tienen que acudir al Supremo.

No sé si alguien tiene comisión en las compañías aéreas, pero no creo que sea el caso.

Vamos al tema central: Insuficiente e injusta financiación. Esto ha sido una pata débil del modelo autonómico y del modelo de descentralización. Después de 25 años, una inmensa mayoría de la ciudadanía de Cataluña y de otras comunidades autónomas -las Illes Balears, el País Valencià- ha llegado a la conclusión de que el modelo de financiación actual repercute negativamente en sus condiciones de vida y en su desarrollo. La perversidad del modelo ha aumentado en los últimos años, las comunidades son quienes realizan el gasto, el Gobierno del Estado es quien hace las leyes marco y quien controla la Hacienda. Esto no se puede aguantar, hay una falta evidente de lealtad institucional, y el ejemplo lo veremos ahora en la discusión de la ley de educación que conoce perfectamente.

Cataluña padece un déficit fiscal excesivo. Usted, señor Zapatero, lo ha reconocido hoy. Es un déficit fiscal, entre el 8 y el 11 por ciento de su producto interior bruto, que no tiene parangón en ningún otro territorio de la Unión Europea. Entenderá perfectamente la indignación de muchos ciudadanos de barrios, ciudades y comarcas más carentes de servicios de Cataluña cuando se nos acusa de insolidarios. La calumnia y la miseria moral de algunos ha llegado a tal punto que se nos acusa de tacaños, y al mismo tiempo se aplaude la solidaridad que viene de Europa. Se ha aplaudido a Alemania por su contribución a los Estados más subdesarrollados de la Unión, pero extrapolando el mismo caso aquí se tilda de insolidaridad nuestra contribución. Alemania y otros países de Europa han ayudado mucho, pero Cataluña y otras comunidades del Estado también han aportado lo suyo. Debe quedar bien claro que desde las instituciones catalanas nunca se ha pretendido acabar con la cooperación y la solidaridad con otros territorios. Lo que pedimos es solidaridad también con los ciudadanos de Cataluña.

Fíjese en un detalle. La pregunta es recurrente: ¿tiene límite la solidaridad? Pues nosotros hemos llegado a una conclusión: el límite a la solidaridad es no poner límites a la solidaridad interna. Su amigo Gerhard Schröder lo ha tenido muy claro. Alemania ha contribuido más que nadie en Europa en los fondos de cohesión, pero también es consciente de que tiene una serie de regiones, de länders, de la extinta República Democrática Alemana que también necesitan una importante inversión.

Señor Rodríguez Zapatero, usted le confesó al presidente de mi partido, Carod Rovira, hoy también mencionado mucho en esta tribuna curiosamente, cuando vino a visitar a los vecinos del barrio del Carmel en Barcelona por la desgracia ocurrida por el hundimiento de bloques de pisos en varias manzanas de ese barrio, que no se imaginaba que en Cataluña existieran aún barrios con tantas deficiencias y falta de infraestructuras. Pues esa es la realidad, en Cataluña no todos somos ricos, no todos tenemos casa en Baqueira-Beret, ni apartamento, ni chalé, ni pleta en la Cerdanya, en el Pirineo, ni tenemos un dúplex en la zona alta. ¡Cómo no vamos los partidos catalanes a defender las condiciones de vida de nuestra gente trabajadora, de nuestras clases populares! Lo vamos hacer porque en Cataluña también hay situaciones que requieren inversión. Por ejemplo, está el caso del barrio de l'Estaciò de Sallen -que se ha mencionado muchas veces-, del barrio del Fondo de Santa Coloma, el de San Ildefonso -que el ministro Montilla conoce muy bien-, de Cornellà, de comarcas rurales muy necesitadas como las Garrigas.

Le voy a dar una cifra comparativa y demoledora. En Cataluña hay un 18,6 por ciento de la población que se encuentra en el umbral de pobreza, lo que quiere decir 1.169.000 personas, más personas que las que viven en toda Extremadura. Esta cifra nos tiene que hacer reflexionar.

