Todo pendiente de los pactos

CiU ha superado la marcha de Jordi Pujol y revalida la hegemonía en el Parlamento de Cataluña que mantiene desde los primeros comicios autonómicos en 1977. La coalición ha perdido diez diputados y no es la primera fuerza en votos, pero ha ganado al PSC en escaños, lo que cuenta al final a la hora de configurar mayorías. El resultado conseguido por Artur Mas ha sido además notablemente mejor que el que vaticinaban los sondeos hace sólo un mes, lo que ha constituido una espectacular remontada. El resultado podría servir a Mas para gobernar con el apoyo de ERC -ambas formaciones suman 69 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta- pero el candidato de CiU perdería la Generalitat ante una hipotética coalición de las fuerzas de izquierdas.

El PSC ha ganado por unos miles de votos a CiU, tal y como sucedió en los comicios de 1999 pero, una vez más, este resultado no le servirá para convertirse en la fuerza hegemónica en el Parlament de Cataluña por la sobrerepresentación de las provincias pequeñas. Descartado un pacto con CiU -sería "una estafa", según Maragall- los socialistas pueden formar un Gobierno con mayoría absoluta con ERC e ICV pero deberá cortejar a la formación independentista, que también tiene la llave de un Ejecutivo nacionalista con CiU. En el conjunto del Estado las elecciones catalanas no ha sido el punto de inflexión que esperaba Zapatero para enderezar la titubeante marcha del partido, perjudicado por la crisis de la comunidad de Madrid y la posterior derrota electoral de Rafael Simancas.

ERC es la gran triunfadora moral de las elecciones. El partido de Josep Luis Carod Rovira ha duplicado prácticamente su número de escaños (de 12 ha pasado a 23), se ha convertido en la tercera fuerza política de Cataluña, a gran distancia del PP, y se erige en el árbitro de la próxima legislatura. Descartada una gran coalición entre el PSC y CiU todos los caminos para formar un Gobierno estable pasan por cortejar a la formación independentista, que podría optar por apoyar un Gobierno de izquierdas con el PSC y ICV, o decantarse por un Ejecutivo nacionalista con CiU. El más que excelente resultado no es, sin embargo, el mejor en la historia de la formación, que ostentó el Gobierno de la Generalitat durante la II República.

Josep Piqué ha conseguido mejorar los resultados que obtuvo el PP en 1999 (pasa de 12 a 15 escaños) aunque en la práctica los populares han perdido la influencia que tuvieron en el Parlamento catalán la pasada legislatura. El apoyo del PP a la investidura de Pujol y a los sucesivos presupuestos de su Gobierno hizo que CiU aparcara durante cuatro años el proyecto de reforma del Estatut, que ahora parece imparable. Entonces ambas formaciones de centro derecha sumaban por los pelos la mayoría absoluta (68 escaños) pero los resultados de hoy han dado un vuelco a la situación y dejan una clara mayoría de izquierdas. De cara a las elecciones generales del próximo año se constata que, pese al buen resultado de Piqué, el PP sigue teniendo un problema en Cataluña, la segunda comunidad autónoma por población, donde apenas araña el 10% de los votos.

Iniciativa per Cataluña ha obtenido un excelente resultado, casi ha duplicado su número de votos y escaños (sube de cino a nueve) y se convierte en clave para la formación de un hipotético Gobierno de izquierdas, ya que su líder Joan Saura ha declarado que no entrará en ningún caso en un Ejecutivo con CiU.

La baja participación suele ser la nota negra en las elecciones autonómicas en Cataluña. Esta vez, pese a la lluvia, se batió el récord de afluencia a las urnas en unas autonómicas (64,5% de participación, dos décimas más que en 1984).