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LA OFENSIVA TERRORISTA

ETA planeaba una nueva campaña de cartas-bomba con novedades para aumentar la eficacia

La ofensiva, descubierta a raíz de la detención del aparato logísitico, iba a comenzar en marzo

ETA pretendía iniciar en el mes de marzo una nueva campaña de atentados mediante el envío de cartas-bomba. Sin embargo, esta vez la campaña incluía una peculiaridad, que pasaba por un cambio de formato: los artefactos se adjuntarían en expedientes o dossieres relativos a la actividad del destinatario, para evitar que sospechara al recibir el envío. Así lo ha explicado hoy el ministro del Interior, Ángel Acebes.

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Acebes ha confirmado que estos planes de la organización terrorista se descubrieron tras las últimas detenciones del aparato logístico, efectuadas en Francia el pasado mes de enero, en especial la de Ismael Berasategui, fugado de la prisión parisiense de La Santé y detenido el pasado 22 de enero, y la de la presunta etarra Laurence Guimon en una casa, que para las fuerzas de seguridad, fue considerada "clave" en el aparato logístico.

Dossieres y expedientes

Los documentos intervenidos en la operación contiene detalles de la campaña prevista, que tenía como gran novedad la utilización de un nuevo formato para engañar al destinatario: utilizar expedientes o dossieres en que "figurase algún elemento personalizado, algo que tuviese que ver con la actividad personal o profesional" de la víctima, con la intención de que a ésta no le llamara la atención recibirlo. Además, para confundir a sus objetivos, ETA tenía previsto enviar cartas previas anunciando la próxima recepción de correspondencia más voluminosa, con la bomba en su interior.

Aunque los presuntos terroristas que iban a dar estas instrucciones han sido detenidos, el ministro ha aconsejado a las posibles víctimas que extremen "todas las medidas de precaución y seguridad cuando reciban cualquier tipo de paquete que pueda resultar sospechoso y que no están esperando". Si lo reciben, deben avisar a las fuerzas de seguridad para que comprueben que no tiene ningún peligro.

A la pregunta de si esta campaña iba dirigida contra algún colectivo concreto, el ministro contestó que las posibles víctimas no eran distintas a los que vienen siendo objetivos en otras campañas.

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