La solidaridad interna en Cataluña también se considera necesaria por el ministro de Defensa, que ahora no está con nosotros. El ministro de Defensa, señor Bono, fue a mi pueblo, Ripoll, en el 75 aniversario de la línea de tren y me confesó que cuando la vio la falta de infraestructuras de la línea en esa zona de Cataluña quedó asombrado. Pues ya lo ven, Cataluña no es rica. Basta de demagogia, de decir que Cataluña es insolidaria, de que es opulenta. Cataluña tiene muchas necesidades. Lo nuestro no es un problema de solidaridad con Andalucía o con Asturias, el problema en el modelo de financiación -y perdóneme la expresión- es que si llueve en Madrid llueve en el resto, si se invierte en Madrid se invierte en el resto. Pero esto no es exactamente así, es un perverso silogismo.

Les voy a repetir lo que les dije hace ya unos meses, les voy a dar una cifra objetiva que merece la reflexión.

Del kilómetro cero de Madrid salen diez autovías gratis y dos son de peaje. Tiene sorna que aparte del túnel de Guadarrama la otra que es de peaje es la va a Cataluña. Pero fíjese usted que del kilómetro cero de Barcelona salen nueve autovías de las cuales siete son de peaje. Hay necesidades en el eje del Mediterráneo, no solo de infraestructuras. Fíjese en las comarcas de Alicante o Valencia -Elche o Alcoy, por ejemplo-, las crisis importantes de carácter industrial, del juguete, del textil, del calzado, en la cuenca mediterránea, en el eje del mediterráneo hay auténtica necesidad de inversión y de reactivación de su economía. Señorías, no les quepa ninguna duda de que en Cataluña tendremos estatuto y con un nuevo sistema de financiación, aprobado por una mayoría amplísima del Parlamento catalán. Algunos se frotaban las manos cuando en Cataluña tuvimos lo que podríamos definir un conato de crisis, del tres por ciento, acuérdense. Alguien decía que esto era el finis cataloniae, que se había acabado, que no habría estatuto. Tranquilos, ha habido responsabilidad y en Cataluña, más allá de lo que haya que aclarar, más allá de esto, hay una voluntad mayoritaria de aprobar nuestro estatuto con una buena financiación. Alguien le hablaba antes de su palabra, a nosotros nos vale su palabra pero lo importante -aunque es muy importante la palabra del presidente del Gobierno- es que este estatuto y este modelo de financiación tengan el apoyo de la Cámara catalana, del Parlamento de Cataluña. Esto para nosotros es lo importante; que este modelo llegue a este Congreso y a las Cortes con el respaldo mayoritario, por no decir casi unánime, de la Cámara catalana.

Voy a entrar en el bloque social. La izquierda, señor presidente del Gobierno, no vive solo de federalismo y de descentralización ni de la libertad, que es muy importante y básica. La izquierda, la socialdemocracia que compartimos con ustedes, señor Rodríguez Zapatero, requiere trabajar para la igualdad de oportunidades. Mucho se habla de igualdad, pero este Gobierno y este Parlamento tienen aún mucho camino por hacer y especialmente en la igualdad de género. A pesar de los avances en la integración de la mujer en el mercado laboral y por la igualdad de derechos, todavía queda mucho por hacer en políticas en pro de la igualdad de oportunidades y en políticas transversales en todos los ámbitos, de manera que permitan no solo el reconocimiento y la visualización de las aportaciones a las mujeres, sino que generen una nueva forma de entender la sociedad. En este sentido, es prioritario y necesario avanzar en la conciliación de la vida familiar y laboral subrayando y estableciendo marcos donde los hombres asuman realmente el compromiso de compartir todos los aspectos de la vida cotidiana con las mujeres. Y compartir no significa ayudar, sino corresponsabilidad. La familia es importante, pero la conciliación de la vida familiar y laboral no es solo un problema de las familias es hoy un problema de las mujeres. Esto hay que decirlo porque es un matiz importante. Creemos sinceramente que en el próximo período de sesiones va a ser el momento para ponernos -ya lo ha anunciado usted- a trabajar en la atención a la dependencia, para que los discapacitados o quienes padecen enfermedades crónicas y de salud mental tengan atención; para trabajar con los enfermos de patologías invisibles como la fibromialgia o el cansancio crónico. Tenemos la obligación desde la izquierda de hacer propuestas conjuntamente con las comunidades autónomas. Hoy nos ha anunciado que va a trabajar en la deuda sanitaria, ya tocaba. Esta era la petición del Grupo de Esquerra Republicana desde la investidura, es importante porque toda la buena gestión, todo lo que podemos mejorar en la gestión sanitaria redundará en las políticas sociosanitarias en la atención a la dependencia.

