10 años de la tragedia del 'Mar Egeo' en A Coruña
El 3 de diciembre de 1992, el buque griego se partía en dos frente a A Coruña y derramaba 80.000 toneladas de crudo
El día 3 de diciembre de 1992, el Mar Egeo se partía en dos cerca del puerto de A Coruña con casi 80.000 toneladas de fuel a bordo. Mientras el crudo salía a borbotones, siete de sus nueve tanques estallaban convirtiendo el puerto en un escenario infernal, con un incendio pavoroso. EL PAIS, en su edición del 4 de diciembre, daba cuenta de lo que se convirtió en una de las catástrofes ecológicas más importantes de la historia.
El buque, un enorme carguero de 261 metros de eslora y 40 de manga, encallaba a las cinco de la madrugada del día tres frente a la emblemática Torre de Hércules, en la bocana del puerto. Sin que se tuvieran claras las causas del accidente, a las 10 de la mañana, mientras el buque derramaba la práctica totalidad de su carga en las aguas de A Coruña, se partía en dos y sus tanques estallaban en llamas, provocando un incendio del que se elevaba una columna de humo de un kilómetro de altura. "Literalmente volaban bolas de fuego", comentaba un marinero de uno de los barcos de rescate.
El barco, de bandera y capitán griegos, llevaba dos días fondeado en la ría de Ares a la espera de descargar su contenido, 80.000 toneladas de crudo brent en la refinería de Repsol. Sin embargo, un fuerte temporal con vientos de 90 kilómetros por hora y olas de nueve metros sacudió el barco en la madrugada del 3 de diciembre, causando la catástrofe. Una catástrofe que pudo ser mucho mayor de no ser por el propio incendio del crudo, que minimizó la cantidad de combustible vertido al mar. Aún así, unos 200 kilómetros de costa acabaron ennegrecidos por la marea negra.
Como si fuese un adelanto de lo ocurrido con el Prestige, los vientos, muy fuertes, venían con componente noroeste, acercando la marea negra, de 50 kilómetros cuadrados, hacia el resto de las rías gallegas, en dirección a Betanzos. Las propias condiciones meteorológicas impedían que las barreras colocadas tuvieran la eficacia deseada.
El día 5 EL PAIS daba cuenta de las condiciones del Mar Egeo. También como en el caso del Prestige, el barco siniestrado en A Coruña era viejo, 20 años, por lo que carecía de las medidas de seguridad más modernas. Además, relataba que cuatro rías, las de A Coruña, Ferrol, Ares y Betanzos, se veían afectadas por una marea negra de 50 kilómetros cuadrados. Las barreras instaladas no podían frenar el crudo por el fuerte oleaje, mientras comenzaba la limpieza de los 200 kilómetros de costa afectados.
Los pescadores, que aún no habían terminado de cobrar las indemnizaciones por el hundimiento del Urquiola, que derramó 100.000 toneladas de crudo en la misma zona en 1976, veían cernirse de nuevo sobre ellos una catástrofe similar. Unas 10.000 familias se vieron afectadas por un vertido que ahora, diez años después, se repite.
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