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Detenido en Navarra un supuesto colaborador de uno de los etarras que querían atentar en Madrid

Miguel Caballero ha sido arrestado por orden del juez Baltasar Garzón

La Policía ha detenido esta madrugada en la localidad navarra de Berriozar a un hombre acusado de colaborar en la huida del presunto etarra Ibai Ayensa Laborda cuando, en diciembre de 1999, éste resultó herido en Pamplona por la explosión del artefacto que iba a colocar en un cajero automático.

Según fuentes de la lucha antiterrorista, el arrestado hoy es Pedro de Miguel Caballero, natural de la capital navarra, de 32 años y sin antecedentes policiales. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que ha ordenado su detención, le imputa un delito de colaboración con ETA.

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El magistrado ordenó ayer el ingreso en prisión incondicional de Ayensa y de otros dos presuntos etarras, Iker Isiegas y Sergio Medina, por tratar de colocar en un banco en Pamplona, el 29 de diciembre de 1999, un artefacto explosivo de fabricación casera que estalló en el coche en el que lo trasladaban.

Comisión rogatoria

La intención de los terroristas ha quedado ahora desvelada al recibir Garzón, mediante una comisión rogatoria de Francia, el contenido de una carta "autocrítica" de Ayensa, excarcelado el pasado 23 de febrero por Ruiz Polanco al vencer en dos días el plazo para proceder a la prorroga de su prisión provisional dos años después de su detención por su relación con el comando Ekaitza.

La carta, según el juez, "evidencia la posible participación en el hecho descrito de Ayensa (...), siendo la persona que manipuló y trasladó el artefacto explosivo junto con Medina, que había entregado al primero Isiegas, compuesto de pólvora y destinado a ejecutar un ataque contra el Banco de Santander de la avenida Sancho el Fuerte de Pamplona (Navarra)".

Aunque los tres detenidos negaron ante el juez los hechos que se les imputan, en sede policial reconocieron su participación en la citada tentativa de atentado y así Isiegas, quien trabajaba en una Herriko taberna, fue quien ofreció a Ayensa el artefacto, pero como éste, que lo enterró en el sótano de su casa, no tenía coche pidió a Medina que le trasladara en su vehículo sin ocultarle sus planes. os hechos.

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