Señor presidente del Gobierno, señoras diputadas y señores diputados, quiero hacer una referencia a la educación. Estamos en el debate de una nueva ley de educación. Este grupo, Esquerra Republicana se compromete a trabajar por una educación pública de calidad. No nos podemos permitir que la escuela pública entre en crisis. Hemos tenido dos leyes, la LOGSE y la LOCE. La LOGSE partía de las mejores intenciones pero tenía un problema, su financiación. Nuestro partido en ese momento ya anunció la necesidad de hacer otra ley específica para financiar la LOGSE, no fue así. La LOGSE tenía deficiencias y tuvo problemas de financiación. La derecha aprovechó estas deficiencias para hacer una nueva ley que podía mejorar algunos aspectos -esto hay que reconocerlo- pero también significaba un paso atrás.

Ahora tenemos un punto de partida de un modelo educativo que podemos consensuar y que puede establecer las prioridades de la escuela. Déjeme que le desgrane algunos aspectos que consideramos importantes. Nuestro partido, señor Zapatero, se comprometió a la gratuidad de los libros de textos; libros de texto gratis para todas las escuelas públicas. Usted sabe como padre de dos hijas -y lo sabe de sobra- lo que vale un libro de texto. La media es de 900 euros, si sumamos todas las adquisiciones en libros y en material didáctico, en primaria y 800 euros en secundaria. Eso es mucho dinero para las familias trabajadoras y para las clases populares. Esto merma la capacidad adquisitiva de muchas familias y debemos dar solución. Les daremos una propuesta en este sentido en las resoluciones.

Otro elemento que consideramos importante es la falta de convocatoria de oposiciones en el sector de la educación, los llamados profesores interinos. Gente con experiencia, gente que lleva años ya trabajando en la educación y que puede ver su carrera profesional fuera si no buscamos una salida para este colectivo tan importante de los profesores interinos. La obligación de mejorar la política social en el Estado de acuerdo con las otras administraciones. En las pensiones, ya colaboramos en los presupuestos; inmigración, dimos un paso importante; atención a la dependencia, educación y sanidad, el Estado del bienestar también es desconocida por buena parte de nuestros jóvenes. El pasado sábado terminando la compra semanal familiar, en un supermercado del barrio de Barcelona donde resido, entablé conversación con la chica de la caja, la cajera. De nombre Laia, de 24 años, licenciada en Historia del Arte. ¿Sabe cuánto cobra al mes por trabajar siete y ocho horas diarias durante cinco días a la semana? Nada más y nada menos que 580 euros. Cómo queremos que nuestra juventud se realice, lleve a cabo sus proyectos y sus ilusiones. Esta precariedad, esta inestabilidad general, no es Estado del bienestar; esta precariedad es sinónimo de siniestralidad. Esta mañana cuatro obreros -ya se ha referido a ello alguien en esta tribuna- perdían la vida en los astilleros de Ferrol. La cuenta parece no tener fin y no podemos seguir así. En este sentido, la izquierda no puede dejar de vislumbrar nuevos retos, que dada la mayoría natural de esta Cámara no debería escapar a nuestra preocupación. Nos referimos a la garantía de una prestación, ya sea de vejez o de enfermedad. Por ello, plantearemos el estudio de la renta básica universal.

