El 'sí quiero' pero no puedo de Ronaldo

Un palacio del siglo XVII, 250 invitados, el glamour de París y una fecha tan especial como San Valentín son los ingredientes de la gran fiesta en la que Ronaldo Nazario y la modelo Daniela Cicarelli se han dado esta noche un sí quiero simbólico. El retraso en los papeles de divorcio del futbolista, todavía casado con Milene Domingues, tiene la culpa de que la boda prevista se haya quedado en un particular pacto de amor sin valor jurídico. La ceremonia transcurre sin cámaras, a las que se ha prohibido la entrada al palacio. Según medios brasileños, el futbolista y la modelo, apodada la musa de Brasil, habrían vendido la exclusiva a una revista del corazón, un extremo desmentido categóricamente por el entorno del jugador.

Una historia de amor protagonizada por un futbolista y una modelo no tiene nada de nueva, pero como a Ronaldo le gusta hacerlo todo a lo grande la cosa ha cobrado proporciones extraordinarias. Sobre las 20.30 horas, sin cámaras y en un castillo blindado para impedir el acceso a los cientos de curiosos y periodistas congregados a sus puertas, la pareja se ha dado un sí quiero sin boda, porque Ronaldo todavía no ha terminado los trámites de su divorcio con Milene Domingues, su primera mujer y madre de su hijo Ronald. Este contratiempo no ha desanimado a la pareja, que se ha limitado a cambiar el nombre de la ceremonia: en lugar de boda, el delantero y la modelo han bencedido su relación en un lugar de ensueño y en una efeméride señalada.

"Lo más importante para nosotros es la fecha del 14 de febrero, que representa el amor que sentimos el uno por el otro y que tanto nosotros como nuestras familias tenemos como el día más importante de nuestras vidas y el que vamos a considerar como el de nuestro matrimonio", explicaron los novios. Como les vale con la bendición de San Valentín, lo han preparado todo como si fuera una boda: invitaciones, ceremonia y puros para los invitados, que disfrutan de la fiesta (su llegada es lo único que ha podido fotografiar la prensa) en el palacio de Chantilly, construido en el siglo XVII a 35 kilómetros al norte de París en medio de uno de los más vastos bosques de la región.

Limusinas, autobuses, furgonetas y taxis

Tras haber pertenecido a la aristocracia francesa, sobre todo a la familia Condé, parientes directos del rey de Francia, el palacio fue donado a finales del siglo XIX al Instituto de Francia a condición de que lo convirtiera en museo, razón por la cual acoge la colección de pintura antigua más importante de Francia tras el Louvre. Numerosos guardias de seguridad han impedido el acceso a cualquier persona que no llevara una invitación. Los 250 elegidos por el jugador y la modelo han ido llegando en un goteo de limusinas que recibían las aclamaciones del público, que trataba de discernir entre las sombras de los cristales ahumados los rostros de los famosos. Un buen número de jugadores de la plantilla del Real Madrid ha llegado en furgonetas, a excepción de Luis Figo, uno de los más aclamados, y que ha aparecido también en una limusina.

Los brasileños Kaká y Cafú, compañeros de selección de Ronaldo, han llegado a Chantilly en taxi. Un autobús adornado con el escudo del Real Madrid ha trasportado a la directiva blanca, encabezada por su presidente, Florentino Pérez, y en el que también iba el vicepresidente Fernando Fernández Tapias. El siete veces campeón del mundo de Fórmula Uno Michael Schumacher y el grupo mexicano Maná también figuraban en la lista de invitados al igual que el diseñador Valentino, que ha hecho su entrada en el castillo en una espectacular limusina. Ninguno de los invitados ha querido hacer declaraciones a la prensa. Ni siquiera han bajado las ventanillas de sus coches, quizá para protegerse del frío que reinaba en Chantilly, con temperaturas cercanas a los cero grados. Antes que todos ellos, Ronaldo ha llegado a las 17.00 y Cicarelli, minutos más tarde.

Algunos de los invitados finalmente no han acudido a la fiesta. Entre ellos, sus compañeros de equipo Raúl, Zinedine Zidane -el más esperado por el público francés se en las puertas del palacio-, Iker Casillas y David Beckham, que disputarán mañana en Barcelona un encuentro benéfico en favor de las víctimas del tsunami. Tampoco ha viajado a la capital francesa el piloto de Fórmula Uno Fernando Alonso, que figuraba en la lista de Ronaldo. Según publica el portal brasileño Lancenet, la fiesta ha costado a la pareja 2,3 millones de reales brasileños, unos 687.000 euros. En esta partida de gastos se incluye el alquiler del castillo, el vestido de la novia, creado por Valentino, el estilismo de ambos y la decoración floral.