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Ocho heridos leves al descarrilar el Talgo Gijón-Madrid en León

Restablecida la circulación en el tramo afectado por el accidente.-Renfe considera que la acumulación de grava en los raíles pudo ocasionar el siniestro

Ocho personas han sufrido hoy contusiones leves tras el descarrilamiento de cuatro vagones del tren Talgo Gijón-Alicante en el que viajaban 202 personas. El accidente ha ocurrido pasadas las 12.00 horas en un tramo de vía de la provincia de León, cortada hasta su restablecimiento a las 16.00 horas.

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El siniestro, que ha ocurrido 12 días después del descarrilamiento de otro Talgo en Tobarra (Albacete) en el que dos personas murieron y 24 sufrieron lesiones, se ha registrado en el punto kilométrico 91,135 de la línea León-Palencia, entre las localidades leonesas del Burgo Ranero y Santas Martas (León), cuando los ejes de cuatro coches del convoy se salieron del carril sin llegar a volcar, han informado fuentes de Renfe.

A media tarde, cinco de los heridos han abandonado el hospital de León donde han sido trasladados, mientras que los otros tres lesionados está previsto que lo hagan en las próximas horas.

Además, Renfe ha restablecido el tráfico en una de las dos vías afectadas, aunque el convoy aún permanece en la zona del siniestro, a la espera de que se efectúen las mediciones oportunas, según fuentes de la compañía ferroviaria.

Acumulación de grava en los raíles

Las primeras investigaciones realizadas por los técnicos de Renfe atribuyen a la acumulación de grava en los raíles el accidente del Talgo. Fuentes de la empresa pública ferroviaria han precisado que, "a expensas de la investigación definitiva, la acumulación del excesivo balasto (grava) en la caja de la vía, producto de movimientos de tierra producidos por la lluvia y la nieve durante los últimos días, han podido ser la causa del accidente".

Han explicado que esta circunstancia "produjo una anomalía en la infraestructura ferroviaria en las inmediaciones del lugar del accidente", que, según Renfe "ya estaban siendo subsanadas por una brigada" de operarios encargada de supervisar los daños causados por el último temporal en la línea León-Palencia. Asimismo, se descartan "anomalías en el material" de las vías.

"Nos tiramos al suelo y nos tapamos la cabeza"

Dos de las pasajeras, Alejandra Alvarez, y su madre, Mari Luz Junquera, quienes habían cogido el tren en Oviedo y se desplazaban a Madrid, han relatado cómo vivieron el suceso, que según han dicho causó un susto tremendo a los viajeros.

Ambas, que viajaban en el segundo vagón afectado, han explicado cómo la máquina, que no descarriló, estuvo en marcha como unos doscientos metros "arrastrando el resto de los vagones por la grava", una situación que duró un tiempo que no supieron precisar "aunque se nos hizo interminable porque no sabíamos lo que iba a pasar".

"Nos tiramos al suelo y nos tapamos la cabeza. Se oían gritos y lloros, porque no sabías lo que va a ocurrir e incluso si íbamos a volcar y caer por el terraplén que había cerca", ha dicho.

Sobre las posibles causas del accidente, han indicado que "se oye de todo, pero lo que sí se puede apreciar es que hay piedras cerca de la vía, que parece que está recién echadas y estaban muy altas, hasta el nivel de los raíles", ha apuntado Mari Luz Junquera, quien ha subrayado que cuando ocurrió el accidente "empezaron a saltar los cristales sobre los pasajeros".

Renfe ha abierto la investigación correspondiente para esclarecer las circunstancias en que se produjo el accidente y las causas por las que se registró.

Los vagones descarrilados del Talgo Gijón-Madrid.
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