Si consideramos que el umbral de la pobreza está por debajo del 50 por ciento de la renta per cápita, hoy la Unión Europea tiene un 15 por ciento de ciudadanos pobres. Cataluña -ya lo decíamos antes- está un poco más por encima de la media, 18,6 y la media del Estado está un poco por debajo de la media europea. Así hoy en España hay unos ocho millones de pobres. Es verdad que existen ya instrumentos que utilizan las diferentes administraciones. Sin embargo, vale la pena que la izquierda reformule fórmulas; vale la pena reflexionar, y por eso creemos que vale la pena empezar a estudiar la posibilidad de que en un futuro podamos establecer una renta universal, una renta básica universal. Este es un valor republicano y por eso creemos que vale la pena intentarlo.

Voy a entrar en un bloque final: productividad, competitividad y sostenibilidad. La igualdad y las políticas sociales requieren un modelo de crecimiento económico. Ya avanzábamos en el debate de investidura que había que cambiar el patrón de crecimiento, que había que apoyar la industria productiva, el sector industrial y el turismo. En los presupuestos nosotros trabajamos conjuntamente con ustedes para apoyar las pequeñas y medianas empresas, el sector turístico y especialmente el hotelero. Ahora en el marco de la estrategia de Lisboa debemos profundizar cambios importantes. Debemos responder al reto de la globalización, de la deslocalización y de las potencias emergentes. Debemos primar aquellos que generen trabajo estable: las pequeñas y medianas empresas, las microempresas, la economía social o el cooperativismo. Antes he hecho referencia a sectores del textil, del calzado, o del juguete en el País Valenciano. Sin embargo, en el Estado hay más de 200.000 puestos de trabajo que dependen del sector textil. Hay 200.000 familias amenazadas en este momento. Hace falta y urge un proceso de reconversión de este sector. Hay que ayudar a los empresarios del sector textil.

Hay que buscar fórmulas imaginativas, no alzando barreras en Europa, esa no va a ser la solución; hay que buscar medidas proactivas; hay que buscar soluciones; ser más competitivos; hacer la reconversión; todo lo que permita la Unión Europea, ya sabemos que hay marcos férreos, pero hay que hacer una reconversión. Fíjese usted, por ejemplo, en los efectos de la deslocalización agrícola, más allá de la industrial; que les pregunten a los agricultores valencianos de la naranja y el arroz. No podemos ser cómplices de la esclavitud que otros países están desarrollando para hacer crecer sus economías. Nuestra economía tiene costos sociales que son los que requiere un modelo social justo y tiene costos ecológicos y ambientales; no podemos competir con la avalancha de productos que no cumplen con estos costos. Creemos sinceramente que ya hay que tomar medidas en el asunto; hacen falta cambios en la contratación laboral; crear más empleo y más estable. Para este fin requerimos una mejora clara de los servicios públicos de contratación laboral y una clara mejora de la formación profesional. Qué paradoja que en el anteproyecto de educación las asignaturas de tecnología caigan empicado. En este país hay muchos licenciados, pero falta gente con buena especialización en la formación profesional. Faltan mecánicos, faltan torneros; esto es lo que piden las empresas. No puede ser que en el nuevo modelo educativo las asignaturas de tecnología pierdan peso.

Creemos sinceramente que hay que ayudar a la pequeña y a la mediana empresa facilitando su acceso a las ayudas de I+D; sin papeleo; que tengan información; facilitando la internacionalización, y, sobre todo, es necesaria una mejora en el marco fiscal para favorecer la autofinanciación. A nuestro entender, esto implica la reducción de los costes financieros a aquellas empresas que no distribuyan beneficios. Repito, creemos básica la reducción de los costes financieros a aquellas empresas que no distribuyan beneficios. Esto redundaría en la reducción del endeudamiento, la reducción de los costes financieros, y favorecería la continuidad de muchísimas empresas. En esta línea, vamos a presentar también resoluciones para apoyar a las pequeñas y medianas empresas.

