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Acusado de siete asesinatos y un secuestro

Félix Ignacio Esparza Luri, considerado como el jefe del 'aparato logístico' de ETA lleva más de 20 años integrado en la banda

El presunto miembro de ETA Félix Ignacio Esparza Luri, detenido hoy, está considerado por la policía como el jefe del aparato logístico y miembro de la Ejecutiva de la banda terrorista durante los últimos tres años. El supuesto etarra, que lleva, siempre según estas fuentes más de veinte años integrado en la banda, tiene tras de sí un denso historial de acciones terroristas. Está acusado de, al menos, siete asesinatos y un secuestro cometidos cuando, supuestamente, formaba parte del comando Vizcaya. Además, es uno de los etarras que estuvo en Nicaragua trabajando para los servicios secretos sandinistas hasta 1990.

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Esparza nació en Pamplona en enero de 1963 y comenzó, presuntamente, su actividad terrorista en 1982 formando parte de un comando legal denominado Baratza cuyos miembros se dieron a la fuga a Francia al sospechar que estaban siendo investigados por la policía tras la colocación de una bomba en unas instalaciones deportivas de Pamplona. Convertido en miembro liberado de ETA, Esparza se integró en marzo de 1983 en el comando Vizcaya, un grupo que formado entonces por seis activistas liberados capitaneados por Félix Zabarte Jainaga.

El grupo fue enviado a Bilbao para realizar el secuestro de un teniente de la Policía Nacional con el propósito de canjearlo por varios presos de la organización terrorista. Los miembros de ETA sorprendieron al oficial Julio Segarra Blanco en el aparcamiento de su domicilio y lo maniataron, pero cuando se disponían a introducirlo en el maletero de un vehículo fueron sorprendidos por el cabo de la Policía Pedro Barquero, que llegó al garaje acompañado de su esposa María Dolores Ledo, que estaba embarazado. Los terroristas mataron entonces a los dos agentes y a la mujer y regresaron a Francia.

Un año más tarde regresó de nuevo a Bilbao formando parte de uno de los dos taldes que integraban el comando Vizcaya junto con Patxi Rementería, el miembro de ETA que perdió la vida en agosto de 2000 al estallar la bomba que transportaba en un automóvil en el barrio bilbaíno de Bolueta. Este grupo cometió dos atentados, uno con granadas contra la comisaría de policía de San Ignacio y otro contra un cuartel de la Guardia Civil de Las Arenas, en agosto de 1984. En este último atentado, dos agentes y la niña Eva María Ferreiro resultaron heridos de gravedad.

Durante esta campaña de atentados, Esparza Luri enfermó y fue trasladado a Francia para ser hospitalizado. En abril de 1985 regresó de nuevo para formar parte del comando Vizcaya. El 26 de mayo de 1985 intervino, presuntamente, en el asesinato del inspector de policía Moisés Cosme Herrero Luego. El agente fue asesinado de un tiro en la cabeza cuando paseaba de la mano a su hijo de tres años. También se le acusa de participar en el asesinato del guardia Civil Eugenio Recio García. La detención de Félix Zabarte Jainaga, en julio de 1985, provocó la huida a Francia del resto de los miembros del comando.

Relacionado con los sandinistas

Esparza volvió de Francia a principios de 1987 para constituir un nuevo Vizcaya junto con Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, y Juan María Ormazabal, Turco. Luego abandonó Vizcaya a mediados de 1988, al sospechar que era demasiado conocido y podía ser identificado fácilmente. En esta etapa se le considera relacionado con el asesinato del subteniente de la Guardia Civil Cristóbal Martín Luengo y el del policía Vicente Montoya Salazar, perpetrados en Bilbao y Baracaldo en septiembre de 1987. Además, la policía acusa a Félix Ignacio Esparza de haber intervenido en el secuestro del industrial Andrés Gutiérrez Blanco, cometido el 19 de mayo de 1987, secuestro que se prolongó durante 46 días.

Tras su regreso a Francia, a mediados de 1988, Esparza Luri fue enviado a Nicaragua, donde se ocultaban una veintena de etarras que trabajaban para los servicios secretos sandinistas. En el país centroamericano permaneció hasta la derrota electoral del Frente Sandinista. Después de este episodio se le pierde la pista hasta su reaparición en territorio francés hace un par de años. Se cree que Esparza estaba al frente del aparato logístico de ETA desde que en septiembre de 2001 fue capturado Asier Oiartzabal, Baltza, anterior responsable de esta estructura.

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