La demolición de la torre Windsor llevará seis meses y costará unos 22 millones de euros
Los expertos descartan que el rascacielos se pueda venir abajo
La columna vertebral de la torre Windsor, de hormigón —"un material mucho más resistente al fuego que el acero o las estructuras metálicas"—, mantiene en pie el esqueleto calcinado del edificio y permite a los expertos asegurar que no se derrumbará. Ricardo Aroca, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, está seguro de que "no se caerá por sí sólo", y vaticina además que demolerlo no tendrá "mayores complicaciones". No parece sin embargo que haya unanimidad sobre este último punto, dado que no se conoce aún el estado en el que se encuentra el interior del edificio. Sus propietarios aseguran que llevará medio año tirarlo abajo, y el vicedecano del Colegio de Arquitecto, Bernardo Ynzenga, apuntilla que costará 22 millones de euros.
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La demolición podría llevar varios meses
José Luis de Miguel, catedrático de Estructuras de la Escuela de Arquitectura, coincide en que "el Windsor aguantará el tirón", aunque precisa eso sí que la demolición será "difícil". En lo que parece haber más unanimidad es en el modo de demolición: a mano, de arriba a abajo, con grúas y andamios y sin voladuras. Agustín Prudencio, arquitecto especialista en demoliciones de la constructora Tecsa, ha precisado que se requerirá "tiempo" para hacerlo sin alterar la estructura del edificio para evitar su derrumbe", y los propietarios —la familia Reyzábal— han puesto por primera vez sobre la mesa una estimación concreta: unos seis meses. Además, el vicedecano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Bernardo Ynzenga, ha cuantificado en 22 millones de euros el coste de la demolición, calculando a 600 euros por metro cuadrado —la torre tenía 36.000—.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ha anunciado por su parte que será el Ayuntamiento el que tire abajo el edificio, una medida que es "irreversible" dado los daños sufridos en su estructura. Además, Gallardón ha confirmado que los técnicos municipales no podrán acceder al interior de la torre hasta el miércoles, por lo que hasta entonces no se podrá contar con un dictamen bien fundamentados sobre cómo será la demolición.
Para afrontar los gastos derivados del incendio, los propietarios del edificio —en concreto, la portavoz de la Reyzábal— han puesto en marcha ya los engranajes de un "tema delicado" que llevará "mucho tiempo", al ponerse en contacto con la aseguradora Allianz para iniciar "todo el papeleo". No ha querido desvelar eso sí ni la cuantía de la póliza ni su cobertura, aunque según un estudio realizado en 2003 por el Pool de Grandes Riesgos el valor de la torre es de 84,2 millones de euros.
La torre pertenece a la inmobiliaria Ason, la empresa de los Reyzábal. La filial en España de la aseguradora alemana Allianz ha confirmado tiene contratada una póliza de daños que cubre el 60% del edificio. El 40% restante corresponde a la Corporación Mapfre, que cuantifica el impacto en sus cuentas del pago de la póliza en diez millones de euros, de acuerdo con una primera evaluación trasladada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
¿Cómo se explica el incendio?
Nadie ha podido explicar hasta ahora cómo pudo prosperar el fuego sin que funcionaran los mecanismos de extinción en una fase temprana del siniestro. El edificio Windsor, del que la auditora Deloitte ocupaba 20 plantas y la firma Garrigues otras dos, estaba a punto de concluir unas obras, con las que se había remodelado la fachada y se había instalado una nueva escalera de emergencia. "No nos ha llegado a los treinta años", ha lamentado el arquitecto Genaro Alas. Se da la circunstancia de que Deloitte tenía sus oficinas centrales de Estados Unidos en las Torres Gemelas de Nueva York, por lo que tras los atentados del 11 de septiembre se vio obligada a buscar una nueva ubicación, eligiendo la torre Windsor.
Las obras del edificio Windsor comenzaron en 1973, y fue uno de los primeros proyectos de Alas y Casariego, uno de los estudios de arquitectura más importantes de la segunda mitad del siglo XX, que firmó otros inmuebles de la zona, como la Torre Picasso y el de Seguros La Estrella, situado junto al siniestrado.
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