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Los etarras detenidos en Nochebuena tenían una lista de objetivos con empresarios y policías

La policía encuentra la bomba que ETA había escondido junto a una vía del tren en Teruel

La policía ha encontrado a mediodía la bomba enterrada por ETA a 30 centímetros de profundidad junto a la vía que une Zaragoza y Barcelona, tras varias horas de búsqueda en las proximidades de la ciudad turolense de Samper de Calanda. Los dos presuntos etarras que supuestamente colocaron el explosivo tenían una lista de objetivos terroristas con nombres de empresarios y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.

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Los equipos de búsqueda de la policía, la Guardia Civil y los TEDAX han localizado una fiambrera con dos kilos de explosivo titadine enterrada bajo la vía, y han logrado desactivarlo casi tres horas después. El tráfico ferroviario ha estado interrumpido en este trayecto desde la tarde de ayer, pero el despliegue policial apenas ha afectado a los vecinos de este pueblo y del vecino, La Puebla de Híjar.

Los dos presuntos etarras detenidos el miércoles acusados de poner un explosivo en el tren Intercity Irún-Madrid colocaron también al parecer la bomba de escasa potencia que estalló un día antes en el trayecto férreo que une Zaragoza y Alsasua, y otra más, la que hallada hoy por efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado en Teruel.

Fallo del detonador

El otro artefacto estalló a las 21.20 del martes en la vía entre las localidades zaragozanas de Luceni y Cabañas, a 30 kilómetros de la capital aragonesa. No ocasionó daños personales ni materiales. Fue la propia Renfe la que avisó a los artificieros, pero cuando llegó la Guardia Civil la bomba ya había explotado a medio metro de las vías, levantando un raíl, rompiendo dos traviesas y horadando un agujero de 30 centímetros. Fuentes de la lucha antiterrorista informaron que había fallado el detonador, por lo que la explosión fue de poca potencia. También falló el temporizador.

El plan de ETA era que esta bomba estallara después de las del tren Irún-Madrid, para amplificar la sensación de temor y de caos. Los dos presuntos etarras detenidos el día de Nochebuena planeaban hacer explotar dos bombas con 25 kilos de titadyne cada una en la madrileña estación de Chamartín el 24 de diciembre a una hora punta, las cuatro de la tarde, tras la llegada del tren Intercity procedente de Irún. El plan era embarcar en el tren los artefactos explosivos. Ya lo había conseguido con uno cuando la policía frustró el atentado.

Los dos miembros legales de la banda encargados de perpetrarlo fueron detenidos el miércoles en San Sebastián y Hernani. Fue durante los interrogatorios cuando confesaron haber colocado otras dos bombas de menor potencia en líneas férreas de Aragón.

Los dos presuntos etarras detenidos el pasado miércoles tenían una lista de objetivos contra los que cometer atentados que incluye fundamentalmente a empresarios y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. Este documento ha sido hallado en uno de los cuatro pisos registrados tras el arresto de Garikoitz Arruarte y Gorka Loran, junto con abundante documentación en papel y soporte informático relacionada con la organización terrorista.

40 minutos después de llegar a Madrid

Garikoitz Arruarte y Gorka Loran Lafourcade, dos presuntos etarras legales —sin antecedentes—, eran según la policía los encargados de depositar, cada uno por su lado, las dos mochilas, que contenían cada una 25 kilos de explosivos. El objetivo era el tren Intercity que salía de Irún a las 8.15 de la mañana del día de Nochebuena y tenía prevista la llegada a la Estación de Chamartín a las 15.12. Las bombas estaban programadas, con sus temporizadores ya activados, para que hicieran explosión a las 15.55.

La policía inició la operación al localizar a primera hora de la mañana a Garikoitz Arruarte en un aparcamiento de San Sebastián. Llevaba una mochila con el explosivo, cordón detonante, temporizadores, una pistola y una peluca. Tenía en su poder un billete para viajar a Madrid en el Intercity el mismo día. Esta primera detención permitió conocer el plan y que había otra persona implicada.

Para entonces, Gorka Loran había subido al convoy en la estación de San Sebastián y depositado en uno de los vagones otra mochila llena de explosivos, con el temporizador activado. En otra estación —probablemente Tolosa— Loran descendió del tren y regresó a Hernani, donde reside. Allí fue detenido, a las once y media de la mañana, cuando se encontraba en un bar. La policía registró su domicilio, así como otros tres pisos en diferentes puntos de Euskadi, en los que intervino material informativo.

Loran confesó que había depositado una bomba en uno de los vagones del Intercity. La policía detuvo el tren en la estación de Burgos, al filo del mediodía, y desalojó a los 190 pasajeros, que continuaron su viaje en autobuses hasta Madrid. Tras localizar la mochila, artificieros de la policía, procedentes de Logroño y Madrid, explosionaron el artefacto.

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