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CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA

Las manchas de la marea negra del 'Prestige' alcanzan Cabo Touriñán y la costa de Muxía

El batiscafo francés encargado de recorrer el petrolero hundido llega a Vigo

La nueva marea negra de fuel del Prestige está llegando a las costas gallegas esparcida en múltiples manchas. El vertido ha llegado ya a Cabo Touriñán y también ha entrado fuel de nuevo en playas de los municipios de Muxía y Camariñas, mientras que otros vertidos han llegado a Fisterra, Carnota y Valdoviño, según han informado fuentes municipales y de Protección Civil.

El alcalde de Camariñas, Juan Bautista Santos, ha confirmado que una nueva mancha de vertido ha entrado ya en las costas de este municipio, y puede ser "tan grande como la primera" en llegar a estas playas, de las más afectadas de la zona.

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Santos ha explicado que las zonas afectadas por el nuevo vertido en Camariñas son las playas de Rieira y el tramo entre Cabo Vilán y Camelle. Asimismo, ha explicado, el fuel ha comenzado "a entrar en la ría". En Muxía, la bolsa de combustible que ayer se desplazaba hacia está zona tiene unos 200 metros cuadrados y, según las fuentes de Protección Civil ha invadido ya las playas de Nemiña y Lourido.

Hasta Fisterra ha llegado también una mancha de hidrocarburos que ha invadido toda la playa de O Rostro, donde se desprende un fuerte olor a fuel debido a los vientos que soplan hacia la costa.

En Carnota la mancha afecta a cuatro kilómetros de playa, según ha asegurado el concejal de Medio Ambiente, Marcelino Saborido Lago, quien ha apuntado que van desde el Faro de Lariño hasta Punta dosRemedios.

Finalmente, en la localidad de Valdoviño, cercana a Ferrol, donde el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha confirmado la llegada de "manchas pequeñas", se encuentran ya afectadas por el vertido las playas de Valdoviño, Campelo y Meirás, que ocupan ocho kilómetros de costa, según fuentes de Protección Civil.

La gran mancha, a 19 millas

Una persona observa la llegada de la marea negra a una playa de Finisterre.
Una persona observa la llegada de la marea negra a una playa de Finisterre.AP

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