La eficaz gestión del Servicio Médico de Madrid durante el 11-M sorprende a la OTAN

La directora médico del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (SUMMA), Ana Míquel, ha participado hoy en Bruselas en una reunión del Comité Médico Conjunto de la OTAN, un organismo formado por expertos civiles y militares de los 46 países participantes de la Asociación para la Paz y que depende del Comité de Planificación de Emergencias de esta organización. Allí ha explicado el dispositivo sanitario desplegado tras los atentados del 11 de marzo en Madrid, en el que participaron unas 2.000 personas. La rapidez y buen funcionamiento de los servicios médicos madrileños ha sorprendido a los miembros de este comité.

Según Miguel, los miembros de la OTAN se han mostrado "bastante impresionados" de la cantidad y disponibilidad de recursos utilizados, la capacidad de los hospitales de Madrid, así como de los tiempos de actuación y la forma en que se resolvió toda la crisis. Desde el SUMMA se coordinó la puesta en marcha del Plan de Protección civil de la Comunidad de Madrid desde el punto de vista sanitario y un punto destacado en la reunión es el hecho de que las explosiones se produjeron a partir de las 07.39 y a las 10.17 todos los focos estaban ya evacuados.

Míquel ha explicado detalladamente las diversas fases de que constó el dispositivo, desde que se conoce la explosión, las primeras medidas de evacuación y de preparación de los hospitales, hasta las actividades desarrolladas después de la catástrofe, principalmente de apoyo psicológico a las víctimas y sus familias.

La directora médico del Servicio de Urgencias Médicas ha recalcado la buena coordinación que se mantuvo con los servicios ofrecidos por otras comunidades autónomas durante horas que siguieron a la tragedia. Hubo una "oferta absoluta y generalizada" desde toda España, ha dicho. Antes de que se produzca una catástrofe de tal magnitud "nunca se

piensa que la gente es capaz de dar tanto", ha reconocido Ana Míquel, que ha querido además hacer hincapié en la "enorme generosidad" de todo el mundo, desde los

profesionales que anularon sus libranzas o duplicaron turnos, hasta la gente de la calle que llegó a bloquear los centros de donación voluntaria de sangre de Madrid.