Finalmente, en el ámbito energético, creemos que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan espectacularmente. Aun así, no se ha concretado la mejora necesaria de retribuciones a las energías renovables; no hay etiquetado de energía verde; el consumo de biocarburantes está por debajo de los mínimos que exige Europa; los medios de transporte públicos, sobre todo ferrocarriles de cercanías, tienen poca inversión; es necesario un nuevo modelo energético de centralizado con conceptos energéticos y no sólo eléctricos. Igualmente es urgente reformar el Consejo de Seguridad Nuclear. Hay que reformar la composición del Consejo de Seguridad Nuclear y su funcionamiento y, sobre todo, trabajar en pro de la sustitución progresiva de la energía nuclear.

En cuanto a la gestión del agua, nosotros hemos trabajado para la supresión del Plan Hidrológico Nacional, no para la supresión parcial. Seguimos perplejos ante el mantenimiento del trasvase Júcar-Vinalopó, no puede ser una excusa el coste que supone parar las obras; creemos que también es necesario abordar esta cuestión.

Voy terminando, señor presidente. Recordará que la sesión de investidura de hace un año fue tan importante para usted y para el Partido Socialista como para nosotros, los republicanos catalanes. Y digo importante para ustedes porque les permitía encabezar una nueva etapa política que dejaba atrás dos legislaturas de gobierno derechista, y digo importante para nosotros, los independentistas catalanes, porque anunciábamos una estrategia de voluntad, de entendimiento con la izquierda española en pro de la modernización social y plurinacional del Estado español. Pues bien, recordará que en aquella ocasión le emplazamos a no dar ningún paso atrás y hoy se lo repetimos. Podrá contar con Esquerra Republicana, de hecho nosotros esperamos contar con usted, pero todo ello sólo será posible si usted, repito, no da un solo paso atrás. Justicia social, radicalidad democrática; radicalidad democrática -lo repito porque a veces a alguien le suena mal-, y federalismo. El momento que vivimos es un momento importante: la apuesta de los independentistas catalanes. Si usted es consecuente, nos tendrá como aliados; de hecho, en justa correspondencia, deseamos que usted también cuente con nosotros. Hemos ido creando las condiciones favorables para superar la derecha ideológica y la derecha nacionalista española; en definitiva, superar de una vez por todas el franquismo ideológico.

Y no se engañe, todavía le espera otra tarea: modernizar actitudes aún presentes en su partido, ancladas en el siglo pasado, alimentadas de prejuicios también heredados de la dictadura, aun cuando se digan progresistas o de izquierda, que se retroalimentan de los patrimonializados por la derecha. De Fraga a Ibarra y de Vázquez a Zaplana, tanto monta, monta tanto.

Señor Zapatero, creemos que es el momento de dar un paso adelante. Hoy usted ha querido aquí significar la validez de su palabra dada. Ha puesto el ejemplo de que se comprometió a retirar las tropas de Irak, a hacer una ley contra la violencia de género. Cumplió y hoy usted así lo ha expresado en esta Cámara. Y no voy a redundar su compromiso con el estatuto que salga de Catalunya, con una vez nos basta. Pero se lo digo sinceramente, creemos que vale la pena este marco de confianza. Alguien decía que en su acuerdo de investidura nosotros no sacamos nada a cambio. Las cosas no se hacen así, porque al final se demuestra que alguien que sacó algo a cambio… Fíjese usted, estamos hablando otra vez de financiación. Porque en su momento no se hizo bien, había otros intereses, había otros criterios. Ahora es el momento de buscar una solución para que Catalunya tenga una buena financiación, que sea justa con sus clases populares y sus clases trabajadoras. Confiamos en que éste sea el marco de estabilidad. Por eso le apoyamos en la investidura y le apoyamos en los presupuestos. Hay gente, en Catalunya y en el resto del Estado, que se pregunta qué hace un partido independentista apoyando a un partido como el Partido Socialista Obrero Español. Pues, sencillamente, crear un marco de confianza, un marco de estabilidad. Sólo con este marco podemos hacer reformas, podemos avanzar en políticas sociales, en políticas a favor de la pluralidad lingüística, cultural y nacional del Estado.

Muchas gracias, señor presidente, por su amabilidad y por el tiempo que me ha otorgado. Muchas gracias, señoras diputadas y señores diputados.

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