Familiares de las víctimas del Yak-42 se someten a las pruebas de ADN en Turquía

Los familiares de los militares españoles que murieron en el accidente del Yak-42 han terminado ya de realizarse las pruebas de ADN a las que habían empezado a somerterse a primera hora de la mañana en Estambul. Su objetivo es comprobar la identidad de los fallecidos tras las crecientes dudas denunciadas por los medios de comunicación y por las propias familias.

En total, son 37 los familiares que se han sometido a pruebas de ADN para certificar que los restos hallados en el lugar del trágico accidente, ocurrido el 26 de mayo de 2003 en la localidad turca de Trebisonda, se corresponden con las identidades atribuidas en su momento. Las dudas surgieron desde el primer momento ante la celeridad con la que se produjo la repatriación de los cadáveres. Así, dos días después del accidente, un hombre de unos 60 años preguntó al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo: "¿Y quién nos garantiza que nuestros hijos están ahí? ¿Quién nos asegura que no se los están comiendo los cuervos en Turquía?".

Angélica González, que ejerce de portavoz, ha explicado esta mañana que los familiares se han dividido en dos grupos para practicar las pruebas de ADN en sendos turnos durante la mañana en el Instituto de Toxicología de Estambul. Responsables de dicho instituto señalado que los resultados podrían conocerse en dos días. González, en declaraciones a la Cadena SER, ha elogiado la cooperación de las autoridades turcas, "que han colaborado en todo lo que han podido y han tenido una actitud muy receptiva". "La verdad es que teníamos muchas ganas de venir pero el ambiente entre nosotros es de tristeza y de nerviosismo. Una vez aquí ha sido duro", ha añadido la portavoz.

Homenaje en Trebisonda

Junto a los más de 60 familiares, viajaron ayer a la capital económica del país cuatro representantes del Ministerio de Defensa español y dos abogados, en un vuelo que ha sido fletado por este departamento y que tiene previsto regresar hoy mismo a Madrid. Las familias regresarán al país el próximo 26 de mayo, cuando se cumple el primer año de la catástrofe, al homenaje que se organizará en Trebisonda, que contará con la presencia de autoridades turcas y del Ministerio de Defensa español.

Ayer, antes de tomar el avión rumbo a Turquía, Carlos Ripollés, el presidente de la asociación que agrupa a 40 de las familias, declaró a este periódico: "Comenzamos el camino hacia la verdad, que es el viaje que tenía que haberse realizado hace casi un año". Un camino que puede resultar muy duro.

Esta mañana el actual titular de Defensa, José Bono, ha asegurado que no alentará ni exculpará las eventuales responsabilidades que se puedan derivar del accidente. "Tengo una convicción. Si se ha producido alguna responsabilidad que fuese exigible, no le corresponde al ministro ni alentarla ni exculparla. Con las pruebas que me llegan, creo que si ha habido alguna en todo caso será por fragilidad, descuido, negligencia, por falta de diligencia debida. En ningún caso por malicia, dolo o deseo de hacer daño", ha asegurado tras su intervención en la reunión de ministros de Defensa de la UE en Bruselas.