Tigre y caimán comparten apartamento en Harlem

De siempre, Nueva York ha sido descrita como una jungla humana por su frenética actividad. Pero un vecino del barrio de Harlem ha ido más allá y ha decidido compartir apartamento con un tigre de bengala y un caimán. La noticia ha saltado hoy a los medios tras acudir la policía a su domicilio después de recibir un aviso del resto de vecinos del inmueble. Al llegar, los agentes se encontraron con un panorama poco habitual en una ciudad dominada por el cemento y el hierro. Un imponente tigre de 225 kilos esperaba a los uniformados asomado a la ventana, mientras que por los pasillos del angosto apartamento un exótico caimán de un metro de largo paseaba su afilada dentadura. La policía no tuvo otro remedio que emplear una escopeta con dardos cargados de somníferos para reducir a las dos bestias. Cuando echaron abajo la puerta y lograron entrar en la casa, los agentes solo encontraron a los dos animalitos sumidos en un profundo sueño pero ni rastro de su dueño, Antoine Yates, de 31 años. Hasta la noche no dieron con el Tarzán neoyorquino que, como era de esperar, estaba siendo atendido por heridas de animal en un hospital de Filadelfia.

Según ha informado la policía de Nueva York, al osado Yates le espera ya en las puertas del hospital un nutrido grupo de agentes, que le trasladarán la acusación que pesa sobre él: tenencia ilegal de animales salvajes. En cuanto a los bichitos, éstos han sido trasladados transitoriamente a un centro de acogida para animales perdidos. En unos días recalarán en el zoo de Ohio, un lugar mucho más acorde con sus necesidades.