La Universidad Pablo Olavide rechaza la intervención policial contra los inmigrantes
Rajoy dice que los encerrados en Sevilla sólo serán desalojados si lo pide la rectora
La Comisión Gestora de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, máximo órgano de gobierno colegiado de dicha institución, ha aprobado en una sesión extraordinaria expresar su "rechazo total a la intervención policial" acontecida ayer en el interior del campus, que se saldó con la detención de dos inmigrantes, así como hacer público su "compromiso en la defensa de la autonomía universitaria".
Según la UPO, la Comisión Gestora también ha ratificado el acuerdo del pasado martes, por el que "no se autoriza la entrada de la Policía en el recinto universitario para proceder al desalojo" de los casi inmigrantes que se encuentran encerrados en los pabellones del campus.
Al no existir autorización de la rectora, Rosario Valpuesta, a que los agentes actúen en el interior de la UPO, el máximo órgano ha rechazado la incursión policial de ayer al ser una "vulneración del citado acuerdo y suponer un desconocimiento de la inviolabilidad del recinto universitario", ya que, "la entrada policial requiere la autorización de la autoridad académica competente".
Asimismo, la Comisión Gestora ha hecho público su compromiso en "la defensa de la autonomía universitaria y de la integridad del campus universitario". Igualmente, ha aprobado por unanimidad transmitir la existencia de un "clima de total tranquilidad y de completa normalidad en las actividades diarias de la UPO", argumentando que "las casi 140 hectáreas del campus permiten dos ámbitos de convivencia perfectamente diferenciados".
"No actuamos si no nos los piden"
Del hospital, a la comisaría
La policía ha detenido en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla a uno de los inmigrantes que participaban en el encierro de la Universidad Pablo de Olavide, que había salido del campus para ser atendido de una fractura en la mano. Según el abogado de ODITE, Juan Carrique, el detenido, de nacionalidad argelina, sufrió una fractura en los dedos de la mano tras una caída el pasado 10 de junio, cuando comenzó el encierro. Pese a que no quería abandonar el campus por miedo a ser detenido, puesto que carece de papeles, el detenido accedió hoy finalmente a acudir a un hospital para, según el consejo médico, hacerse una radiografía que permitiese diagnosticar correctamentre la gravedad de la fractura. Nada más salir del campus, la policía registró la ambulancia que trasladaba al herido, antes de decidir escoltar al vehículo con tres furgonetas y un coche zeta hasta la unidad de traumatología del Hospital Virgen del Rocío. Una vez atendido en el hospital, el inmigrante fue detenido y trasladado a dependencias del Cuerpo Nacional de Policía.
