El apoderado de Gescartera dice que Camacho presumía de sus contactos con Montoro

José María Ruiz de la Serna, apoderado de Gescartera y ex técnico de la CNMV, ha afirmado ante la comisión de investigación que el dueño de la agencia de valores, Antonio Camacho, solía presumir de sus buenos contactos con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y otros altos cargos de la Administración como el ex secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna. Además, ha revelado que la propia CNMV insistió en elevar el rango de la sociedad, en contra de su opinión personal.

Así, el apoderado de la entidad ha negado conocer si ese "trato" con Montoro del que se jactaba Camacho era real, porque "hablaba mucho y mentía mucho".

En sus tres horas y media de declaración, Ruiz de la Serna sí ha atestiguado "las fluidas relaciones" que Camacho mantenía con el dimitido Enrique Giménez-Reyna. De hecho, presenció llamadas telefónicas entre ellos en la sede de la empresa, y entre la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, y su hermano.

Sin embargo, ha asegurado no tener constancia "explícita" de que el ex alto cargo de Hacienda mediara ante la CNMV a favor de la agencia pero que, tras conocer la agenda de su hermana, el asunto "daba que pensar".

Conoció al ex secretario de Estado en la boda de un hijo de Pilar Giménez-Reyna, habló con él por teléfono una vez y coincidió en dos almuerzos. A su juicio, Camacho no usó a este alto cargo para cuestiones de la empresa, ni vio que cobrara de Gescartera. No sabe si medió ante la CNMV, pero sí percibió una relación de amistad entre Enrique Giménez-Reyna y la dimitida presidenta de la CNMV, Pilar Valiente.

A Valiente la conoció en un pasillo de la Comisión en 1999, cuando era consejera. Luego, comió dos veces con ella. Primero, a finales de octubre de 2000, con Valiente, los hermanos Giménez-Reyna, Antonio Alonso y Camacho, en un restaurante de Madrid. Allí trataron, "como una anécdota", la gestión del anterior presidente de la CNMV, Juan Fernández Armesto, y la inspección de 1999.

"Intromisión" de la CNMV

Al segundo almuerzo, en la sede de la CNMV, en febrero de 2001, acudieron Valiente, los Giménez-Reyna, Camacho y el propio Ruiz de la Serna. En esta comida, "Valiente insistió en la necesidad de que la ONCE tomara el 25% de Gescartera Holding". Ruiz de la Serna -que no ha contestado a algunas de las preguntas por estar imputado en la causa- ha cuestionado esta "intromisión" de la CNMV en un área privada.

El apoderado de Gescartera ha explicado que en 1989 se incorporó como técnico a la CNMV, donde pasó por el departamento que supervisa sociedades y agencias de valores e hizo una inspección rutinaria a Gescartera en 1995. Cesó para incorporarse al grupo Gescartera el 17 de marzo de 1997, a propuesta de Camacho, "por motivos personales", como aumento de sueldo y un "apasionante" reto profesional.

Ha indicado que hubo una inspección continuada de la CNMV desde diciembre de 1998 hasta mediados de 2000, que, subrayó, "ahogó" a la empresa e impidó su desarrollo comercial. La inspección se cerró en el verano de 2000, con una sanción de tres millones de pesetas por obstruir la labor de inspección y por no llevar los asientos contables exigidos. Ha revelado que, entonces, Camacho sí hizo uso de sus contactos para intentar zafarse de la inspección pero, a su entender, "consiguió poco".

También ha asegurado haber diseñado un expediente de transformación en agencia de valores, en julio de 1997. Expediente que la CNMV les pide que desestimen para presentarlo más tarde, lo que se hace en 2000. "Fue la propia CNMV la que insistió en la transformación, contra mi parecer", ha asegurado, al tiempo que ha admitido no conocer ningún otro caso en el que una sociedad fuera promovida a agencia de valores en el mismo día en que es sancionada.

En cuanto al funcionamiento de Gescartera, ha confirmado que el único que lo conocía de forma "global" era Camacho, que también llevaba personalmente las inversiones en el extranjero. "Era una empresa familiar con una gestión personalista", ha indicado.

En este punto, no comparte con Camacho la afirmación de que los malos resultados se debieran únicamente a políticas erróneas inversión y ha afirmado que no sabe dónde está el dinero desaparecido, aunque ha asegurado que Camacho sí lo sabe. De hecho, piensa que el único responsable del fraude es el dueño de Gescartera y principal imputado.

El dinero negro de Gescartera

El apoderado de Gescartera ha reconocido que "algunas veces" llegaba dinero en metálico a la entidad, dinero que, ha dicho, se reflejaba convenientemente en la contabilidad. Ha declinado responder si había dinero B en Gescartera, alegando su situación procesal, pese a lo cual, el portavoz del PP, Rafael Cámara, dio por hecho la existencia de ese "submundo de dinero negro".

En cuanto al papel de Pilar Giménez-Reyna, ha indicado que su labor principal era la captación de clientes y desarrollo de actividades pero siempre consultando con Camacho. Ha añadido que fue ella la que consiguió que las inversiones vinculadas a la Guardia Civil en la entidad.

Ruiz de la Serna ha negado conocer quién era el mejor cliente de Gescartera porque se enteró de las cifras invertidas a posteriori, pero ha precisado que tanto la Mutualidad de Previsión de la Policía como la Armada fueron captados por Aníbal Sardón. Los "clientes especiales" eran de Gescartera o directamente de Camacho.